Pedro Sánchez mantiene su apuesta por jugar las mismas cartas para resolver la investidura en apenas dos semanas, pese a que esta partida parece perdida de antemano y aboca a la repetición electoral en noviembre. Aunque la víspera Pablo Iglesias le negó toda coope ración si no hay coalición y Pablo Casado le reconfirmó que no fa cilitará su investidura, ni ahora ni en septiembre, el líder del PSOE insistió en demandar la abstención del PP y en intentar calmar los ánimos y reabrir el diálogo con Unidas Podemos.
El movimiento más sorprendente, que incluso molestó a algunos dirigentes del PSOE, fue la misiva suscrita por 66 diputados socialistas de la anterior legislatura que se abstuvieron para facilitar la investidura de Mariano Rajoy en el 2016, en la que ahora reclaman “reciprocidad” al PP. La dirección del PSOE insiste así en intentar presionar a Casado para que allane la investidura de Sánchez, pese a que la demanda volvió a caer en saco roto en el PP e irritó a alguno de los diputados socialistas que se mantuvieron firmes en el “no es no” a Rajoy.
La estrategia de Ferraz disgusta a algunos de los diputados socialistas que votaron no al PP, como Odón Elorza
La carta provocó revuelo en algunos sectores del PSOE, que advierten que Sánchez demanda ahora a Casado lo que él mismo negó a Rajoy en el 2016. De hecho, Sánchez incluso dejó su acta en el Congreso, poco después de ser forzado a dimitir como líder del PSOE, para no tener que abstenerse y facilitar la investidura de Rajoy. La carta, bajo el epígrafe de Un camino difícil y honorable, la firman la mayoría de los diputados socialistas que se abstuvieron hace tres años, entre los que se encuentran fieles de entonces y de ahora a Sánchez, como Adriana Lastra o José Luis Ábalos, pero también muchos de sus críticos, que en aquella época eran la gran mayoría del grupo socialista y que luego fueron defenestrados o abandonaron la política, como Antonio Hernando o Eduardo Madina.
La misiva la dirigen a los actuales diputados del PP, y en ella recuerdan que los socialistas “sufrimos el mayor desgarro que hemos vivido desde que recuperamos la democracia en España”. La decisión final del PSOE, rememoran, fue una abstención incondicional. “No fue una abstención negociada a cambio de algo, no nos abstuvimos para que gobernara Rajoy, sino para que España tuviera un gobierno”, aseguran. Y destacan que aquello es hoy “un activo del PSOE”. “Ahora es el momento de la reciprocidad”, piden. “Sería razonable que os abstuvierais sin condiciones, como hicimos nosotros”, reclaman a los diputados del PP. “No os pedimos que hagáis nada que no hayamos hecho antes nosotros”, zanjan.
Pero la iniciativa molestó a algunos socialistas que votaron no a Rajoy. Como Odón Elorza, que ayer se mostró orgulloso y “convencido de que era mi obligación por respeto a los compromisos electorales, la militancia y mis convicciones”. Y esa actitud, aseguró, “también es un activo en la historia del PSOE”.
Entre tanto, y tras los tirones de la víspera, Adriana Lastra e Irene Montero hablaron ayer por teléfono. “A pesar de que las posiciones siguen igual”, reconoció la dirección del PSOE, ambas se emplazaron “a seguir dialogando y a tener una vía abierta de comunicación”.
Fuentes de Podemos confirmaron la conversación, aunque señalan que el contacto entre ambas es fluido y constante desde hace meses, en tanto que portavoces de sus grupos parlamentarios. En todo caso, Montero le transmitió su “plena disposición para sentarnos a negociar en cuanto el PSOE levante sus vetos y líneas rojas y esté dispuesto a negociar un gobierno de coalición de izquierdas”, repiten en la formación morada, lo que supone abordar conjuntamente “programa, políticas y equipos”. Desde el grupo confederal subrayan que esta opción es la que se deriva del mandato de las urnas, y “es lo que quieren los españoles según publica el CIS”.