Albert Rivera (Barcelona, 1979) ha hecho una apuesta fuerte para las elecciones generales del 28-A. El candidato de Ciudadanos quiere que su partido forme parte de un gobierno de cambio, que envíe a Pedro Sáncheza la oposición.

Rivera no ha escatimado en medios para intentarlo. Se ha llevado a Inés Arrimadas al Congreso y ha incorporado algunos fichajes como Edmundo Bal o Marcos de Quinto a sus listas. ¿Cuál es la frontera entre el éxito y el fracaso? Rivera confiesa en una entrevistaa Vozpópuli que está acostumbrado a saltar sin red desde que entró en política, y que está convencido de que a Ciudadanos le irá bien en las urnas.

El líder naranja ha planteado una fórmula de pacto a la andaluza para el Gobierno de España. Defiende un gobierno de coalición con el PP. Si no suman mayoría absoluta (tal y como parece según las encuestas), se fía todo a Vox. Rivera prefiere que el partido de Santiago Abascal no entre al Ejecutivo, pero tampoco traza una línea roja.

Asegura que España se juega el futuro en algunas reformas clave, que pasan por una Moncloa que no dependa de formaciones nacionalistas y separatistas. En su opinión, el país necesita un pacto de una década para recuperar la presencia del Estado en Cataluña, País Vasco y algunas zonas de Navarra. Y cree que se necesitan políticas de natalidad, despoblación y empleo para afrontar los retos de este siglo y frenar el populismo que avanza en Europa.

¿Qué se juega España el 28-A?

Nos jugamos el modelo de país que queremos, el modelo de sociedad que queremos. Se está instalando un modelo de sociedad que a mí me preocupa, en el que los radicales, las políticas más obsoletas, la polarización parece que vuelven y algunos quieren darle respiración artificial. Estamos viendo como Torra, Puigdemont, Bildu, el PNV, la mal llamada ley de abusos policiales, las 21 peticiones de Torra, los lazos amarillos, todos los retos y desafíos al Estado permanentes o el golpe separatista marcan la política nacional; mientras Podemos intenta con Sánchez marcar la política económica y la filosofía económica del país. Ambas cosas son nefastas: que la política económica la lleve Podemos y que la política nacional y territorial venga marcada o chantajeada prácticamente por el separatismo me parece malo. Nos jugamos, como decía el programa del PSOE, si somos una nación plurinacional o la nación de naciones o si somos una nación de ciudadanos libres e iguales. Son dos modelos de Estado completamente antagónicos. Uno con privilegios, otro con igualdad. Uno con lugares que no puedes visitar porque te echan, otro con lugares donde la Constitución sigue vigente. Hace falta un cambio político, no sólo de gobierno. Hay que abrir una etapa nueva en la que desde el Gobierno podamos construir una España moderna, que mira hacia delante en lugar de mirar atrás, pero también una España que afronta el problema de la unidad y la igualdad, que es para mí lamentablemente el escollo principal que tiene el país.

En aras de afrontar ese problema, ¿no sería conveniente un Gobierno capaz de romper los bloques inamovibles que se presentan ante el electorado?

Hay un gobierno que puede romper esos bloques, que es un gobierno que mire al futuro. Esta campaña no se juega en izquierda-derecha; se juega en sí a España; no a España. Es decir, sí a la España de iguales y libres o no a la España de libres iguales. Para mí esa es la batalla. Sánchez lo ha dicho claramente, tampoco se esconde. Está claro que va a indultar a los golpistas. Iceta ya lo ha anunciado, lo dijo Cunillera. Sánchez al no descartarlo está diciéndoles descaradamente que lo va a hacer para conseguir sus escaños.

La España actual no es de ciudadanos libres e iguales…

¿Queremos una España de comunidades que se quedan atrás? He estado visitando estos días Extremadura, Canarias, Andalucía… La gente sólo me pide igualdad. Nadie me dice que le trate mejor que a los demás o quiero un privilegio o un cuponazo. La gente está un poco harta, cada vez más, de que los que siempre la lían, los separatistas, tengan premio y las comunidades que cumplen, que solamente quieren tener mejores servicios sean olvidadas. Quiero ser el presidente de la igualdad de todos los españoles, de la libertad en cualquier pueblo de España, donde no te echen sino que puedas hacer un acto o decir lo que te dé la gana con respeto. Son dos valores fundacionales de Ciudadanos, pero son dos valores fundamentales de nuestra democracia: la libertad individual y la igualdad para no ser de primera o de segunda. A mí me parece que la España de Sánchez con los separatistas y Podemos puede consolidar la España de los privilegios y los agravios; la España de los de primera y los de segunda. Quiero una España al revés. Una España en la que los que la lían pues la ley se lo impida y los que cumplan tengan recompensa de vez en cuando: bajadas de impuestos a las clases medias, ayuda a las familias, territorialmente que España esté equilibrada. Y eso me gustaría llevarlo a cabo en un mandato de gobierno.

Ciudadanos ha planteado un Gobierno de coalición con el PP. Pero hay otras fórmulas para sortear a las formaciones nacionalistas y separatistas de las mayorías en el Congreso. Una de ellas es el pacto con el PSOE. ¿Por qué cerrarse esa puerta?

Por Sánchez. El problema que tenemos se llama Sánchez. Teníamos un problema que se llamaba Torra, Puigdemont, separatismo. Pero ahora tenemos otro que se llama Sánchez. Sánchez ha pervertido todo el sentido que tenía el PSOE como partido constitucionalista. Ha roto los puentes. Nos ha llamado fachas literalmente a los votantes de Ciudadanos y a los del PP juntos. Ha intentado polarizar el país hablando de pasado y no de futuro. Y de todo eso ha intentado sacar provecho electoral. Creo que le va a salir mal. Llevar a España otra vez a la tensión de rojos y azules le va a explotar en la cara al señor Sánchez, como ya le explotó en Andalucía. En Andalucía intentaron hacer lo mismo. Ninguna encuesta daba un resultado distinto y se produjo un cambio. Voy a trabajar hasta el último minuto para que el cambio que hubo en Andalucía se produzca a nivel nacional.

Pero ustedes también compiten con el PP.

Creo que con un PP que está a la baja, un PP en crisis veo más difícil que pueda liderar una serie de reformas con valentía. He tendido la mano al PP y vuelvo a hacerlo. Casado no ha contestado todavía, supongo que ha tirado la toalla. Pero desde luego hay una alternativa muy nítida, que es un gobierno de Ciudadanos con el PP, más allá de nuestras diferencias. Somos un partido liberal, ellos son un partido conservador. Pero se trata de buscar los 90, 100 puntos de gobierno y ponerlo en marcha. Y a partir de ahí tendrán que decidir los demás partidos si nos permiten la investidura o no. Ciudadanos y el PP vamos a tener muchos más escaños que el PSOE y juntos podemos formar un bloque mucho más potente trabajando desde el Gobierno. Y ahora lo que hay que decidir es quien preside el Gobierno. Es legítimo que de aquí al 28 los españoles decidan si lo encabezo yo o si lo encabeza Casado. Eso es lo que está por dirimir.

En esa ecuación, ¿qué papel jugaría Vox? Es un tema que ustedes evitan en la campaña.

Creo que un Gobierno de España que sustituya al Gobierno de Sánchez tiene que ser un Gobierno mejor que el de Sánchez, tiene que ser un Gobierno con menos hipotecas, tiene que ser un Gobierno serio y tiene que ser un gobierno profundamente reformista. Es mucho mejor un gobierno de Ciudadanos con el PP. Creo que puede ser un Gobierno estable, un Gobierno serio, un Gobierno con gente preparada. Con Vox puedo compartir la defensa de la unidad de España, pero es verdad que hay cosas que yo no quiero que las diga un ministro de mi Gobierno. A mí no me gustaría que un ministro de mi Gobierno dijera que los gays son enfermos que tienen que curarse, como ha dicho un candidato que ha tenido que dimitir. No me gustaría que un ministro de mi Gobierno dijera que vamos a repartir pistolas.

Al final en un gobierno hay que gestionar, hay que tener buenos equipos, hay que saber y conocer España. Soy más partidario de proyectos que de ocurrencias. Mi prioridad es que Ciudadanos encabece un Gobierno y le tienda la mano al PP. Sé que la pregunta es qué hará Vox. Eso hay que preguntárselo a ellos. Ellos tendrán que decidir si en la investidura apoyan a Sánchez o me apoyan a mí o a Casado. Vamos a ver el resultado. Pero la prioridad es que Ciudadanos y el PP podamos formar un bloque consistente, fuerte, con muchos escaños, que se acerquen a la mayoría o tengan la mayoría absoluta para poder hacer las reformas que el país necesita.

¿Se puede entender entonces que una línea roja es la entrada de Vox al Gobierno de la Nación?

No voy a marcar la línea roja, porque no sé cuántos escaños van a tener o en qué provincias va a entrar. Estamos ante una auténtica novedad, porque el mapa político está cambiando. Así que vamos a ver qué pasa. Lo que sí creo que es bueno es que los españoles, y creo sinceramente que soy el único candidato que lo está haciendo, tengan certidumbre. Si voto a Ciudadanos, ¿qué va a pasar? Pues que va a intentar formar un Gobierno con el PP. Y luego, ¿qué va a hacer si hay una investidura? Pedir a los grupos de la Cámara que permitan la investidura o que no bloqueen. ¿Qué es Vox quien lo permite? Tendrá que preguntarles a ellos si prefieren a Sánchez o a mí. ¿Y si depende de los demás partidos? Pues no lo sé. Lo que puedo asegurar a los votantes es que si hay un solo escaño más para una mayoría de cambio que pueda hacer factible un Gobierno y una investidura para poner en marcha la legislatura lo voy pelear.

Nada con Sánchez.

Creo que es una emergencia nacional enviar al sanchismo a la oposición. Sánchez ha desdibujado al PSOE. Y hasta que el PSOE no pase a la oposición no vamos a conocer al PSOE. Quien quiera ver al PSOE y a Sánchez separados sólo hay una manera, que se vaya a la oposición. Ningún gobernante ha sido despojado de la secretaria general siendo presidente del Gobierno. La única vía que se me ocurre para que el PSOE pueda cambiar su política si así lo decide es yéndose a la oposición. De hecho, están viniendo socialistas constitucionalistas a Ciudadanos. Es el caso de Soraya Rodríguez, el ex ministro Corbacho que también ha roto el carnet, Joan Mesquida. Son personas firmemente constitucionalistas, que creen en la igualdad de los españoles y que se sienten profundamente incómodos con Sánchez.

¿Volvería a renunciar a ciertos compromisos por evitar un bloqueo del país, como ocurrió con el acuerdo que firmó con Rajoy en 2016?

Hay un antes y un después del golpe de Estado en Cataluña. Lo que incapacita o inhabilita a Sánchez para llegar a acuerdos con los constitucionalistas es que le ha dado igual. Después de un golpe de Estado en Cataluña, después de aplicar el 155 juntos; él tomó una decisión en contra de la mitad de su partido diciendo que ahora hay que pactar con los separatistas. He leído en el programa electoral de Iceta, que supongo que lo ha hecho Iceta. Y abro un paréntesis. Iceta es el hombre omnipotente, omnipresente. Él es la soberanía nacional, decide cuando hay referéndums de independencia y sobre el programa general del PSOE. Y el programa dice que hay que darles más competencias a los que han dado un golpe de Estado en Cataluña. ¿De verdad queremos que Torra nombre ahora los jueces? ¿Alguien le parece que son pocas competencias las que tienen sobre educación, sobre Mossos d’ Esquadra, televisión pública, embajadas? En Cataluña no hacen falta más competencias, sino supervisar las competencias que ya existen para que no te den un golpe. Sánchez va en dirección contraria. Iceta y Sánchez juntos están desdibujando la España autonómica. La España autonómica era para dar mejores servicios a los ciudadanos, no para contentar a los que quieren romper España.

Una de las particularidades de estas elecciones es menos de un mes después de votar los españoles volverán a las urnas para las europeas, municipales y autonómicas. ¿Las posibles alianzas del 26-M pueden cambiar la filosofía de pactos en el Congreso?

Nunca hemos mezclado los acuerdos municipales, autonómicos y nacionales. ¿Por qué? Porque tenemos 8.300 municipios en España y hay que ponerlos en marcha, porque hay 17 autonomías, ciudades autónomas y porque hay que hacer un Gobierno nacional. Hay que ir gobierno a gobierno, y viendo las circunstancias en cada caso. No creo que sea ni siquiera bueno aplicar una especie de patrón para 8.300 municipios y para 17 autonomías. Primero hay que intentar formar un Gobierno de España y en paralelo, que es la novedad, cómo hacerlo en plena campaña. Lo que pediría a todo el mundo es que una vez resuelvan las urnas y decidan los españoles, quien tenga la capacidad de formar un gobierno que lo haga. Ya sea Sánchez o seamos nosotros, las instituciones se tienen que poner en marcha. No quiero extrapolar ni modelos ni patrones, porque además sería mentira. Con tantos municipios que hay sería imposible hacerlo. En Ciudadanos nunca hemos cambiado cromos de un lado a otro y vamos a seguir en esa filosofía decidiendo caso a caso.

Usted ha pedido que los partidos nacionalistas no sean socios de Gobierno. Y además ha propuesto un corte del 3% de voto nacional para entrar al Congreso. Pero el nacionalismo y el separatismo tienen un apoyo electoral mayoritario en algunas comunidades. ¿Hace falta un nuevo tipo de pacto constitucional con los nacionalismos periféricos?

Por mi experiencia en Cataluña creo que al nacionalismo no se le sacia nunca. Por su naturaleza son o todo o nada. O me das la independencia, o me das todas las competencias, o me das el dinero o hago todo lo que me da la gana. Y si no, me rebelo, y entonces me salto las leyes y te llamo fascista cuando lo que ejercen es totalitarismo. Lo vimos en Rentería. Hay que tomar una decisión histórica en este momento. Además de aplicar el 155 y requerir a Torra que cumpla, me propongo poner en marcha un plan para recuperar la España constitucional en Cataluña, en el País Vasco, en parte de Navarra. No puede haber un solo palmo de España donde no haya libertad. Si renuncias a ir a un pueblo de España o a ejercer el derecho de reunión, ese país en algún lugar no es libre y no hay ciudadanos libres. Y lo mismo con la igualdad. No puede ser que yo no tenga los mismos derechos constitucionales por vivir en Andalucía, en Extremadura, en Madrid o en Cataluña. Tengo que tenerlos. Seas funcionario, seas profesor, seas un padre que quiere escolarizar en español a sus hijos o la tarjeta sanitaria… Hay muchos ejemplos.

¿Y qué propone?

Propongo un proyecto de España para una década, no sólo para un mandato, para que con las diferentes fuerzas constitucionalistas recuperemos el constitucionalismo en Cataluña, pero no por una cuestión ideológica, sino por la convivencia. Creo que en lugar de darles más competencias, hay que aplicar la alta inspección del Estado. ¿Qué están haciendo ustedes en los libros de texto? ¿Adoctrinar? Pues no puede ser. Ese libro no se pone en circulación. Y así con TV3 o las embajadas. Lo que nunca han tenido el PP y el PSOE es un plan para que el Estado esté presente en Cataluña. Si soy presidente, el Estado va a volver a estar presente en Cataluña porque el Estado ha ido desapareciendo. Voy a poblaciones en Cataluña donde el Estado no existe, es una ficción. Quiero un trabajo de una década. Y creo que Ciudadanos y yo en particular conocemos bien el terreno y hemos combatido al nacionalismo política e intelectualmente para poder darle esa batalla. Si llego al Gobierno, además de aplicar la Constitución en Cataluña, hay que tener un plan para recuperar el Estado en Cataluña y para ejercer también las competencias del Estado. Pongo el ejemplo de TV3. No se puede insultar a todos los españoles con dinero público. Y si una comunidad recibe dinero del FLA, tiene que cumplir la ley o si no, no recibe dinero. El PP y el PSOE lo único que han hecho es darles cosas a Convergencia, al PNV, a Bildu, a ERC. Creo que hay un hartazgo brutal del conjunto de los españoles de estar siempre en manos de los que quieren liquidar ese país. No va a ver un solo palmo de España donde no vaya a haber libertad.

¿Propone entonces recentralizar algunas competencias?

Ese plan para España implica ejercer las competencias  actuales de momento. El artículo 27 dice que tiene que haber alta inspección del Estado. Pero si no existe. No hay dinero. En Cataluña hay dos funcionarios. Yo voy poner dinero y recursos para que sepamos lo que pasa en las escuelas, en los libros de texto, en las aulas. ¿A quien le molesta un inspector del Estado preguntándole a un profesor que está enseñando o qué pasa en sus libros o cuantas horas de castellano y catalán da? ¿A quien le molesta que en TV3 se cumpla la ley, o no se quemen constituciones o no se insulte a la líder de la oposición? A quien le moleste, tiene un problema con nosotros. El independentismo intelectualmente necesita una batalla democrática por parte del Estado con medidas, con leyes, con reformas y eso es lo que yo quiero librar desde el gobierno. Creo que eso nunca lo han tenido el PP y el PSOE. Creo que es lo que Casado no sabe hacer y Sánchez desde luego no va a hacer, porque va a en sentido contrario.

Además de la cuestión territorial, ustedes han propuesto un pacto entre generaciones. ¿Qué es exactamente?

Tanto en el PSOE como en Ciudadanos y en el PP, Podemos y todos los demás sabemos que hay un problema de Estado. Tenemos baja natalidad y mucha longevidad por suerte, porque la gente vive muchos años. Pero a la vez se generan problemas económicos, en la sanidad, en la dependencia y en las pensiones. Propongo volver a la lógica del pacto de Toledo. Saquemos el debate de las campañas. El objetivo es que en la próxima campaña, si conseguimos relanzar el pacto de Toledo pero ajustándolo a la realidad actual de natalidad, envejecimiento de costes de sanidad y de dependencia nos demos otra vez la mano y gobierne quien gobierne esto no lo toquemos. Propongo dar la batalla en dos campos a medio y largo plazo. La natalidad. Si no hay natalidad podemos decir lo que queramos pero esto va a ir a peor. Y dos, la precariedad laboral.  La precariedad laboral está vaciando la caja de las pensiones. Porque aunque haya empleo, el empleo es tan malo que no vuelve a subir la recaudación. Hay que tener empleo de calidad para que vuelva a subir la recaudación, y hay que tener más natalidad para que en 15-20 años tengamos más gente incorporada al mundo laboral.

El plan de choque contra la precariedad es a corto plazo y hemos propuesto un contrato único estable desde el primer día. La batalla de la natalidad sé que es a medio plazo. No puede ser un milagro tener hijos en España. Se ha convertido en una auténtica lucha de obstáculos. La gran apuesta fiscal y económica de Ciudadanos es para esas 6 millones de familias que pueden tener desgravaciones fiscales, ayudas en la educación y en la universidad para tener hijos. Quizá esto no es tan sexy, no lleva a la confrontación como algunos otros asuntos, pero creo que es la batalla del siglo XXI para España. El envejecimiento, la natalidad, las pensiones y el mundo laboral. Ciudadanos ha puesto medidas encima de la mesa y luego si llegamos al Gobierno tendremos que darnos la mano con otros partidos.

Algunos partidos les han acusado de subirse al carro de la despoblación ahora.

La despoblación es la otra gran batalla, que también estamos librando. Hemos sido valientes diagnosticándola. Hemos puesto medidas encima de la mesa. Me comprometo a liderar un pacto de Estado contra la despoblación. Tenemos el 53% del territorio nacional considerado despoblado por la UE. Es un drama y si seguimos así puede acabar en un 60 o 70% en los próximos años. Creo que la gente que vive en un pueblo o en una ciudad tiene que tener las mismas oportunidades y hay que tomar medidas fiscales, laborales, de autónomos, de incentivo a las empresas. Hay que tomar medidas importantes en los Presupuestos para la lucha contra la despoblación.

Hay una generación de españoles que ya están viviendo peor que sus padres. Y que no perciben que el país vaya tan bien como les dicen sus políticos. ¿Es el escenario soñado por formaciones de corte populista?

Hay una cosa que aprendí de un liberal demócrata inglés en una reunión que mantuvimos con nuestros socios liberales en Bruselas después del brexit. Nos dijo que si dejamos la crítica de lo que no funciona en Europa a los populistas nos ganan. Si la crítica o autocrítica la hacemos los que amamos Europa, y hacemos reformas para abordar los problemas de Europa entonces ganaremos nosotros. Y nos han ganado porque no hemos sabido darles la batalla intelectual, política y de las reformas.

¿Y en España?

Cuando uno lleva seis meses en una lista de espera y paga y cotiza dinero en su país y trabaja y se esfuerza y no le atienden, pues se cabrea. Y cuando le dices que todo va bien, que no hay nada que hacer y que no se preocupe, evidentemente los cantos populistas suenan mejor. Y yo lo entiendo humanamente. ¿Qué tenemos que hacer los partidos reformistas? Reformar y sobre todo ser muy autocríticos. Veo mucho conformismo. Pasa lo mismo con la educación. Tenemos la mejor educación de Europa. No es verdad. Los datos no dicen eso. Otra cosa es que tengamos profesores haciendo milagros y virguerías. Y gente trabajando por la educación de este país muy digna y muy buena, pero no es verdad que el sistema educativo español sea un gran éxito. Así que hay que reformarlo. La mejor manera de combatir el populismo no es hablar del populismo es combatir las causas que le dan alas. El populismo bebe de la inacción, del conformismo, de la corrupción, de los problemas sociales, de la desconexión de la vida pública con la realidad. Ciudadanos tiene la obligación de conectar con eso, porque somos un partido nuevo y porque no podemos estar tan desconectados como estuvieron PP y PSOE muchos años. Tenemos que combatir al populismo con soluciones.

Y por qué cuando tratan de ponerse de acuerdo no lo hacen.

Este país está empantanado, pendiente todo el día de lo que dicen los independentistas. Este país se tiene que independizar de los separatistas y decirles: ya basta, dejadnos trabajar. El futuro gobierno tiene que ser respetuoso con todo el mundo, pero nítido en lo que quiere. No quiero que el futuro gobierno de España lo condicionen ni los nacionalistas, ni los separatistas, ni los populistas. España va a estar bloqueada mientras los que quieran romper España sigan poniendo obstáculos.

Usted ha echado un órdago para estas elecciones. Se ha traído a Arrimadas al Congreso, ha hecho fichajes. ¿Tiene la sensación de jugarse algo en estas elecciones? ¿Sería un fracaso no entrar al Gobierno?

Desde que me metí en política, empezando en Cataluña en 2006, me la he jugado siempre. Siempre he saltado sin red. Me la jugué cuando ni una sola encuesta decía que íbamos a entrar en el Parlament y entramos. Luego nos dijeron que no íbamos a crecer y crecimos. Luego me dijeron ni se te ocurra ir a toda España, que no tiene sentido y entramos en las europeas del 2014. Me he encontrado toda mi vida política sin red, con muchos obstáculos, con mucha resistencia. Y lo hemos ido logrando, tanto que hemos ganado unas elecciones en Cataluña, que hemos dado un Gobierno histórico a Andalucía después de 40 años. Me veo con tanta fuerza y tanta energía de lo que he ido superando, que estoy convencido de que el próximo 28 nos va a ir muy bien. Y luego hay que ser muy realista. ¿Cuánto tiempo llevamos en la política nacional? Parece que han pasado 30 años, pero han pasado tres años. El resultado hasta ahora es muy bueno. Competir de tú a tú con el PSOE y el PP me parece un éxito. Nadie en el centro político desde la UCD había conseguido un proyecto de millones de votantes. Y el siguiente escalón es que ya no nos conformamos con entrar, queremos ser decisivos, queremos gobernar y a por ello vamos. El 29 de abril, pase lo que pase, decidan lo que decidan los españoles, Ciudadanos va a salir reforzado de esas elecciones. Espero que desde el Gobierno, pero en cualquier caso el problema lo tienen los que están contando los escaños que pierden.

Han sido tres años, pero tres años intensos. Pacto con Rajoy, desafío separatista en Cataluña, moción de censura. ¿Cuál es la mayor lección que ha aprendido de esta legislatura tan convulsa?

Que nada es imposible. El mundo en el que vivimos global, la tecnología, todo nos hace decidir cosas con un click, nos hace ver cómo cambia el mundo rápido. Todo es muy líquido, todo es muy cambiante. La inteligencia es adaptarse a los cambios. En el mundo global el que antes prevé un cambio, es el que antes crece. Por experiencia vital y por experiencia en esta legislatura, lo que hay que hacer es adaptarse a lo que la sociedad está demandando y entender qué necesita, qué quiere y qué puedes hacer para hacerlo mejor. La lección es que todo lo que pienses que no puede suceder, y que los españoles nunca van a decir esto o lo otro también puede suceder. En tres años he aprendido muchísimo, me siendo más preparado y con experiencia. Ciudadanos ha jugado un papel siendo franco muy por encima de los escaños que obtuvimos. Eso nos ha dado protagonismo y experiencia y por eso los españoles pueden contar con nosotros para un Gobierno.

 
 

FUENTE: VOZPOPULI