Ciudadanos necesita hacerse visible. Diferenciarse. Aportar. Es el único modo que tienen de sobrevivir. Y esa es la filosofía que llevó a Inés Arrimadas a ofrecer sus diez diputados para pactar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el Ejecutivo, en un momento en que los apoyos cotizan a alto precio. La exigua mayoría que tienen PSOE y Unidas Podemos les obliga a pactar cada ley, enmienda y propuesta. Hasta hace unos meses la única posibilidad de hacerlo era con el bloque de investidura… y entonces (re)apareció Cs.
La debacle que sufrieron los naranjas hace un año de la mano de Albert Rivera, al pasar de 57 a 10 escaños en apenas unos meses, sumió al partido en un estado de shock. La formación pasó a estar en manos de una gestora provisional hasta que se pudieron celebrar unas primarias que se saldaron con la victoria de Arrimadas en marzo de 2020. Una de las primeras decisiones de los naranjas -cuando todavía dirigía el partido la gestora- fue deshacer el veto impuesto al PSOE bajo la etapa de Rivera. Arrimadas dio un paso más allá tras el inicio de la pandemia y se abrió a pactos puntuales con el Ejecutivo de coalición.
La dirección de la formación naranja, consciente de su debilidad electoral, ha tratado de buscar una alianza «constitucionalista» entre PP, Cs y PSOE para los comicios celebrados este año. Los socialistas lo descartaron desde el primer momento, pero el Partido Popular sí accedió a pactar en Euskadi -no así en Galicia- una lista de consenso. Una alianza que benefició claramente a los naranjas en detrimento del PP: los de Arrimadas lograron dos parlamentarios y entraron por primera vez en la Cámara. El partido presidido por Pablo Casado obtuvo el peor resultado de su historia y se quedó con cuatro.
Casado da por amortizado a Cs
Varias voces, entre ellas el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, cuestionaron la idoneidad de estas alianzas con Cs. Pero Casado hizo caso omiso. Hasta ahora. «He intentado en el último año hacer una alianza de constitucionalistas del centro y la derecha, con esa España Suma que rechazaron tanto Ciudadanos como Vox, y creo que estamos en otra etapa«, decía el líder del PP en la Cope este lunes. Casado enterraba así su ‘proyecto estrella’, España Suma. Un anuncio que no pilló por sorpresa a Cs.
Según las fuentes consultadas por Público.es, Casado ya no lo veía claro desde hace meses. Concretamente, empezó a desdeñar la idea después del verano. Los equipos de PP y Cs se pusieron de acuerdo antes de que el líder conservador lo hiciera público. Al cabo de unas horas Inés Arrimadas anunció que concurriría en solitario a las elecciones en Catalunya, programadas para el próximo 14 de febrero. Los naranjas ni si quiera sopesan ya la posibilidad de aliarse con los populares solo en algunas provincias, como Girona y Lleida.
Arrimadas fue clara: «el PSC y el PP nos han dejado tirados», dijo. Fuentes cercanas a la presidenta señalan que la decisión del PP catalán está muy meditada y solo busca aumentar su número de diputados, aunque sea mínimamente, para «decir que es un triunfo» frente al pronosticado descenso de Cs y aducen el cambio de criterio de Casado a que el popular considera que tiene todo el «centro derecha» para él tras distanciarse -dialécticamente- de Vox.
Arrimadas no se baja de la negociación presupuestaria
El anuncio realizado por el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, no ha modificado un ápice la postura de Ciudadanos. El diputado catalán ha revelado este martes que su formación ha llegado a un preacuerdo con el Gobierno para apoyar los Presupuestos que incluye el fin del control financiero a la Generalitat de Catalunya, la creación de un comité bilateral para una reforma fiscal «justa» y un grupo de trabajo para la reforma del impuesto a las grandes fortunas. Con el ‘sí’ de ERC, el Gobierno no necesita a Cs para aprobar las cuentas. Pero los naranjas quieren seguir en el foco.
Media hora después de la comparecencia de Rufián ya se ha producido la reacción de Cs. «El ‘sí’ o el ‘no’ a los PGE tendrá que manifestarse el jueves de la semana que viene. Todavía queda muchísimo que negociar», ha señalado el portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal. El diputado naranja ha manifestado su deseo de que el preacuerdo con los nacionalistas catalanes «no se consume», pero ha evitado valorar las políticas pactadas con ERC. Es más, ha insistido en que «hay tiempo de sobra para seguir negociando». «Nosotros queremos negociar hasta el final», han sido sus palabras.
Bal ha reivindicado que Cs haya conseguido un acuerdo con el PSOE al pactar una enmienda transaccional a propósito de la tarjeta sanitaria única en España y ha presumido de que 260 de las enmiendas parciales que ha presentado su formación «sigan vivas» y no hayan sido vetadas por el Gobierno. «Es para mí un motivo de alegría decir que las principales líneas naranjas que poníamos como condición para mantener la negociación con el Gobierno siguen a la siguiente fase», ha dicho.
Una parte socialista del Gobierno de coalición ve en los de Arrimadas una oportunidad para ampliar sus opciones políticas y parlamentarias durante la tramitación presupuestaria, la legislatura e, incluso, más allá del ciclo político iniciado el 10 de noviembre de 2019. Sin embargo, la posición de los socialistas choca frontalmente con la de Unidas Podemos. Los de Pablo Iglesias, junto a las formaciones del bloque de la investidura, no ocultan su malestar por el papel protagonista que se le está dando a Ciudadanos.
«Hay una estrategia de Frankenstein para que Cs salga»
Desde la dirección de Ciudadanos denuncian que una parte del Ejecutivo —en la que se encuentran los dirigentes de Unidas Podemos y también otros del PSOE— se muestra más reticente a que ellos participen en las negociaciones, por lo que, a su juicio, tratan de tenderles «trampas» para que «se enfaden» y renuncien a estar en la negociación. Citan como una de ellas la enmienda aprobada por PSOE, UP y Esquerra Republicana para que en la nueva ley educativa el castellano no sea lengua vehicular en la educación española.
«Hay una estrategia de Frankenstein para que Cs salga», afirman los colaboradores más estrechos de Arrimadas. Aseguran que Ciudadanos «no caerá en esa trampa» porque eso es, precisamente, lo que «busca Pablo Iglesias», que Cs se borre de la foto. «Les estamos haciendo daño al intentar que los Presupuestos sean como él no quiere«, valoran.
La presidenta de Ciudadanos y su núcleo duro llevan meses repitiendo que el Gobierno tiene que elegir socios para sacar adelante las cuentas: o ERC y Bildu o ellos, porque sus apoyos son «incompatibles». Un mensaje que también ha trasladado Bal este martes. Sin embargo, las citadas fuentes han mencionado alguna ocasión -y siempre en privado- que no es «imposible» sumarlos a todos.
FUENTE: PUBLICO