

Está muy de moda ahora en periodismo lo de cuestionar o analizar “el relato” de los hechos más que los hechos, y eso nos lleva a hiperbolizar el relato hasta extremos tan lisérgicos como los que han sufrido nuestros kioskos esta mañana. Competir con el TBO se ha convertido en la estrategia casi única de la prensa escrita para recuperar lectores, ahora que ya nadie quiere colecciones de DVD inauguradas con Buenas noches y buena suerte y Ciudadano Kane al precio de una.
La simplificación frentista siempre nos lleva a empuñar finalmente argumentos infantiles. De uno y otro lado de la trinchera se viene abusando de ellos desde hace tiempo. Se echa quizá un poco de menos algo más de mesura y análisis, que yo creo que es para lo que han nacido los periódicos. Hablar a gritos es de mala educación, escribir a gritos ya roza lo pecaminoso.

FUENTE: PÚBLICO