Estamos en un momento decisivo para nuestra economía, para nuestras vidas y para la de nuestros hijos, presentes o por venir. Y sin embargo, en una situación tan crucial, a uno se le cae el alma a los pies cuando ve que la politiquería partidista y las ambiciones personales imposibilitan unos presupuestos acertados para salir de la crisis. Iba a escribir sobre el momento, ideas para la recuperación y de la ultrajada política de consensos, pero se te quitan las ganas cuando ocurren cosas de las que hemos sido testigos en estos últimos meses. “Faltan proyectos y los que se presentan no pasan la prueba del algodón de quienes los tienen que aprobar”.
Iba a insistir en que un atrevido Plan presupuestario, serio y acordado para la recuperación económica sería ahora una gran oportunidad para el cambio político-administrativo e institucional que tantas décadas llevamos pidiendo. El Ayuntamiento tiene escasas luces y zonas muy oscuras que pueden y aún deben aclararse. Arriesgando unidos se lograrían frustrados proyectos anclados en el tiempo, mediante un propósito honesto, leal, completo y ambicioso con el aval de todos los grupos políticos, que creo necesario e inminente para la recuperación económica y el normal funcionamiento de la Institución pública. De ahí saldrían multitud de reformas e inversiones. Creo que es evidente que el razonamiento realizado es real y, en mi opinión, dirigido adecuadamente hacia las necesidades apremiantes que sufre Mazarrón. Pero iba detallarles todo esto y se me han quitado las ganas.
También iba a criticar el retraso y la opacidad que arrastran, la comunicación sesgada y la poca transparencia con la que se han hecho los presupuestos, soportando hasta algunas ocurrencias negligentes. A pesar de lo avanzado de la legislatura y de los malos tiempos que corren, los actores implicados en la gestión y la ejecución futura de los mismos aún desconocen la capacidad de acción que tendrán, cuál será su función y en qué medida. Es cierto, que la última actualización presupuestaria centrada en subidas de impuestos y recortes de servicios, así como las continuadas subcontratas a empresas privadas de los “lobbys benefactores”, resuelven sin clarificar algunas de estas dudas. Pero no es menos cierto que, oído por un servidor de la oposición e incluso de responsables políticos del mismo partido que el Regidor, la queja amarga es no saber aún el papel exacto a realizar, ni el que van a dar a las entidades locales en la gestión de los fondos europeos. Y es que, si queremos hacer de este plan un plan de todos, ya llevamos demasiado tiempo perdido y, me parece demencial prescindir de los partidos de la oposición que gobiernan en la Región y harían de puente. Iba a contarles esto, pero se me han quitado las ganas.
También iba a contarles que de nada sirve que estos sean unos buenos presupuestos (si es que lo son) elaborados por un gobierno de turno que no los consensua con otros partidos. Hacerlos de todos era fundamental. Ahora que al “Equipo de Gobierno” le empiezan a aparecer grietas en su convenida gestión, es apremiante que estos presupuestos estén por encima de quienes moran en el “Antro Institucional”. Si esto no se hace, y la experiencia mazarronera es abrumadora, decaerá el impulso inversor, la dinamización económica y su área de influencia turística. De nada sirven las previsiones oportunas que garanticen una actuación legítima si quienes deben ejecutarla y gestionarla no se lo creen. Vuelvo a la idea de consensuar e involucrar al contrario en un compromiso superior, que es hacer de estos presupuestos el verdadero camino del cambio. Iba a contarles esto, pero se me han quitados las ganas.
¿Y por qué se me han quitado las ganas? Porque todo parece que lo señalado en el plan, al menos parte de este, es pura fachada. O bien está ahí por error, porque no se ha explicado bien, porque en realidad no se quiso decir eso, o porque es un “ya veremos”. La parte de los objetivos prioritarios es la que está más verde, salvando la falta de concreción, hitos e indicadores de las inversiones: “RECUPERACIÓN Y REESTRUCTURACIÓN DEL PEÑASCO, LIMPIEZA Y EVACUACIÓN DE ESTÉRILES MINEROS NOCIVOS Y EL DESDOBLAMIENTO DE MAZARRÓN AL PUERTO”, sin olvidar la lacra que provoca la ignominiosa “RED CLIENTELAR”. Faltan ideas y las que aportan parece que no aguantan la prueba del algodón del “qué dirán” los que tienen que votar. Esto es lo que les quería contar.
El gran desengaño ya no es si se harán o no las reformas prometidas o se van a enmendar los latrocinios registrados (y ya vamos tarde). Las verdaderas “razones para el desengaño” surgen porque el “Equipo de Gobierno” ya ha dado muestras en muy pocos días de que seguirá gobernando a golpe de titular y pendiente del qué dirán. Y así es imposible gestionar un pueblo a largo plazo. El consenso debe sustentarse en aceptar el diagnóstico de todos, las modificaciones necesarias y apostar por ellas. Y aguantar el tipo si de verdad se cree. Y si mientras tanto hacemos que la inmensa mayoría de la población haga de este proyecto de cambio algo suyo y crea en él, mejor. Pero en qué podemos creer nosotros si parece que es la propia “Coalición de Gobierno” quien no cree en él. En fin, iba a contarles tantas cosas, pero se me han quitado las ganas.
POST SCRIPTUM: «Si tú cambias, el mundo cambia».
El clientelísmo y la corrupción Institucional, la perversa conexión con uno u otro “cártel benefactor”, parece algo del pasado. Y la cruda realidad es que están ahí. El nivel de negocio y violencia en el último quindenio no se puede comparar con otros tiempos, y cada vez son más frecuentes los ajustes de cuentas y la irrupción de sicarios satisfechos por la trama clientelar en la localidad. Es el lamentable resultado de casi cuatro décadas de “bipartidismo infiel” consolidando la Plutocracia impuesta en Mazarrón.
La política es un terreno fértil para las desavenencias, pero también para entender que es el método más civilizado que conoce la humanidad para ponerse de acuerdo, desde la política se pueden distinguir con claridad al “leal de paso” o al “leal de verdad”; la envidia, las zancadillas, los propios intereses no deberían tener cabida y la lealtad da independencia de criterio, con el partido, el líder o el amigo.
Ser leal en política y en la vida misma, ayudaría a aceptar los sacrificios con sinceridad cada vez que se pone a prueba la integridad, los valores y el honor. Cualquier gobernante ha de ser completamente honesto y sincero, incluso cuando la verdad duele o las situaciones son difíciles.
Los calificativos leal y fiel son empleados casi siempre como sinónimos pero, aunque no soy capaz de delimitar de forma nítida dónde empiezan y acaban uno y otro, coincido con Savater en que no son lo mismo.
De forma intuitiva solemos asociar la palabra lealtad con otras como elección o autonomía. Con fidelidad a los principios.
La idea de fidelidad está cercana a la constancia en los afectos y a la lealtadhacia los compromisos adquiridos. Son diferencias sutiles y no siempre excluyentes. Y UNOS TONTOS MUY TONTOS QUE SE CREEN EL OMBLIGO DEL MUNDO Y SON CUALQUIER COSA MENOS SOCIALISTAS.
Digo y se dice en la calle. Ningún mazarronero debe olvidar que el Ayuntamiento es la primera Empresa del pueblo, que cobra impuestos a veces mortales de necesidad, como el del IBI de los más caros de España, con destino a nuestros politiqueros de lujo. Que es propiedad de todos, los pobres y desahuciados también. Los políticos, curanderos del pueblo y empleados nuestros. Los partidos, los coros sordos de un Antro Institucional sin música sinfónica, así como redentores del espíritu nacional sindicalista. El Gobierno. Los Unos y los Otros. Cine de ciencia ficción. Las urnas, el cuento de la lechera en versión local adquiridas encuestas a bajo costo. La Justicia, una quimera. Silencio, se rueda, pero nadie sabía nada por aquí. Ni ese señor de Murcia ni el Rey. La leal Oposición, como la Marabunta… ¡arriba las manos!….
Las ideologías hoy son innecesarias a los partidos porque la política en Mazarrón se construye con «pasta gansa», intereses creados, noticias falsas y la elección de realidad o apariencia. Gana la apariencia y no el afán de alcanzar resultados tangibles y consensuados. Esto era lo que recomendaba Maquiavelo al Príncipe sugiriéndole el cultivo de lo aparente. “Todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres”. La verdadera política no consiste en aparentar, ni repetir eslóganes y muletillas, ni crear más div@s petulantes, sino que debiera basarse en activar voluntades pluralistas a través del consenso, impregnadas de honradez, eficacia y buena gente.
El triunfo socialista en Mazarrón podría recordarse como la victoria más amarga del centenario partido en su feudo costero más precario y abandonado de la Región. Con el amortizado pacto de Gobierno, la izquierda ha perdido más de dos mil votos de una tacada y por segunda vez tras la nueva división socialista no ha superado el número anterior de votantes. UIDM asusta con entregar al PP el Ayuntamiento, sí o sí, con todo lo que acarrearía para los disidentes peperos tras casi cuatro décadas de alternante gobierno bipartidista “con más pena que gloria” y esporádicos cambalaches independientes para olvidar.