Aunque parezca increíble, en las tertulias políticas de barra de bar afines al PP se oyen comentarios que me dejan perplejo : La verdad es que entre los militantes y votantes más fieles del Partido Popular, a día de hoy, no podemos entender las verdaderas intenciones de Alicia Jiménez pactando con mercenarios políticos de lo peor que todo el pueblo sabe a lo que van o, el tiempo acabará colocando a cada cuál en su sitio. Es decepcionante. ¿Tan difícil es exponer sin complejos los motivos de tanto desvarío y contarnos a los que nos pintan la cara cada día por ellos, la realidad sin tapujos del “Pacto de las Maravillas»?.

Es cierto que cada vez resulta menos creíble el delirante apaño a cuatro bandas del que todos los vecinos de Mazarrón deberían estar pendientes.”Alguien ha mentido a alguien…”, pero seguimos sin saber quien. Imagino que doña Alicia no es una Alcaldesa a la que los  “Jerifaltes Fácticos” pusieron en el cargo de forma accidental. Menos aún al frente de la Concejalía de Urbanísmo, casi nada, en el centro decisivo de los negocietes más ventajosos y de reparto del pastel. Para jugarse tanto en un puesto tan arriesgado sin mayoría y su brillante carrera política, tiene que tener razones de muchísimo peso.

Uno podría pensar como ellos que, cuando una persona pretende defender los principios básicos e ideológicos de su partido, hacer una gestión transparente y decir la verdad, sea cual sea su cargo, una decisión de este tipo debería haber sido consultada con las bases y dar por una vez en el partido y ante la gente una imagen de sensibilidad democrática. Espero en breve una reacción del PP y, ojalá, de los habitantes de Mazarrón. La Institución precisa de otra imágen muy distinta a la que se muestra en los Plenos como anticipo de los  temerarios litigios que se empiezan a acumular en los Juzgados, hasta algunos Ediles y dirigentes de peso en los partidos “andan al quite” con los medios de información muy  preocupados por los escándalos ocasionados  y evitar en lo posible que se propague excesivamente lo sucedido, pues al final aparecen todos los políticos del “establishment local” como responsables o consentidores, pringados y metidos en el mismo saco.

 

 

“Paco Buenaperzoooona”, el perverso artífice del dramático amasijo político, no sale muy bien parado : trepa, traiciona, delinque, sin escrúpulos…. Aunque la veterana Alcadesa Popular también tiene sus pecados . El necesita de ella y desde el principio se da cuenta. Queda esa separación entre dos formas de hacer politica que intentan aparentar cierta distancia pero cada vez están mas cerca y al final se necesitan. ¿Es peor él por su falta de honestidad y escrupulosidad, o es peor ella que no contó toda la verdad ni a los suyos, algo que la persigue día tras día? Son dos polos negativos, y “solo el interés les une…

Unos pésimos dirigentes apoltronados, dos políticos malos de solemnidad que nos engañan siempre a todos pero al final se les ve “el truco y el trueque”. De momento están logrando  que no se cuente lo que se tiene que contar o que se cuente de la manera que  les interesa. Eso es lo que nos debe preocupar, esa falta de decencia, libertad y honestidad queriendo doblegar a los medios que no publican lo que ellos quieren y como quieren. Cuando un medio de comunicación o un partido político no es transparente y esconde sus recursos e intereses, evidentemente está engañando. Hasta los seguidores más leales se acaban dando cuenta y acaban abandonándolos.

Existe una clara conexión entre las malas prácticas políticas y la honestidad ciudadana dado que, muchas personas en Mazarrón están dispuestas a romper las reglas en beneficio propio si otras también lo hacen. Sin embargo, no se había demostrado dicha relación tan rotundamente como hasta ahora. La corrupción y el fraude no son solo perjudiciales por razones económicas, sino que también tienen un efecto negativo sobre la honestidad de las personas, en especial de los políticos en el poder.

 

POST SCRIPTUM: “Para saber lo que realmente piensan nuestros gobernantes y su grado de honestidad, hay que prestar más atención a lo que hacen que a lo que dicen.

 

 

 RUBÉN GONZÁLEZ