Durante toda una semana hemos seguido, día a día, las páginas de opinión de media docena de periódicos de la Unión Europea, y las crónicas de sus corresponsales en Madrid y enviados especiales a Barcelona, para conocer el grado de inquietud que se respira en Londres, Paris, Berlín, Italia, París y Estados Unidos, respecto a la crisis española, todos ellos países vinculados a la NATO, y la impresión es una mala sensación y un elevado grado de perplejidad de cómo se deja a los separatistas funcionar, por libre y sin respeto a las instituciones y al Estado del Derecho. Un semanario alemán diagnosticaba que la mitad de los catalanes ya  actúan con entera independencia y señalando el camino a otras Comunidades Autónomas que aspiran a la indepedencia, pero que sin embargo hacen negocios con el Gobierno de Rajoy, con la aprobación de los Presupuestos  Generales del Estado. El puente PNV – Moncloa resulta totalmente incomprensible para cualquier analista europeo no afectado de debilidad mental. Este pacto sería imposible en cualquier nación europea con políticos medio decentes.Y hace bien Albert Rivera de rechazarlo, al querer hacerle comulgar con ruedas de molino y tirar por la borda todo el territorio electoral conseguido.

 

 

Pero si en los medios del mundo civilizado se llevan las manos a la cabeza, no es menor el asombro de algunos diarios españoles de tirada nacional porque han descubierto que la crisis es de Estado, de un mal gobierno y de unos malos políticos constitucionalistas, incapaces de llegar a un pacto nacional de emergencia. Hoy hemos elegido tres artículos del diario EL MUNDO, que bajo la dirección de Paco Rosell, se ha convertido en un periódico que sin perder los modos denuncia todos los días la deriva, a todo trapo, del separatismo oficial ya en activo y a los que trabajan en la clandestinidad instruidos por los centros populistas y anarquistas del extranjero, y posiblemente los que aterrizan desde el País Vasco. Lean, comparen y saquen conclusiones bochornosas.                                                                           
 
 

Torra: capitá de escamots

 

 

Ayer Quim Torra perpetró en el Parlament un pronunciamiento o asonada retórica invocando la República catalana y la independencia. La Monarquía quedó muda. «A Felipe VI -dijo un dirigente de Unidos Podemos- no le llega la camisa al cuerpo». Ni al Rey ni a muchos españoles y catalanes que no pueden imaginar que un racista que les llama «bestias carroñeras, víboras y hienas con una tara en el ADN», pueda ser una autoridad en un Estado democrático. La formación de un Govern independentista nos alerta de que Cataluña está intentando devorar la democracia del 78 y a los dos partidos que gobernaron.

Ante el engañoso fin de ciclo del Régimen del 78 muchos dirigentes de la izquierda siguen teniendo un pie en la Restauración y el otro en el espejismo constituyente. Ante esta confusión Ciudadanos se escapa del pelotón y deja al PP y al PSOE en el coche escoba.

La ascensión vertiginosa de Rivera tiene muchas motivaciones; la esencial es que en los últimos 40 años el bipartidismo no ha sabido defender a la nación de sus principales enemigos; no sólo no se les ha combatido sino que se han metido con ellos en la piltra. Ayer se consumó la infamia de que un fanático seguidor del capitán Collons fuera elegido president de la Generalitat. Como ha escrito Luis Mauri, Quim Torra siente devoción por Miquel Badia, capitán Collons jefe de los escamots del Estat català. Aquel pistolero fanático dirigía una gestapillo al estilo alemán que torturaba a charnegos anarquistas y fue abatido junto a su hermano por la FAI.

Inés Arrimadas, en un discurso vibrante, antifascista, recordó a este energúmeno con corbata que el nacionalismo es sed de odio. La bravísima Arrimadas sacó los textos en los que Quim se comporta como un Goebbels de aldea diciendo que los españoles son bestias que viven en Cataluña.

Los partidos que gobernaron no sólo van de farolillos rojos, sino que parecen entontecidos por la pájara. Consideran que la encuesta de Metroscopia es un disparate, sólo unos días después de la del CIS, que suele ser fiable. Pero algo se mueve cuando los sondeos insisten en que el partido en la vanguardia de la defensa de una nación atormentada y amenazada desplaza a los partidos dinásticos. PSOE contesta: «Sería muy malo para España que Cs gobernara. Es un partido oportunista que únicamente está pendiente de lo que la gente quiere oír, pero carece de proyecto de país». Otros consideran que el PSOE debería ser más humilde y no despreciar las encuestas. «Pedro -explican- tiene madera, pero la política de comunicación que se está llevando es pésima».

 

 

RAÚL Del Pozo

 

Arriando

 

 

Lógicamente, muchos interesados se preguntan en qué momento estamos del Proceso, ahora que han nombrado al Valido del presidente de la Generalidad. Yo elijo para explicarlo la tarde del viernes 27 de octubre de 2017. Poco después de las tres la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, anunció la proclamación de la República dada la votación mayoritaria que había tenido lugar poco antes. Casi al mismo tiempo el Senado autorizaba al Gobierno a aplicar el artículo 155. Y cerca de las ocho y media de la tarde el presidente Rajoy daba a conocer la destitución del Gobierno autonómico y la disolución del Parlamento. Entre un hecho y otro pasaron cinco horas. TV3 no dejó de retransmitir en directo. La plaza de Sant Jaume, donde iba aumentando paulatinamente el número de celebrantes de la nueva República, era uno de los escenarios favoritos. Y en ese escenario se repetía obsesivamente un plano: la bandera española ondeando junto a la cúpula del Palacio de la Generalidad. El plano repetía lo que los manifestantes coreaban: fuera esa bandera. Pero la bandera no se arrió. Sigue ondeando mientras escribo.

De modo que donde estamos es, exactamente, en ese plano televisivo. El Valido pronunció ayer el primer discurso de investidura de la República. Su ignorancia del marco legal autonómico fue absoluta. Así conceptos como negociación estuvieron ausentes. Catalunya ya no tiene que negociar nada con nadie. Ni siquiera con los catalanes. Muy animoso, el Valido dijo que entre sus prioridades estaba la construcción del corredor mediterráneo y la lucha contra el cambio climático en la que Cataluña ya era pionera. A pesar del tono grave y a ratos solemne con que iba desgranando sus propuestas y de los sorprendentes esfuerzos de la oposición por tomárselas en serio el Valido no dio señales convincentes de moverse en otro territorio que no fuera el de la ficción. O si se quiere algo mas sofisticado: adoptando un enfoque funcionalista como si fuera, en efecto, el Valido del Presidente de la República. Sin embargo, ahora tiene una oportunidad indiscutible de demostrar que la República y él mismo existen, ofreciendo a la televisión pública, y con ella al ancho mundo, la imagen fundacional del nuevo régimen. Dentro de pocas horas el 155 decaerá por el automatismo constitucional español. Será entonces el momento de que el Valido demuestre que está bien de la azoteay justo allí arríe la bandera española del mástil.

Mientras tanto, unos minutos de publicidad.

 

ARCADI ESPADA

 

 

Nada

 

 

¿A qué tanto empeño parlamentario en saber (o en que se sepa) qué opina el president in péctore Torra sobre catalanes, españoles, la decadencia de la especie híbrida catalanosocialista desde Campalans o su querencia por los racistas científicos Cardona y los hermanos Badia? Al nuevo ‘president’ habrá de investigarlo, juzgarlo y, en su caso, condenarlo la Justicia por sus hechos a partir de hoy. Pero ayer se certificó, ay, la derrota del constitucionalismo, iniciada el pasado 21-D en las urnas cuya defunción culminará en unos días el levantamiento del 155. Hoy, ampliando la cita del poema de J. Vinyoli con que cerró su discurso el nigromante elegido por el ausente: «Gritos/ que me invento, que no oye nadie; fluyen/ hiperbólicos los muertos./ Todo es ahora, y nada». Viva la muerte.

 

TADEU