La “treta de cálculo” promovida en el Consistorio mazarronero para entorpecer partidas y presupuestos, viene de lejos y está tan manida que espanta, aunque recientemente se haya agudizado por la trifulca interna de los viejos partidos, que maniobran adoctrinados, ávidos de poder y polarizando exageradamente la política como “pollos sin cabeza”.
Es el meollo de la cuestión y divide a ambas formaciones políticas que innovan nuevos partidos de similar ideología, dejando al descubierto el cada vez más bajo sentido institucional de representantes, gobernantes y cargos públicos, extraídos de fieles militantes o trepas oportunistas que la logia caciquil infiltra en los partidos en liza con suma artería. Consagrados políticos de ayer y hoy, partidarios y participes del “nexo bipartidista”, no van a contar si saben algo de los viejos lazos del pasado mediante negocietes paralelos al Ayuntamiento, no van a contar nada de su implicación presente y pasada, no van a contar nada “y lo saben”, sobre la convenida financiación irregular del PPSOE a través de la destapada y tapada trama ”Púnica-Malaya”, tan arraigada, contrastada y conectada entre CARTAGENA-MARBELLA-MAZARRÓN, o del habitual desembarco de adiestrado personal que los clanes fácticos locales con complicidad sindical, sitúan para la función pública en Mazarrón. Supondría admitir que conocían los hechos y no hicieron nada para acabar con esas prácticas. No es cuestión de ocultarse nada, “pero no van a tirarse piedras contra ellos mismos”.
Queda claro que el régimen clientelar establecido sigue inflexible, predomina y mueve los hilos aquí y ahora, pero a puerta cerrada y en privado. En público, y en la calle, no debe ser ya posible continuar con el truco bipartidista convenido en el “Sanedrín Fáctico”, no debe ser posible hacerlo delante de los militantes en los partidos (si los hay y no son funcionarios), ni en el pueblo ante los ciudadanos porque andan muy escamados. El clima político que se ha creado en el tiempo no se va a disipar cuando acabe el actual pacto porque ha venido para quedarse.
Los populares no dejan un solo cabo suelto, presionan y aprietan, mientras consiguen lo que les consienten por pura conveniencia los socialistas. Siempre he defendido la idea de que en política hay que ser serios pero no gilipollas o cuando te den una bofetada poner la otra mejilla. Los populares que siempre juegan con doblez, la dirección y el “gaje” de los “Gerifaltes”, siguen creyendo que el Ayuntamiento es un garito donde se juega al póker con las cartas marcadas y comodines falsos, desde un partido beato de corte anacoreta camuflados bajo las sotanas de sus benefactores que se dedican a sacudir el árbol y recoger las bellotas (belloteros).
Politiqueros de una derecha conservadora quemada y ansias patógenas de sentarse en el “sillón de tersssiopelo” para alquilarse, que se dedican a practicar la política basura o de tarados manejados por cuatro genares latifundistas y unas bandas de golferas que han cambiado el paso de la militancia y ciudadanía afín a su ideario.
POST SCRIPTUM: “No importa cuánto se esfuercen por mantener un engaño, la verdad, aunque a veces tarde, estará esperando pacientemente”.