Ha llamado la atención la extraña ausencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en los actos oficiales de la visita de la Canciller de Alemania Ángela Merkel a Sanlúcar y Doñana.
A pesar de que la dirigente del PSOE andaluz es la primera autoridad en el Sur de España, y además una gobernante muy interesada en los problemas de la inmigración, una vez que Andalucía es el territorio más afectado por la oleada de pateras que llegan de Marruecos.
Pero sabido es que que las relaciones entre Sánchez y Díaz son pésimas desde que se enfrentaron en las primarias del PSOE (donde Susana le dijo a Pedro eso de ‘el problema eres tú’), y donde ganó Sánchez a pesar de tener enfrente a todo el aparato del PSOE.
Sin embargo Pedro y Susana están obligados a entenderse máxime si se confirma que la andaluza está preparando un adelanto electoral para este otoño en Andalucía. El que se convertiría en el primer test de la era Sánchez y también en una prueba de fuego para el liderazgo del PP andaluz de Juan María Moreno Bonilla (que apostó por Santamaría en el Congreso del PP).
Y un test también para la líder andaluza de Podemos Teresa Rodríguez que ya marca distancias con Pablo Iglesias y la dirección nacional de su partido.
De manera que Sánchez ha excluido a Susana Díaz de la visita de Merkel y puede que en cuestión de semanas tenga que hacer campaña electoral con ella en el territorio andaluz. El que siempre fue el cuartel de invierno tanto del PSOE como del PP, o la cuna del bipartidismo español y donde también se han hecho hueco Cs y Podemos.
De ahí que el resultado de las elecciones andaluzas (si no se celebran en el otoño se celebrarán en enero) marcará una tendencia para el resto de las citas electorales de 2019 y 2020.
Con una doble novedad en la que será su campaña electoral porque en ella aparecerán dos nuevos líderes políticos, Sánchez y Casado que medirán sus fuerzas en la batalla del Sur, para la que Susana Díaz le habría venido muy bien una foto con Merkel que el ‘lince’ de Pedro Sánchez impidió.