El diario identifica a Puigdemont como “la figura pública dominante que lideró la respuesta al ataque, eclipsando el papel del Estado”

No solo los sindicatos policiales ven en la gestión de los atentados de la semana pasada en Barcelona y Cambrils una oportunidad del Govern para presentarse al mundo como un estado autosuficiente. El prestigioso The Wall Street Journal publica este martes en su edición digital un artículo en el que considera que la investigación de los ataques y la desarticulación de la célula terrorista ha dado al Ejecutivo catalán “la oportunidad de demostrar que puede gobernar independientemente de Madrid”.

El reportaje, firmado por Donato Paolo y Marina Force, refleja las “agudas tensiones” entre los dos gobiernos pocas semanas antes del referéndum de independencia que Madrid “considera ilegal” y que está previsto para el 1 de octubre.

Puigdemont, protagonista
The Wall Street Journal identifica al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, como “la figura pública dominante que lideró la respuesta al ataque, eclipsando el papel del Estado central” y señala que “el lunes por la noche, fue él quien hizo el anuncio, transmitido en directo por la televisión nacional, que la policía catalana había disparado y matado al único terrorista que quedaba”.

El artículo cita a Eulàlia Comas Codina, una estudiante de 21 años de Barcelona, quien asegura que “el gobierno catalán ha tenido suficiente autonomía para gestionar este conflicto por sí mismo y ha demostrado que estamos preparados para hacer frente a cualquier cosa que pueda venir”. También aparece en el informe Ferran Requejo, profesor de ciencias políticas de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, para quien “Catalunya ha reaccionado como si ya fuera un estado”.

Pero él y otros expertos dicen que esta muestra de independencia probablemente no va a provocar un cambio en la opinión pública sobre la independencia de Catalunya, una cuestión que “divide profundamente” a la sociedad catalana.

El diario neoyorkino también se refiere a los editoriales de El País y El Mundo que pidieron el viernes que el gobierno catalán deje de lado su proyecto secesionista y se concentre en la seguridad y explica la respuesta de Puigdemont ese mismo día en RAC1. “Puigdemont respondió con desdén: ‘Quien quiera dudar del compromiso de la policía y de las instituciones catalanas contra el terrorismo es, digámoslo claramente, una persona miserable’”.

“Debido a que muchas de las funciones policiales, incluida la seguridad, están en manos de las autoridades regionales”, añade el rotativo, Catalunya ha mantenido el control de gran parte de la investigación de los ataques terroristas y añade que muchas otras competencias también fueron transferidos de Madrid a Catalunya.

El diario señala que “los gobiernos de España y de Catalunya se comprometieron públicamente a la unidad tras el ataque y destaca las palabras de Mariano Rajoy enfatizando justo después del asalto que “España es un pueblo unido … en los valores de la democracia, la libertad y los derechos humanos”. “Habría sido una vergüenza ver fracturas en la respuesta al terrorismo debido a la política”, asegura Requejo en el reportaje.

El artículo también resalta que los dignatarios extranjeros, como los cancilleres alemanes y franceses, fueron recibidos en Barcelona tras los atentados del jueves por Raúl Romeva que define como “un funcionario catalán que se describe a sí mismo como ministro de Relaciones Exteriores de la región”.

Los autores mencionan asimismo las contradicciones entre el Ministerio de Interior y la conselleria del ramo respecto a la desarticulación de la célula. El sábado, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, dijo a los periodistas que la célula terrorista había sido “totalmente desmantelada”. Poco después, Joaquim Forn, conseller del Interior, lo contradecía.

Otra forma de manifestar la separación entre Catalunya y España, según el diario, fue que cuando el gobierno enumeró las nacionalidades de los muertos y heridos en el ataque, distinguió entre catalanes y españoles.

Respecto al 1-O, el diario destaca que la ley que debe permitir el referéndum no está aprobada y que el Govern intenta retrasar su aprobación para limitar la capacidad de reacción del Estado. “Si el gobierno catalán procede y una mayoría opta por la independencia, el WSJ considera que “Catalunya podría declarar unilateralmente su independencia, aunque es más probable que el gobierno busque utilizar ese resultado para negociar una salida más ordenada”. Sin embargo, el periódico ve que en cualquiera de los dos casos se desencadenaría una crisis política y constitucional.

El impacto de los ataques en el referéndum
El impacto del terror en el referéndum y la respuesta de Madrid a un eventual voto a favor de la secesión no está claro, según el diario que hace un repaso a las encuestas recientes y señala que los contrarios a la independencia son más que los favorables.

Para finalizar, The Wall Street Journal se pregunta el impacto del atentado en el proceso y cita a Lorenzo Vidino, director de un programa sobre extremismo en la Universidad George Washington. Vidino cree que los ataques podrían afectar de dos maneras diferentes. “Algunos catalanes pueden sentirse más españoles después del asalto (…) mientras que otros podrían sentirse orgullosos de la capacidad de sus fuerzas de seguridad para capturar o matar a todos los terroristas”.

FUENTE: Josep M Calvet, LA VANGUARDIA