Mariano Rajoy hará todo lo posible para evitar caldear más el ambiente en Cataluña, según sus asesores más próximos. Por eso Interior no dejó su silla vacía en la Junta de Seguridad forzada por Carles Puigdemont. El presidente actuará con «proporcionalidad» y manteniendo «la cabeza fría». Los policías y guardias civiles desplegados en la comunidad tienen órdenes de no perder la calma pese a los insultos y agresiones. Si bien, pese a esto, en Moncloa se preparan para un escenario de gran tensión y nervios en los próximos días.
El Gobierno ha transmitido a PSOE y Ciudadanos que, pase lo que pase antes y después del 1 de octubre, han de estar unidos. El presidente considera fundamental la unidad del eje constitucionalista y, aunque sin concretar, en Moncloa hablan de una «interlocución fluida» que continuará a lo largo de todo el fin de semana. «Habrá tensión en la calle pero nuestra obligación es hacer cumplir la ley», en palabras de un asesor del presidente.
Tras cancelar su viaje a Estonia, Rajoy presidió este jueves la comisión delegada para asuntos económicos y el viernes estará al frente del Consejo de Ministros. Durante el fin de semana, una especie de gabinete de crisis evaluará los acontecimientos en Cataluña. En el Ejecutivo están especialmente preocupados con el papel que finalmente vayan a desempeñar los Mossos. Aunque oficialmente se asegura que «están cumpliendo con las actuaciones» marcadas por la Justicia, su ambigüedad mantiene en alerta al Ejecutivo. «En caso de que no cumplan con su deber, sí lo harán la Policía y la Guardia Civil bajo mandato judicial», subrayan las fuentes consultadas.
Sobre qué le parece la actitud de Josep Lluís Trapero, el líder del PP catalán le acusó de ser «más político que policía». «¿Qué tienen que hacer los Mossos si entre hoy y mañana se ocupan escuelas? Pues obedecer a la autoridad judicial y hacer de policías. No esperamos más que no sea cumplir con su obligación», afirmó Xavier García Albiol en un desayuno informativo. El problema, continuó, «es tener al frente de los Mossos a una persona que parece que prima más su tendencia política y forma de pensar por encima de criterios policiales (…) Me parece preocupante y una mala señal».
En paralelo, el Ejecutivo quiso lanzar la idea de que el día 2 «la vida sigue», en palabras de Rafael Catalá. «Nadie puede esperar que como consecuencia de esta tensión vaya a obtener un rédito. Vamos a sentarnos a hablar como siempre», declaró el ministro de Justicia. Aunque, manteniendo siempre la puerta abierta al diálogo, advirtió en una entrevista en Telecinco: «La temperatura va subiendo y las penas asociadas a los delitos también».
El ministro de Justicia también se refirió al vídeo lanzado por el PP en las últimas horas a través de las redes sociales en el que se denuncia la «hispanofobia» en Cataluña. «No creo que venga a calentar el ambiente», contestó. En Génova estuvieron toda la jornada negando que la campaña, realizada por el equipo dePablo Casado, aliente la confrontación. «No se ha buscado ningún tipo de enfrentamiento», aseguró Fernando Martínez-Maillo, que recordó que son declaraciones «reales» de líderes independentistas contra españoles. «La proporcionalidad es compatible con hacer campañas sobre las mentiras de los independentistas», se aseguró por parte de los creadores. Un sector del partido criticó en privado la idoneidad del vídeo.