Mariano Rajoy y Albert Rivera han pactado una “envolvente” a Íñigo Urkullu para convencerle de que el PNV apoye los Presupuestos de 2018. Entre otros argumentos, trasladarán al lehendakari que, sacando adelante las cuentas, contribuirá a apaciguar las virulentas protestas de pensionistas contra su Gobierno, que se están dejando notar especialmente en Bilbao.

 

De momento, al menos públicamente, el PNV se mantiene en su negativa a negociar. “Hemos repetido hasta la saciedad que, mientras esté en vigor el 155 en Cataluña, no nos vamos a sentar con Rajoy para hablar de los Presupuestos”, insisten.

Sin embargo, una subida de las pensiones para 7 millones de jubilados, consecuencia de la aprobación de los Presupuestos, constituye un argumento contundente del Gobierno y Ciudadanos para meter presión al PNV, cuyos cinco diputados son claves para aprobarlos.

Han vuelto a hablar

Así las cosas, la necesidad de convencer a los nacionalistas vascos  ha llevado a Mariano Rajoy y Albert Rivera a retomar su relación. No hablaban desde hacía varias semanas. Un deshielo forzado por la necesidad de sacar adelante unas cuentas públicas que benefician a sus partidos.

Han acordado utilizar la subida de las pensiones como baza principal con la que convencer al PNV, después de que haya pedido la revalorización según el IPC para “garantizar su poder adquisitivo”.

Protestas de jubilados en Bilbao

No se pasa por alto que Bilbao se ha convertido en la capital de las protestas de los jubilados, y ha marcado la pauta que después han seguido en otras ciudades del país.

Desde hace varios lunes, cientos de pensionistas salen a la calle para protestar y reclamar una prestación digna. En la ciudad vasca se concentran un elevado número de mayores, lo que ha hecho que sus manifestaciones sean las más multitudinarias de toda España.

Además, las convocatorias suelen producirse frente a sedes del Gobierno Vasco o ante los ayuntamientos. Hay que recordar que el partido preferido por la tercera edad en Euskadi es el PNV, al que fueron un tercio de sus papeletas en las últimas generales. El colectivo de pensionistas es especialmente importante en el País Vasco, al sumar cerca de 548.000 personas, lo que supone casi una cuarta parte de la población vasca.

Por ello, según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones entre PP y Ciudadanos, Rajoy ha acordado con Rivera insistir a Urkullu, tras la Semana Santa, en que el respaldo a las cuentas del Estado contribuirá de forma decisiva a aplacar las movilizaciones, con lo que le evitarán un fuerte desgaste entre su electorado más fiel.

Rajoy asumirá personalmente la negociación con Urkullu

Por el momento, Mariano Rajoy ha tranquilizado al PP. Considera que tiene por delante todavía “un mes largo” para intentar que el PNV se sume al acuerdo. Se ha marcado como prioridad en este plazo cerrar personalmente el acuerdo con el lehendakari.

En Moncloa no olvidan que a los nacionalistas vascos también les interesa, y mucho, que haya cuentas públicas, aunque asumen con resignación que su apoyo no es gratis.

Vamos a aprovechar al máximo estas semanas, hasta el debate de totalidad, hagan lo que hagan los independentistas”, advierten en el entorno de Rajoy.

La fecha decisiva de este desafío la sitúan en torno al 25 de abril, cuando se celebre la primera votación sobre las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos.

En ese momento, el Gobierno necesita contar con los cinco diputados del PNV, que permitan asegurar la tramitación del proyecto y sumar, como ya hiciera el año pasado, los 175 escaños que garantizarían al menos el empate, lo que derrotaría las enmiendas de la oposición y evitaría la devolución de las cuentas al Gobierno.

Conversar sobre transferencias de Seguridad Social

En un último intento a la desesperada, Rajoy está dispuesto también ahora a abrirse a negociar la transferencia a Euskadi de las competencias de Seguridad Social. Es decir, la gestión de las altas y las bajas de los trabajadores y las pensiones para los jubilados.

Mariano Rajoy recibió el pasado verano, en el Palacio de la Moncloa, a Íñigo Urkullu, después de que el PNV hubiese apoyado los Presupuestos de 2017 y el techo de gasto de 2018.

El lehendakari, consciente de esa baza negociadora, pidió al presidente del Gobierno un nuevo traspaso de competencias, entre las que destacan la Seguridad Social, que el jefe del Ejecutivo se comprometió entonces a estudiar.

Las conversaciones saltaron por los aires en el mes de septiembre, cuando estalló el conflicto en Cataluña en vísperas del 1 de octubre. Ahora, a pesar de algunas reticencias de Ciudadanos, la disposición es retomar la negociación sobre esa histórica reivindicación de los nacionalistas vascos, a cambio de su apoyo a las cuentas públicas.

 

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL