Albert Rivera ha evitado este jueves apoyar la idea del líder del PP, Pablo Casado, de ilegalizar la CUP o a los partidos que alienten la violencia y ha preferido retar tanto al PP como al PSOE a abordar «con valentía» la reforma de la ley electoral (LOREG) para evitar que los nacionalistas estén suprarrepresentados en el Congreso y «condicionen gobiernos».
El líder de Ciudadanos ha recordado de nuevo en una entrevista en Las Mañanas de Radio Nacional, que «el bipartidismo» siempre ha pactado con los nacionalistas para poder gobernar y ahora lo que tienen que hacer es modificar las condiciones para dificultar su representación en el Congreso.
La idea de Rivera es fijar un mínimo de un 3% del voto a nivel nacional, y no provincial como establece actualmente la LOREG, para obtener representación en el Congreso de los Diputados. Eso, a su juicio, evitará que partidos como el PDeCAT -la antigua CiU- o el PNV «condicionen gobiernos»
Rivera ha lamentado en diversas ocasiones que por culpa de la actual ley estos dos partidos tengan un número de escaños superior incluso al de algunos partidos nacionales en la Cámara baja. Y reprocha a Pedro Sánchez que haya pactado con ellos «hipotecando» su Gobiernos a sus exigencias.
El presidente de Ciudadanos ha vuelto a reclamar a Sánchez la activación urgente del 155 en Catalunya ante la escalada de violencia que se vive en las calles. Pero no contempla la posibilidad de que la líder de la oposición en el Parlament y portavoz de su partido a nivel nacional, Inés Arrimadas, presente una moción de censura a Quim Torras y se presente como alternativa, aunque sea de forma simbólica.
Rivera ha recordado que Ciudadanos y los partidos constitucionalistas -PP y PSC en el supuesto de que apoyaran la iniciativa- no cuentan con escaños suficientes para sacar adelante la moción, por lo que ha señalado que seguirán denunciando la «grave» situación que vive Catalunya por culpa del Govern de Torra.
Dicho esto, no ha dudado en señalar como cómplice de todo ello al propio Sánchez por no actuar y no dar la cara tampoco en el Parlamento. En este sentido, ha lamentado que el presidente del Gobierno no quiera buscar el apoyo de su partido y del PP para abordar la situación y ha vuelto a decir que Sánchez ni siquiera le ha llamado. Y aunque recibió a Pablo Casado en La Moncloa «ahora parece que tampoco quiere hablar con él».