04 / 10 / 2008 «LOS OBSCENOS «

Aquí, en España y en la Región de Murcia, se ha ganado dinero de manera obscena. A manos llenas. Se levantó el tablacho en 1995 y la riada no ha parado. La burbuja inmobiliaria, el ladrillo, el pelotazo, el convenio, las recalificaciones de terrenos, las ansias bancarias, las cajas avaras, los especuladores y los maletines han hincado el diente en la carne de los ciudadanos, y las consecuencias las tenemos despeñadas sin freno ni orden alguno. El capitalismo salvaje, el liberalismo fundamentalista, como lo llamó Juan Ramón Calero, han puesto el fuego, la mecha y la dinamita económica, monetaria y financiera. Durante el Gobierno del PP, los ocho años de Aznar, comenzó el periodo convenido de fabricación de la crisis. Y después llegó el desbarajuste de Zapatero que no supo poner diques al desastre que se veía venir porque las elecciones, el poder, es el objetivo prioritario de políticos que solo respetan sus intereses personales. Allá en la sombra, silenciosos taimados, los «jerifaltes» de las élites favorecidas y sindicatos guardaron silencio. Ayer y hoy. La crisis, el sunámi arrasó las despensas de las clases trabajadoras y media, como siempre. La polémica estaba servida. El debate sobre la globalización, el liberalismo y el mercado, era secundario. Lo primero era evitar la recesión, salvar los muebles. Pero nadie sabía cómo y hasta cuando. El Gobierno Zapatero lanzó el anzuelo con unos Presupuestos Generales del Estado que eran ineficaces, injustos y discriminatorios. Ineficaces porque no contenían ninguna acción política para atajar la crisis. Injustos e insolidarios, porque el gasto social era de crecimiento vegetativo. Plano. Y discriminatorios porque corrieron en auxilio de las regiones economicamente más ricas y afínes al poder reinante. Alguien ha dicho que la crisis económica es como la gripe, que afecta a todo el mundo, pero a cada uno de forma distinta. Incluso, a los que se han vacunado contra ésta epidemia por falta de cohesión ética. Se da el caso de un caciquismo ideológico sin igual en la Europa del Siglo XXI.Ocurre con la Región Murciana, que recibe un tratamiento de Comunidad Autónoma de TERCERA DIVISION porque nuestros políticos, de uno y otro color, no han sabido sacudirse ese baldón de que somos una pedanía de Madrid. A todo ello hay que añadir el desprestigio de nuestras autoridades regionales y de una clase dirigente, económica, social, laboral, cultural, sindical y financiera que han convertido a Murcia en el paraíso del ladrillo. Una alambrada invisible que rodea a nuestra Región. La ha tendido el Valcarcísmo demagógico y populista que le ha dado votos al Partido Popular pero riqueza material y moral a los murcianos. Ha construido , dentro de esta Región cercada, muchas más vallas, porque a nivel nacional no somos nadie. «La tonta del bote», como escribió hace años un conocido periodista y escritor que vadea el periodismo progubernamental y su mimetísmo político. Murcia está sola. Ha mantenido la crispación con otras regiones , sin resultados positivos. Incluso ha llamado borracho, de forma subliminal a un ex presidente de una comunidad con la que Murcia mantiene fuertes nexos comerciales y económicos. Soy pesimista. Verán como los Presupuestos de la Comunidad tampoco colaboran en sacarnos de esa penosa impresión de que el barco se hunde, aunque lógicamente habrá una salida llegada de fuera. O se inventa una fórmula que a medio plazo nos lleve a buen puerto, o el excesivo desmadre de francachelas y jolgorios que perdura incesante, nos arrastrará sin remisión al fondo del abismo. Quizás un Partido Regionalista que sacuda en serio a la actual clase política y empresarial, de la borrachera económica en la que estamos desafortunadamente inmersos. Falta honradez política y sobra filibusterismo económico para tener una Región moralmente armada. Sobra la inclemente derecha económica murciana.

 

JOSÉ  JUAN CANO VERA