Cuenta Pedro Sánchez en su nuevo libro que Ciudadanos se equivoca al creerse lo que dicen las encuestas, porque eso le lleva a tomar decisiones erróneas. No está muy claro si esa teoría es original del presidente del Gobierno o si, por el contrario, es fruto de la mente de su consejero de cabecera, Iván Redondo, o de su ‘negra’ literaria, Irene Lozano. En cualquier caso, no está mal tirada y conviene tenerla muy presente para analizar lo que este lunes ha pasado en la sede del partido naranja: la dirección de Ciudadanos ha aprobado por unanimidad descartar por completo cualquier pacto con el PSOE tras las elecciones generales del 28 de abril.
Los de Albert Rivera llevaban varios días amagando con ese veto y anunciando que jamás pactarían “con Pedro Sánchez o con el sanchismo”, pero ahora han elevado aún más su órdago rechazando por completo al PSOE.
¿Tiene sentido que una formación como Ciudadanos, que es probablemente la única en España que tiene la posibilidad de trenzar acuerdos a derecha e izquierda, se cierre de forma tan tajante esa puerta en plena precampaña electoral? En este caso, parece que se cumple la teoría de Sánchez: Rivera ya se ha convencido de que tras el 28-A la suma de Ciudadanos, Partido Popular y Vox permitirá reeditar a escala nacional algo parecido a lo que sucedió en Andalucía tras las autonómicas de diciembre.
Calculada ambigüedad
Sin embargo, Ciudadanos debería aprender de la historia reciente: ni las encuestas son fiables a dos meses de las elecciones, ni conviene vender la piel del oso antes de cazarlo. En un panorama político tan fragmentado, cualquier cosa puede pasar… y precisamente Ciudadanos, que casi siempre hace gala de una calculada ambigüedad, debería actuar con más cautela y no arriesgarse a perder votos por ningún flanco.
En las recientes elecciones andaluzas el PSOE perdió miles de votos… muchos de los cuales se fueron a Ciudadanos, que acabó beneficiándose de los socialistas descontentos tanto con Pedro Sánchez como con Susana Díaz. Si los naranjas insisten en transmitir la idea de que la única salida para España es un pacto a tres bandas con Vox y PP, la famosa foto de Colón, quizás acaben obligando a esos votantes a quedarse en casa por no tener a quién votar. Quizás sean pocos los que actúen así en comparación con el total de los votantes de Ciudadanos, pero tal y como están las cosas un partido no se puede permitir el lujo de ahuyentar a nadie.
Como estamos viendo estos días, Sánchez explotará al máximo el pacto andaluz y la foto de Colón durante la campaña electoral para arrinconar a Ciudadanos y quedarse con todo el espectro ideológico del centro. La decisión de Ciudadanos de dar por hecho que la única salida es pactar con Vox y el PP lo único que hace es reforzar las opciones del PSOE.
España atraviesa por una grave crisis institucional, y no parece que tras las elecciones vaya a haber mayorías claras para afrontarla. Con cinco partidos de escala nacional en liza, serán necesarios los pactos, no los vetos. Habrá que tender la mano, dialogar, aunque siempre entre todos aquellos que respeten las reglas del juego, por supuesto. Sin embargo, la decisión de Ciudadanos no ayuda.
En campaña siempre se dicen muchas tonterías y, curiosamente, los nuevos partidos son muy dados al descarado desparpajo de decir una cosa y la contraria en un brevísimo plazo de tiempo. Lo de Ciudadanos de este lunes es una soberana majadería, porque todo el mundo sabe que el día después de las elecciones, si no hay otra manera de formar Gobierno, Rivera se sentará a dialogar con quien haga falta. Y en esto Ciudadanos ya tiene experiencia: dijo que jamás apoyaría a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno… y acabó votando por él en la investidura de 2017 y también luego en la famosa moción de censura. Un poco de prudencia, por favor.
Los abrazos rotos de Rivera y Sánchez: estudios de Cs detectan un rechazo total de su electorado a pactar con el PSOE
Albert Rivera ha revestido de toda la solemnidad posible -la de su comité ejecutivo nacional- la rupturaa priori con Pedro Sánchez y el PSOE. Ciudadanos ha descartado cualquier pacto con el socialismo después de las elecciones generales del 28-A.
Es una ruptura personal, entre Rivera y Sánchez, pero también política. Ciudadanos maneja estudios internos que detectan un rechazo abrumador de sus votantes al acuerdo con el PSOE.
Rivera trata, por un lado, de contener las dudas que siembran PP y Vox sobre la posición naranja tras las urnas. Y, por otro, quiere mover el eje del debate hacia el pacto de Sánchez con los partidos separatistas. Ciudadanos, dice el entorno del presidente del partido, se sitúa como alternativa de Gobierno, no como bisagra. Es una estrategia similar a la que dio en los primeros compases de la precampaña para las elecciones andaluzas del 2-D.
«Lo más importante que ha ocurrido en esta legislatura tanto en España como en Europa es que hubo un golpe del separatismo en Cataluña que estuvo a punto de romper el país», dicen fuentes del partido naranja. «Y nosotros no podemos estar al lado de los que han pactado con los partidos que dieron ese golpe».
Ningún voto que vaya a Ciudadanos va a servir para que Sánchez siga como presidente del Gobierno. Estamos siendo claros. Ni con el PSOE, ni con Sánchez»
De Rajoy a Sánchez
El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha anunciado la decisión de la ejecutiva por unanimidad. Y los portavoces naranjas se han lanzado a las redes a defenderla. En el pasado, Rivera dijo que no apoyaría un Gobierno presidido por Mariano Rajoy y acabó haciéndolo.
Aseguró entonces que lo hizo por responsabilidad y ante la perspectiva de una tercera repetición electoral a la que se abocaba España en 2016 por el no es no de Sánchez.
«Ningún voto que vaya a Ciudadanos va a servir para que Sánchez siga como presidente del Gobierno«, ha dicho Villegas. «Estamos siendo claros. Ni con el PSOE, ni con Sánchez».
El no es no ha cambiado de bando. Si Rivera podrá mantenerlo después del 28-A sólo lo dirán las urnas. El portazo naranja ha coincidido con la mano tendida del PSOE a posibles pactos con Ciudadanos. La dirección del partido considera que es una oferta envenenada, propia de las dinámicas de campaña.
Frente a una corriente amplia de opinión publicada que califica de error mayúsculo su veto a Sánchez, en Ciudadanos no olvidan estos nueve meses de Gobierno socialista. El diálogo está roto desde la moción de censura y la relación no ha hecho sino empeorar desde entonces.
Incompatibles con el nacionalismo
Hace más de un año que Sánchez y Rivera no intercambian una sola palabra fuera de los debates a los que obliga el Parlamento. En Ciudadanos, hasta las voces más críticas con Rivera en el pasado, defienden que es inviable el pacto con el PSOE. Y recuerdan que el partido nació en 2006 en Cataluña precisamente como reacción a los pactos del PSC con el independentismo.
«Nos llaman fachas, se reúnen con Torra y obvian a Arrimadas«, dicen. «Somos la extrema derecha y las nuevas generaciones del PP y ahora quieren pactar con nosotros. Ciudadanos es incompatible con eso».
En Ciudadanos son conscientes del riesgo de jugarse las elecciones en un espacio menguante con el PP y Vox. La búsqueda de votantes del centro izquierda se ve ahora comprometida, pero fuentes de la dirección naranja aseguran que el votante socialista que ya han conquistado no lo van a perder por su rechazo a Sánchez. «Si se han ido es porque no están contentos con él», dicen.
A más de dos meses de las elecciones, en Ciudadanos dicen que la campaña no ha hecho más que comenzar. Y comparan la situación actual con la que se vivió en Andalucía hace unos meses. El partido naranjatambién dijo entonces que no pactaría con Susana Díaz de ninguna manera.
FUENTE: VOZPOPULI