NUESTRO PAÍS, DOPADO Y SIN PULSO
NO PODEMOS SEGUIR CERCA DEL POZO SÉPTICO, abierto por los cuatro grandes y sus enanos. Un MARIANO RAJOY dopado debe irse por el bien de España, del PP y de él mismo. Lenin afirmaba que las religiones son el opio de los pueblos. Aquí, en nuestro país, los son los santones de una partitocracia monda y lironda. El opio, los opiáceos y la morfina que tanto consumimos en la Comunidad nacional, que nos suministra el Poder establecido, está a punto de liquidarnos conduciendonos a un callejón sin salida. O a un túnel en el que se ha quedado bloqueado el tren de las diecisiete comunidades autónomas arrastradas por máquinas de gasoil o cargón polaco. El espectáculo que están dando los malos actores del guiñol de feria es un dramón de cine italiano de los años cincuenta eliminado el fascismo y tratando de interpretar sus papeles aquel comunismo llegado del frío siberiano cuajado de cementerios y gulags, los abuelos del populismo radical y primos de la CUP anticapitalista que buscan abogados defensores en Suiza, patria común del capitalismo más cobarde y salvaje.
La familia de totalitarios con el nazismo haciendo de locomotora europea. ¡¡Estamos arreglados con lo que tenemos y lo que nos espera, que no son buenas noticias, las réplicas del terremoto de la pasada crisis!! Europa no va correctamente y sus enemigos lo saben.Tienen un plan, colarse por los Pirineos atravesando las costas del Mediterráneo y parachutando paracaidistas con coletas procedentes de sus bases de Oriente Próximo y la América Latina, terrorismo y delincuencia política con narcotráfico que subvencionan las revoluciones extremistas y cómplices necesarios de un nuevo separatismo nacionalista. Nuestras autoridades se han fijado un objetivo prioritario. Ir predicando por los desiertos de un islamismo que no reconoce a la mujer como un ser humano dotado de alma, olvidadas por ese feminismo victimísta de despachos de lujo sin salirse de los límites seguros. Y alguna ONG llena de pillos y pillas. El nuevo negocio de un progresismo cínico.
Quizás, no sé cuando, tendremos que montar varias ONG para darnos de comer al calor de las cocinas de Las Moncloas. La patética soledad del Gobierno personal del supermercado de Rajoy, con perfiles de cortijo, es ya el escenario indeseable que calienta la soberbia y la incompetencia humana e ideológica, de secano, contagiando a la mayoría silenciosa y alegrando a la competencia, a esa oposición inservible que nos enseña como funciona un bloque de vecinos o las verduleras parlamentarias con sus chapuzas y agresiones recíprocas desestabilizadoras que se reflejan a la perfección en las tertulias de elevada cultura, que no enseñan, pero entretienen, como las pipas de girasol, que así mismo no mantienen los estómagos.
En este mar de tiburones Rajoy nada o navega contemplando las estrellas a bordo de su barquito de papel o andando por el Camino de Santiago, seguido muy de cerca por Pedro Sánchez, (el nuevo dios sociaslisto y poderoso). Pablo Iglesias, Carmena, Iceta, Junqueras, Puigdemont, Urkullu, la paloma Susana y el inquietante Albert Rivera, formando una procesión de salvadores de la España inmortal o una cofradía de nazarenos preparándose para la Semana Santa, la de los latigazos, en plenos idus de marzo a la espera de que se sumen algunas mujeres más para evitar el calificativo del machismo celtibérico o para ovacionar al nuevo líder murciano López Miras, que mira para todos lados buscando su propia salvación y rezando para que los jueces y fiscales no le hagan pasar un mal trago leguleyo, que no habrá lugar.
Una vez llegada la procesión galaica a Santiago y dado el abrazo al apóstol montado en su caballo blanco, se disolverá a la espera que otro gallego ocupe el nuevo caudillaje, que con Franco serían tres, más Portela Valladares, republicano muerto. Lo que vaya a ser en el resto de la MARCA HISPÁNICA de las diecisiete fincas, allá película y la posibilidad que sigan creciendo y proliferando los Valcárcel para terminar contando cómo nació la neocacicada murciana en Mazarrón, cogidos de la nivea mano de Palomo Cojo y sus amigos tomateros que por lo de las exportaciones del tomate deseaban fervientemente que mandaran a Ramón Luis a la Bruselas de la Unión Europea, bien apargatado, hasta que las moscas cojoneras transparentes hagan relinchar a tantos caballos de las praderas del Manitú de Bruselas, cuyo gran jefe, el caballo loco de Junkers diga amén. Me retiro discretamente y pongo a Dios por testigo que lo contaré todo, antes que el viento que se llevó….. y el periódico del Régimen y su satélites.