«No funciona la política seria que pagamos nosotros, sus empresarios».

Hemos llegado a tal grado de permisividad activa y sin limites, que hasta el ejercicio leal y fecundo de la política ya es para las gentes, un espectáculo que ofrecen unos señores y unas señoras a las que pagamos, porque nosotros, los ciudadanos somos sus empresarios. Estamos en un circo global y se mueven por intereses los partidos convertidos en sociedades anónimas, unos partidos que frecuentemente gritan que hay que modernizarse y ponerse a nivel alto, pero ignoran adrede, que ellos deben ser los primeros, como las organizaciones sindicales. Esta es la imagen que dan y que no nos merecemos.

El Circo parlamentario, con sus payasos de lujo que cobran algo más de seis mil euros mensuales. España cargada de más de cuarenta mil políticos, con sus enchufados, sus  familiares, amiguetes y pesebristas. Fabrican carcajadas cuando una señoras con los pechos al aire (bien puestos) penetran en una iglesia, y no en una mezquita. Son gente con sus amarguras con una ingenieria parlamentaria que llega a ser soez. Los vecinos tocando las postizas, castañuelas y hacen ruido, como las nueces al caer. Los bancos son los reyes que pagan y patrocinan y se llevan las ganancias. La Moncloa cuenta nanas a la región murciana invadida por un virus corrupto que los médicos, ahora llamados jueces, no saben o no quieren diagnosticar.

Agua de Carabaña para todos. ¿EN MURCIA QUE PASA? En Murcia no passsaaaa ná, son los linchadores retorcidos de los chicos de la canallesca prensa que la han tomado con los que reparten el bacalao, siempre llevandose la mejor parte. La ley, divino tesoro, pero no pasa a mayores. Paroles, paroles, paroles. La Iglesia que habla italiano y sabe latín, se ha convertido en la gran muda y se ha refugiado en las sacristías, salvo los esforzados de Cáritas.

Horizontes de fuego rotos por los rayos del dólar y el euro. O las piastras que pagan a los terroristas en una guerra cruel medieval, repartidos los billetes a todos por igual, para que se maten entre ellos, y dejen tranquilo a Israel, que se parte el pecho de risa, testigo de la matanza religiosa que es ritual. Los mismo te cortan los testiculos que el cuello. Siempre bajo el amparo de Alá. Lo mismito que nosotros, católicos y protestantes en la guerra de los Treinta Años, hace cuatro siglos. El teatro de Africa con hambruna eterna, en el escenario desalmado pero armado hasta los dientes. Europa a lo suyo, tener satisfechos a los mercaderes y a la señora Merkel. Y los españoles sus aliados, también colonia del loco Trump. Allá abajo, la luz apagada de la Región murciana, el trasero del país, protagonistas de los tuiteros del odio que desprecian a esos señores pequeñitos, dixit el ministro portavoz del Gobierno, los murcianos de la Murcia que tiene su leyenda negra, con el mata al rey y vete a Murcia.    


Pero ahora no toca, toca el olvido, como si no existiéramos. A ver ese señor de Murcia, que venga mañana a mi despacho, se agita sorprendentemente Rajoy, porque se han cargado a un presidente regional pepero que antes de ser designado por el índice potente monclovita, ya tenía la justicia tras sus talones. Ajustó cuentas Valcárcel y su clan para cepillarse a Alberto Garre, un abogado de leyes sin retorcer que no pasaba por tragar piedras de molino. Fuera, otro, no importa su pasado, solo se exige fidelidad mística a Valcárcel, y salga el sol por Antequera. Murcia es la pedania, que coño quieren esa gente del Segura. Ni agua, a esos ni agua. Todos guardando puto silencio.         

Siempre hemos sido un pueblo de mudos y sordos, pero ya es hora de despertar de las siesta maldita y revolvernos con cálculo, maestria y eligiendo equipo solvente. No queremos sabiduria que roba. Ya somos decenas de miles de personas que exigimos la creación de un partido regionalista que podria denominarse NUESTRA REGIÓN. Y personalmente estoy convencido que hay comandante en jefe, un estado mayor mejorable y votos. Hasta cuatro o cinco diputados, y levantado el tablacho, no solo regionales.  

Está muy claro que buscarán romperlo en mil pedazos, hay muchas bocas que alimentar. Fíjense. Los zagales de Podemos, los zagalicos de Ciudadanos, los veteranos peperos y los ancianos socialistas deshojando el capullo de la rosa histórica que inventaron, «el Estado de Bienestar», un señor que se llamaba Olof Palmer. Evidente, lo asesinaron. Hoy en la Comunidad Autónoma ejerce el mando familiar el doctor González Tovar, un legendario socialista que una vez elegido secretario general, puso la mano. Sesenta y ocho mil euros anuales. Sí, este es el circo hispano-murciano, pero fuera del recinto, se levantan voces hablando de tongo, tongo, tongo.

Esta no es la democracia que queríamos, ésta es solo un sucedáneo que gusta a achicoria, algo así como una sustancia corrompida. Como dicen los yanquis, que Dios bendiga a Murcia. Ya veremos si nos oye, si es cierto que existe. Puede ser.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
Finalmente, no quiero dejar el tema fuera de órbita, mi opinión sobre la crisis institucional que ha sufrido el Gobierno regional del partido popular, ha terminado con una salida «patriótica», cínica, del hasta ahora presidente Pedro Antonio Sánchez, que ha explicado que ha dejado el cargo para evitar un Gobierno tripartito compuesto por figuras de Podemos, Ciudadanos y PSOE. Un embuste más salido de ese círculo vicioso que inventó  Valcárcel que termina quemando a sus tres delfines. Ahora, P.A.S. ha dejado paso a un joven político que tendrá que lidiar en el campo de minas de la Región, y evitar la artillería de Cs que no acaba de encajar su propia situación de chalaneo y frivolidad.
                                                                                                                                                                                                            Pienso que estos jóvenes de la nueva política se han precipitado apartando las canas, tiñéndolas de un oportunismo teatral sin más. Bonitas palabras, y pocos hechos. Letal a corto plazo. No más lejos de octubre.

ARTÍCULO REALIZADO POR: JOSÉ JUAN CANO VERA