JORGE SÁINZ

 

«Marruecos tiene casi más importancia que lo que está pasando en Afganistán«. Así interpretan fuentes diplomáticas los pasos que se están dando para desencallar el conflicto diplomático que enfrenta a ambos paísesdesde la crisis migratoria de Ceuta. La llegada de José Manuel Albares al Ministerio de Asuntos Exteriores ha acelerado el deshielo. Y Pedro Sánchez tiene ya entre ceja y ceja recuperar ese viaje a Rabat que fue aplazado a finales del año pasado.

«Todo se andará», responden a Vozpópuli desde el entorno de Albares cuando se pregunta sobre un viaje inminente de Sánchez a Marruecos. El presidente del Gobierno todavía no lo tiene en su agenda, pero se están dando todos los pasos en esa dirección. Uno de ellos, con el que ya especula la prensa marroquí, es el regreso de la embajadora del reino alauita a Madrid. Una vuelta que puede ser inminente, según medios locales.

Varios factores dificultan este intento por recomponer el tablero. Por un lado, las tensiones diplomáticas entre Argelia y Marruecos han llevado a Argel a romper relaciones con Rabat. Esta decisión añade un punto de tensión e incertidumbre para España, que tiene vínculos de vecindad con las dos potencias del norte de África. Por otro, y en un plano más doméstico, sigue pendiente de resolver la polémica devolución de los menores que cruzaron a nado a Ceuta el pasado mayo.

El peor conflicto con Marruecos

Sánchez ha citado el miércoles al presidente de la ciudad autónoma, Juan Jesús Vivas, en La Moncloa. Ambos abordarán la paralización de estas entregas por orden judicial. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, inició este proceso amparándose en un acuerdo bilateral del 2007. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha reconocido que «si la Justicia observa que hay que atender algún matiz» el Ejecutivo lo tendría en cuenta.

Albares lidera en primera persona esta operación para reconducir el conflicto con Marruecos, que es el más grave desde la toma del islote Perejil en 2002. Y lo ha hecho en tiempo récord. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores lleva apenas mes y medio en el cargo. Y la ministra saliente Arancha González Laya salió del Gobierno con los puentes con Rabat completamente rotos. «El trabajo de Albares está dejando en muy mal lugar a Laya», reconocen fuentes diplomáticas.

Los primeros frutos de esa labor discreta pero constante fue el mensaje de Mohamed VI. Un punto de inflexión, que sorprendió incluso a amplios sectores de la diplomacia española. Estas fuentes siempre han reconocido a Vozpópuli que Marruecos tendría que «recoger carrete tarde o temprano», porque el país norteafricano no tiene suficientes elementos como para presionar a España.

«Marruecos es uno de los principales receptores de ayuda financiera de la Unión Europea y hay una zona de libre comercio entre los países del Mediterráneo y la Unión. Si España baja el pulgar en Europa, el hundimiento de Marruecos sería total«, han explicado a este diario.

La mediación de EEUU

Sin embargo, nadie esperaba un paso atrás tan rotundo. El rey marroquí dijo en un discurso televisado que espera inaugurar una etapa inédita” en las relaciones entre ambos países que se debe basar en “la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos”.

Sánchez, por su parte, se felicitó por las palabras del monarca. Y tendió la mano para profundizar en ese diálogo. “Somos aliados, vecinos, hermanos, y por tanto damos la bienvenida a esas palabras. Sobre la confianza, el respeto y la colaboración podemos construir una relación sobre bases mucho más sólidas de las que hemos tenido hasta ahora. De toda crisis surgen oportunidades, y creo que esta es una gran oportunidad”, dijo el presidente del Gobierno.

Una de las incógnitas de este proceso de deshielo es el papel que está jugando Estados Unidos como mediador. Algunas fuentes sostienen que está participando de alguna manera, porque solo así se entiende un repliegue tan grande de Marruecos. El Gobierno de Sánchez ha intensificado su diálogo con Estados Unidos por la reciente crisis en Afganistán. El jefe del Ejecutivo y el presidente norteamericano, Joe Biden, mantuvieron una conversación de 25 minutos el pasado fin de semana, según La Moncloa.

Sánchez y Biden acordaron que las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla) servirían para acoger temporalmente a afganos colaboradores de EEUU en tránsito hacia otros destinos. La Casa Blanca, por su parte, emitió un comunicado donde elogian el liderazgo de España a la hora de «reunir el apoyo internacional» para ayudar las mujeres y las niñas afganas.