En esta campaña rara, con una semana en la que media España está de vacaciones, todo el mundo tiene una fecha marcada que puede decantar el voto: el debate a cinco en Atresmedia el 23 de abril. Aunque hay otro hito que está pasando desapercibido pero que con un alto porcentaje de indecisos puede influir: dos días después, el 25, a solo tres días de las generales, el Instituto Nacional de Estadística publica la Encuesta de Población Activa, el dato de paro trimestral. Lo previsible es que sea malo, porque el primer trimestre del año es tradicionalmente el peor y porque este año, al contrario que en 2018, la Semana Santa ha caído en abril. La oposición, oteando esa EPA, se prepara para atacar a Sánchez por la economía.

La campaña del miedo ha pasado de largo de la economía. PP, Ciudadanos y Vox se empeñan en hablar de cómo Sánchez se ha apoyado en independentistas y nacionalistas. Sea en Rentería o en San Sebastián, la oposición centra su discurso en el problema territorial. El PSOE intenta escapar de esto y llevarlo a las mejoras sociales.

El líder del PP, Pablo Casado, ha anunciado en varias ocasiones que su prioridad era hablar de economía, pero normalmente sus propias declaraciones sobre Sánchez —o las de sus fichajes— lo eclipsaban. Cuando el PP presentó su programa, Casado afirmó que Sánchez prefería a los que tenían las manos manchadas de sangre y ese fue el titular y el corte en los telediarios. PP y Ciudadanos han diseñado una campaña con dos ejes, Cataluña y la economía, pero el primero se está imponiendo sobre el segundo.

Según el ‘tracking’ de IMOP Insights para El Confidencial, la gestión económica es la primera respuesta entre los votantes que mantienen su fidelidad al PP. «Por la economía, creo que el PP sabe gobernar mejor y nos hicieron salir de la crisis», es una de las principales respuestas de sus votantes. Los populares consideran que ni las nuevas ayudas sociales ni la subida del salario mínimo aprobadas por el Gobierno de Sánchez les dan credibilidad. «Los españoles tienen interiorizado que el PP sacó a España de la crisis. Primero con Aznar y luego con Rajoy, y eso está grabado», resumía un dirigente popular. El lema de campaña del PP, ‘Valor seguro’, apela a esa fiabilidad en la gestión, que no solo contrapone con el PSOE sino que contrasta con Ciudadanos y Vox, sin experiencia de gobierno.

Aunque es imposible predecir con exactitud los datos de la próxima EPA, hay motivos para que el Gobierno esté temeroso y para que la oposición esté ansiosa por conocerla. Especialmente por llegar a solo tres días de las elecciones y en una campaña con un número de indecisos sin precedentes. Los datos del primer trimestre suelen ser negativos porque se pierden todos los empleos creados durante diciembre por la temporada navideña. Desde 2008, siempre se ha destruido empleo en el inicio del año, y solo en dos ejercicios se redujo el paro (por salida de población activa hacia la inactividad).

Desde 2008, siempre se ha destruido empleo en el inicio de año y solo en dos se redujo el paro

El segundo es que en 2019 la Semana Santa se ha retrasado hasta abril. Esto hace que las contrataciones de la hostelería no hayan llegado a esa encuesta. Además, la economía española cada vez muestra mayor estacionalidad, principalmente como consecuencia del peso creciente del turismo sobre la actividad. Por ejemplo, en el tercer trimestre de 2018, el empleo aumentó en nada menos que 36.600 personas, el mejor dato desde 2015. Tal incremento complica todavía más los datos del inicio de 2019.

Por último, el inicio del año ha mostrado cierta atonía en los datos de desempleo registrado y afiliaciones a la Seguridad Social. Aunque estos indicadores no siempre coinciden con la EPA, suelen ser un buen anticipo, y en este caso muestran ciertas dudas en el mercado laboral. La subida del salario mínimo interprofesional y de las bases mínimas de cotización un 22,5% supone un cambio tan grande que genera, como mínimo, dudas sobre la evolución del empleo.

La afiliación media durante los tres primeros meses del año fue de 18,917 millones de cotizantes, lo que significa casi 71.000 cotizantes menos que en el cuarto trimestre de 2018. Este es el peor inicio de año desde 2014, cuando se perdieron 110.000 afiliados. Los datos del paro son similares: en estos tres meses, hay una media de 40.000 desempleados más, el peor primer trimestre desde 2013.

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL