(Reflexiones con fronteras de seguridad, por José Juan Cano Vera)
Siento vergüenza, con algunos gramos de pena ya que incluso en desastres como estos recientes de Cataluña, otra masacre que volverá a repetirse en los puntos sensibles de nuestro país, previamente preparados y organizados por los estrategas intelectuales y financieros, terminan con verdaderas derrotas de gobiernos y regímenes del mundo occidental, y sus enfrentamientos internos de carácter religioso, que me recuerdan las guerras medievales y otras anteriores.
En el fondo las guerras de las civilizaciones se mantienen, con el apéndice de los feroces combates del mundo para controlar el poder económico, en el que el petróleo, es solo un oscuro capítulo con vida para no más de unas décadas.
Comento al principio de estas reflexiones la vergüenza y la pena que percibo estos días, observando con asco, cómo los partidos, gobiernos, políticos y medios de comunicación aprovechan las ocasiones para sacar pecho, hacer política barriobajera, montar trampas de una oratoria sentimentaloide, apedrearse con propuestas irrealizables y cómo no, montar espectáculos mediáticos para hacer caja, pero que realmente solo favorecen a los criminales y a sus patrocinadores.
Este pasado jueves se dijo de todo, incluso que la C.IA. había advertido a la polícía catalana de la inminencia de un brutal ataque terrorista, lo que es totalmente falso. La C.I.A. y el F.B.I. norteamericanos solo se comunican a nivel estatal, y si fue cierta la advertencia, habría que investigar los fallos de los Mossos.
La realidad de los últimos actos terroristas que han supuesto fuertes golpes, derramamiento de sangre y el desprestigio de las Fuerzas de Seguridad del Estado y sus Servicios de Inteligencia y contra espionaje, incapaces de controlar los movimientos de los siete u ocho mil asesinos en potencia que andan sueltos por la Unión Europea, a los que hay que sumar unos treinta mil guerrilleros en los frentes de guerra de Oriente Medio, Africa y Asia, nos hace pensar que por encima de ofrecer nosotros las manos tendidas, está la seguridad de nuestras vidas.
Somos unos doscientos millones más de habitantes que no superan sus temores, tienen miedo y vivimos en un estado de ánimo deprimido pensando en qué será del futuro de nuestro mundo libre, lleno de posibilidades y amantes de la paz y el Sistema Democrático.
Sabemos que ellos, los terroristas y sus amos, desean derribar nuestro Sistema por otro, en el que harían funcionar las dictaduras, la incultura, las persecuciones ideológicas y reducir nuestra propia existencia, esclavos del Estado y volviendo a las cavernas religiosas, y para ello, atentos, cuentan con aliados políticos, partidos y movimientos populistas de una cultura ínfima e incluso aprvechándose de grupos sociales que se dejan manipular y medios de información infiltrados por mercenarios de la información. Se llaman los «Apóstoles de la Sociedad Trasversal». España parece, digo parece, un coladero.
OS SALUDO Y FELICITO. LA INFORMACION, LOS ARTICULOS Y VUESTRA PROFESIONALIDAD. VAIS A MAS. ME ALEGRO. LUIS. PERIODISTA JUBILADO, QUE SIENTE ENVIDIA.-
A quines se les puede ocurrir sino a los polítiqui`llos españoles asentados en La Moncloa permir a las regiones con un elevado número de simpatizantes soberanistas tener una POLICIA PROPIA, bien mentalizada por los partidos separatistas y sus gobiernos, armados hasta los dientes y no muy preparados en la guerra antiterrorista que debe estar en manos de los mejores expertos, especialistas y agentes. Es lo que está pasando en Cataluña y dentro de poco en dos o tres Comunidades más. Los mansos de escuadra, no en su totalidad, es una fuente peliogrosa de conflictos y de falta de coordinación. S. M.R. Zaragoza.-