Quiero dejar de vivir días históricos. Quiero levantarme sin sobresaltos. Quiero que cada hora no haya una «Última hora». Quiero dejar de etiquetar y de que me etiqueten. Quiero que no haya presos políticos. Quiero volver a desayunar con Jordi Cuixart en la Diagonal. Quiero que no me llamen unionista por no ser independentista. Quiero volver a creer que no han fracturado la sociedad catalana. Quiero no seguir engañándome. Quiero sobremesas hablando de bricolaje con mi cuñado. Quiero que los teatros se vuelvan a llenar y los hemiciclos se vacíen de teatro. Quiero que el 155 vuelva a ser un número sin efectos legales. Quiero que DUI signifique «Dejémonos de Unilateralidades Inútiles».
Quiero relatos menos épicos. Quiero manifestaciones donde los convocantes den menos asistencia que la policía. Quiero que no me digan lo que tengo que hacer. Quiero que los observadores internacionales nos dejen de observar. Quiero que no nos flipemos si salimos en el Washington Post. Quiero que dejemos de perder tanta energía en un solo tema. Quiero votar en muchos referéndums, y no principalmente sobre temas territoriales. Quiero que la represión se le aplique a los represores. Quiero dejar de vivir semanas decisivas. Quiero aburrirme. Quiero calles sin banderas. Quiero dejar de entrar en el bar y escrutar si alguien me mira mal. Quieroque haya más celos que recelos. Quiero que no me utilicen hoy los que me insultaban la semana pasada. Quiero que la astucia no sea la virtud de los que mandan. Quiero que dejen de velar por nuestros intereses.
Tele y café
Quiero que protestemos ante los bancos cuando los rescatan, tengan la sede social donde la tengan. Quiero que las teles públicas y privadas dejen la propaganda relegada a las pausas para la publicidad. Quiero que vuelva a haber más programas de televisión normales que especiales. Quiero más autocrítica. Quiero menos prietas las filas. Quiero pasos atrás. Quiero que nos dejen en paz. Quiero que los muy cafeteros entiendan que no a todo el mundo le gusta el café (ni el que es para todos). Quiero que se vuelva a hablar de refugiados. Quiero no pensar que vivo en el mejor país del mundo ni que somos los mejores ni que a por ellos oé.
Quiero que mi patria no supere las fronteras de mi barrio. Quiero que mi patria sean mis amigos. Quiero que los salvapatrias se salven ellos solos, que es lo que ya acostumbran a hacer a hacer. Quiero no dar vivas a las patrias. Quiero que vivan los novios. Quiero que nacer en un sitio sea una casualidad y no te dé derecho a ser más que nadie. Quiero no cabrearme en los grupos de whatsap. Quiero volver a emborracharme con colegas que piensan diferente. Quiero abrazarme con el rival.
FUENTE: ELPERIODICO/JORDIEVOLE