El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hará el lunes una visita relámpago a Rabat(Marruecos), donde se entrevistará con el primer ministro, Saadeddine Othmani, y será recibido en audiencia por el rey Mohamed VI. El viaje estaba pendiente desde que Sánchez fue investido presidente, el pasado 2 de junio, y se había ido demorando ante la imposibilidad de cerrar una audiencia con el monarca marroquí.

Tradicionalmente, Marruecos ha sido el destino del primer viaje internacional de los jefes de Gobierno españoles y Pedro Sánchez pidió cita con Mohamed VI nada más llegar a La Moncloa, pero hasta ahora no había sido posible encontrar un hueco en la agenda del monarca alauí.

La demora había llegado a crear una situación incómoda, ya que Sánchez tiene previsto viajar el próximo 10 de diciembre a Marraquech, donde se celebrará una cumbre sobre inmigración organizada por Naciones Unidas, y resultaba protocolariamente embarazoso que participara en un foro internacional sin haberse presentado antes al jefe del Estado anfitrión.

La situación se ha desbloqueado a raíz de que, el pasado domingo, Sánchez y Mohamed VI coincidieran  en París en los actos conmemorativos del centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial y se saludaran por primera vez.

Fuentes gubernamentales han negado que el retraso de la visita del presidente a Rabat fuera un síntoma de malas relaciones bilaterales y lo han atribuido a las ausencias del país de Mohamed VI y su complicada agenda. La falta de un encuentro al máximo nivel se ha suplido hasta ahora con los viajes de ministros: los titulares de Interior y Asuntos Exteriores, Fernando Grande-Marlaska y Josep Borrell, viajaron al país vecino a finales de junio; en septiembre lo hizo el de Cultura y Deporte, José Guirao, y en octubre, la de Justicia, Dolores Delgado.

Marlaska volvió a Marruecos el 12 de agosto, con motivo del partido Barça-Sevilla en Tánger, y aprovechó para reunirse con su homólogo Abdelouafi Laftit, a quien el 20 de octubre recibió en Madrid; y Borrell regresó a finales de octubre a Rabat para asistir a un foro internacional.

A todas estas visitas les faltaba la guinda de una audiencia con el Rey, reconocen las fuentes consultadas, lo que es mucho más que simbólico en un país altamente centralizado donde las grandes decisiones dependen de palacio.

Sánchez no es el único que ha sufrido la complicada agenda de Mohamed VI. En enero pasado y con escasos días de antelación se canceló la visita de Estado que los Reyes planeaban realizar al país magrebí. Aunque entonces se dijo que el viaje quedaba pospuesto hasta marzo, nunca se volvió a concretar.

A final de febrero se anunciaba que el rey de Marruecos había sido operado de una arritmia cardiaca en París. En la fotografía que la agencia marroquí MAP difundió del rey convaleciente en el hospital, rodeado de sus familiares, faltaba la princesa Salma, a la que desde entonces no se ha vuelto a ver en público, aunque los rumores sobre el divorcio de Mohamed VI nunca se han confirmado.

En los últimos días, el Rey ha recuperado su agenda internacional. El pasado jueves recibió al presidente francés, Emmanuel Macron, quien inauguró la primera línea férrea de alta velocidad en el norte de África.

El principal asunto en la visita de Sánchez será la inmigración irregular, como prueba el hecho de que le acompañe Marlaska en la visita. Hasta el 14 de noviembre han llegado a España por vía marítima 55.949 inmigrantes, frente a los 23.147 del mismo periodo del año pasado, un aumento del 142%.
 
 

FUENTE: ELPAIS