Mariano Rajoy desembarcó el fin de semana pasado en Sevilla para tensionar las filas del PP andaluz, para respaldar a su líder regional, Juanma Moreno, y para activar la maquinaria electoral de cara a las citas con las urnas de 2019: andaluzas, europeas y municipales. Su vicesecretario general y aún hoy factótum del PP andaluz, Javier Arenas, le preparó el terreno en Sevilla y le convenció de que, tras el fracaso de las elecciones en Cataluña, Andalucía será clave para relanzar el partido y frenar el avance de Ciudadanos.
El presidente del Gobierno, que confía mucho en Arenas, le hizo caso y ha programado la Convención Nacional del PP en Sevilla, en el mes de abril, entre Semana Santa y Feria (del 6 al 8). Pero algo ha fallado. Horas después de volcar todo el peso del partido en Andalucía y tras viajar a Sevilla para dar su apoyo explícito al líder regional, el PP andaluz se incendió en una crisis interna sin precedentes: cuatro alcaldes de Jaén que cuentan con mayoría absoluta han abandonado en bloque el partido y se pasarán con todo su equipo de Gobierno al grupo mixto, otros cinco regidores barajan hacerlo en las próximas horas, y los cinco concejales en la oposición del un décimo municipio también darán el portazo.
El PP andaluz corre riesgo de quedarse, por primera vez, sin representación en una decena de pueblos a poco más de un año para las elecciones municipales. Ni la dirección provincial en Jaén, ni la ejecutiva regional de Juanma Moreno ni la nacional (Arenas y Martínez Maíllo estaban al corriente) han sido capaces de sofocar una crisis interna que lleva enquistada casi un año, desde el convulso congreso provincial del PP de Jaén, y que tiene como muñidor principal al anterior presidente del PP jiennense y actual secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya. El portazo de los alcaldes andaluces es el contrapunto a la imagen de fortaleza y unidad que quiso ofrecer Rajoy en Sevilla horas antes. Fuentes próximas a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, responsabilizan del patinazo a la ejecutiva andaluza, a quien reprochan “falta de autoridad y determinación para evitar llegar a esta situación”.
El congreso provincial del PP jiennense se cerró en falso el 21 de mayo del año pasado, tras un pulso virulento entre el candidato oficial (Juan Diego Requena, regidor de Santisteban del Puerto) y el aspirante crítico (Miguel Moreno, alcalde de Porcuna). Moreno ganó en primera vuelta, porque recabó más votos de los afiliados (57,6% frente al 42,4%), pero perdió en la segunda ronda, donde ya sólo votaban los compromisarios, la mayoría afines a su rival, y que lograron darle la vuelta al resultado. El expresidente del PP de Jaén, Fernández de Moya, nombró a Requena sucesor, y Moreno acusó al hoy secretario de Estado de Hacienda por haber “alterado” el resultado de la votación colocando a compromisarios próximos a su rival en lo que define como “un golpe de mano”.
El alcalde de Porcuna ha sido el primero en dar el portazo al PP después de 32 años de servicio al partido, y tras él han seguido los regidores de Aldeaquemada, Cárcheles y Castellar. Otros seis regidores amagan con darse de baja: Albanchez de Mágina, Santa Elena, Montizón, Arquillos, Torres y Jamilena; y las direcciones locales de otros tantos pueblos no descartan hacer lo mismo: los cinco concejales en la oposición de Beas, Quesada o Ibros (todos municipios de menos de 20.000 habitantes, algunos por debajo de 5.000). Los regidores que ya han dado el paso reconocen estar “frustrados” en su “lucha por democratizar” el PP “sin haber conseguido absolutamente nada”.
Fernández de Moya, “el gran urdidor”
Miguel Moreno sostiene que el “gran urdidor” de esta crisis es Fernández de Moya y reprocha a la ejecutiva regional su pasividad ante sus “tejemanejes”. El candidato crítico recurrió la decisión al Comité de Derechos y Garantías de la ejecutiva regional, y éste resolvió a su favor. Pero el número dos de Cristóbal Montoro se negó a acatar esta resolución. “Loles López [secretaria general del PP andaluz] vino aquí a hablar con Fernández de Moya y éste, a un metro de distancia, le dijo en su cara: yo no te acepto los estatutos regionales del partido”, recuerda Moreno.
El regidor de Porcuna pensó que en ese momento el presidente del PP andaluz disolvería la ejecutiva de Jaén y crearía una gestora, “pero no lo hizo y dejó pasar el tiempo a ver si esto se arreglaba solo”. Miguel Moreno dejó claro que no iba a rendirse: Primero acudió a los tribunales de lo Contencioso Administrativo para impugnar la interpretación que Fernández de Moya había hecho de los resultados del congreso provincial y luego empezaron una recogida de firmas por toda la provincia para pedir al partido que le abriera un expediente disciplinario.
El litigio sigue su curso en los juzgados, pero el alcalde de Porcuna se había impuesto a sí mismo una fecha tope “para perder la paciencia con la ejecutiva regional”. Ese plazo acabó el miércoles pasado por la noche, cuando Moreno y todo su equipo en el Consistorio anunciaron que abandonaban el PP y todo un Gobierno municipal (9 de 13 concejales) se pasaba al grupo mixto. “Hablé con Loles y con Juanma el mismo día, me pidieron paciencia y que me quedara. Pero cuando ves que se ejecuta un fraude con el respaldo de los órganos ejecutivos del partido, desde el provincial, al regional y al nacional, te sientes ninguneado y marginado. Y dices basta por tu familia, tus compañeros de partido y los afiliados”, explica Moreno a Público. Ahora él y su equipo constituirán una nueva formación política que llevará el mismo nombre de la corriente crítica que usaron en el congreso provincial: Jaén Adelante. Moreno tiende la mano al resto de alcaldes descontentos con el PP y aspira a presentarse en las municipales y en las autonómicas.
El divorcio es total y la impotencia de la ejecutiva regional es manifiesta. Una semana antes, el equipo de Juanma Moreno había forzado una negociación entre la actual dirección provincial de Jaén, pilotada por Juan Diego Requena, y su rival, Miguel Moreno. Al fin se vieron las caras tras meses de desencuentros y denuncias cruzadas, pero el alcalde de Porcuna no quiso aceptar la propuesta de una ejecutiva integrada por ambas corrientes. También exigía la convocatoria de un nuevo congreso extraordinario con la fórmula de un militante, un voto. “Lamento profundamente que haya una serie de compañeros abandonen el PP y que no hayan fructificado las negociaciones ni la oferta de integración”, dice Requena. La dirección provincial asegura que “actualmente no tenemos conocimiento oficial de que ningún alcalde haya formalizado su salida”.
La provincia jiennense tiene 97 municipios y los populares gobiernan en 34, aunque sólo cuentan con el Ayuntamiento de Jaén capital entre las localidades de más de 20.000 habitantes. En 2011 tocaron techo electoral con casi 150.000 votos (38%) y 408 ediles, y cuatro años después cayeron al 31% (112.000 papeletas) y 355 concejales. Ahora, la posible pérdida de diez alcaldías y la sangría de la militancia ha hecho saltar las alarmas en la calle Génova, que ha lanzado el mensaje de parar los pies a Ciudadanos ante la posible amenaza de un sorpasso por la derecha.