(Reflexiones de José Juan Cano Vera)

Durante dos semanas veníamos señalando desde «MURCIA TRANSPARENTE» que las tensiones, violencias verbales y los denigrantes espectáculos de la huelga del Aeropuerto de Barcelona protagonizada por los servicios privados de seguridad no presagiaban nada bueno, e incluso apuntabamos que los tácticos estrategas del terrorismo global estarían proyectando un atentado con muertos y heridos. Apuntamos, incluso, que la acumulación de unos dos mil pasajeros podrian provocar los mismos hechos criminales que se dieron en el Aeropuerto romano de Fiumicino a cargo de «Al Fatah» en circustancias muy similares.

La llegada de guardias civiles al Aeropuerto catalán para poner algo de orden y seguridad en el Prat, desencadenó una serie de criticas totalmente ingratas y ofensivas por parte de dirigentes políticos, entre ellos el secretario de organización del PSOE que llegó a calificar a los agentes de esquiroles. También los separatistas de la CUP, que desde primeros de este mes de agosto se han dedicado a tensionar una crisis brutal y ejercer actos de violencia en el sector turístico.

La crisis catalana que ya viene de lejos, seguirá su senda de crispación y pone a nuestro País en el punto de mira de la prensa internacional y el mundo económico. El pronóstico es que ésta violencia irá creciendo, fomentada por los extremistas y se teme que el próximo 11 de septiembre, día de la Diada Catalana termine con mayor violencia desencadenando una crisis que pone al separatismo en una situación de culpabilidad, que para nada puede conducir a resultados que beneficien a los españoles y nuestras instituciones. De nuevo este brutal acto de terrorismo nos recuerda los ciento noventa muertos de los atentados de Atocha, tres días antes de unas elecciones legislativas cuyas consecuencias estamos soportando. Este atentado de Barcelona es otro atentado estratégico que se venía temiendo, como veníamos comentando en Murcia Transparente.

JOSÉ JUAN CANO VERA