TIRANDO DE HEMEROTECA PICANTE: 18/04/2017

 

Tenía humilde servidor, primero tentaciones, y ahora ganas de meterle el diente a la delicada piel de las operaciones PÚNICAS que pululan por la nación y los pueblos de España. Son tramas con sus corruptelas y corrupciones que se pagan a precio de oro. La maquinaria es a simple vista un trabajo sucio pero nada complicado. El empresario, el banquero, el político, el abogado, el equipo médico habitual, los bufetes de estrellas y hasta alguna O.N.G. mafiosa, paga una cuota mensual, trimestral o anual, a una empresa camuflada que dice vender vinos de calidad o condones fantásticos que estimulan el placer del orgasmo, pero detrás del mostrador o de la secretaria encantadora de recepción, se mueven empresarios que tienen influencias en los medios, propios o privados, en periodistas claves de proyección nacional que actúan en el teatro de las tertulias o en los círculos vitales y de primer orden de la sociedad española.                                                                                                                  
 
Usted paga religiosamente y ellos se encargan de promocionarle como un tipo genial, un figura, un campeón de la bondad e incluso puede hacer de “negros” escribiéndoles artículos que usted firma, como si fuera una estrella de la Literatura Nacional o de la Prensa Local, Regional o Internacional. Le juro por mis antepasados, que en gloria estén, que jamás he llegado a tanta miseria y tan poca profesionalidad. Pero los hay. Nosotros sabemos que varias figuras de la vida política regional, desde una famosa  ex Alcaldesa-Senadora hasta un ex Consejero de Turismo del Gobierno a la sombra de Ramón Luis y acrisolados colaboradores han entrado en la cadena de investigados por libre decisión y fundadas sospechas del juez Eloy Velasco, un magistrado rápido que no explica coartadas manoseadas de que no va más lejos por falta de medios humanos y técnicos, un mal, un fario murciano ya muy explotado por jueces y magistrados encumbrados, básicamente en el T.S.J., antes y después del insigne Juan Martínez Moya que ha tocado cielo en el Consejo General del Poder Judicial dejando su impronta por los madriles.                                                                                                  
 
Es que Murcia siempre está a tope en todo. También en el número de parados, golfos y herederos de la gloria del pasado recibida del Mindundi y su corte de los milagros. Todavía no ha habido capacidad profesional legal que lo haya tocado con el que era antes el brazo largo de la Ley. No, error. Si, hay un caso, el de la Balsa Yenny, cuyo documento de compra-venta a unos empresarios firmó Ramón Luis Valcárcel Siso, una firma histórica que se oculta ahora después de ser destapada por medios independientes.             
                                                                                                                                                                                                                
Hubo querellas, recusaciones, decisiones asombrosas y congelaciones de invierno polar. La última querella por delito ecológico, que se sepa, está en un cajón misterioso de un Juzgado de Cartagena, que a día de hoy es una de las líneas rojas de las Púnicas Nacionales y Locales. Se entiende la tupida red clientelar de Mazarrón, donde los amos del tomate, ahora tocando cielo enladrillado y exprimiendo zumo a medias con el charcutero Alhameño…”en-CARRIL-aos”, tienen organizada, en proyecto, una tomatina seudopolítica que rompe al Socialismo Regional. Y pagan. Hay más puntos muy rojos como en Molina de Segura, cuna inmortal de la Transparencia montada por el ex alcalde Eduardo Contreras. También hay foco de gran capital ético en Alhama, donde residen los amos de la mitad de la Región y sus islas adyacentes. No pueden faltar Lorca y Puerto Lumbreras, donde allí tampoco ha pasao ná. Murcia capital es la que distribuye el juego de ataque, y hasta la iglesia universal y universitaria tiene sus fuentes de promoción de imágenes impagables que han gobernado con PAS.
                                                                                                                                                                                                                      
El rum rum es opaco pero a veces es hasta ensordecedor cuando salta alegre la publicidad institucional, oficial, que riega de euros el mundo pequeño de la información, justo reparto que se basa en la libertad de expresión, ya que el pueblo soberano tiene derecho a saber y luego a votar intoxicado más o menos  en alto o bajo grado. No pasa solo en la Región murciana, la más noble y de imagen más perfecta, hasta el punto de que su nombre brilla en la constelación de países que han descarrilado. Nosotros podemos presumir de que hasta hemos ahogado un Mar Menor, una minucia de nada, silenciada, que los fiscales se empeñan en resucitar. Que dios sea loado o lo amparen si no reciben instruccciones del Fiscal General o de un delegado del Gobierno, personaje clave de un partido que es jefe de las policías y autoridad administrativa. Nada de recibir presiones, aunque se haya denunciado por un ex fiscal superior, inmediatamente declarado rojo oficial, y ofendida su esposa por ejercer la abogacía circunstancial en un despacho de la oposición durmiente.
                                                                                                                                                                                                
Tenemos en proyecto sacar un par de libros en breve, pero nos dice un abogado veterano, un garganta profunda, que los van a quemar en un auto de fe aplicándoles el terrible tormento sin piedad, con leña legal arrancada del árbol podrido de una Justicia politizada. El mayor drama de la España actual que urge una reforma rigurosa, integral y soberana, sin tener que hacer títeres de escasa cultura política, y calidad, con esos autobuses que inventó Mao, en aquellos años gloriosos de la Revolución Cultural. O la inquisición. Como decía mi abuelo, huertano de pro, mal remate vamos a tener nenicos. Que por uno no pase, compadre, murcianico de humo.                 

 

 

COLECTIVO «OPINIÓN PÚBLICA»