Las encuestas son una foto fija de un momento puntual. Tienden a ser más fiables cuanto más grande es la muestra, pero especialmente son más fiables cuanto más se acerca la fecha electoral. El 28 de abril queda todavía lejos en términos demoscópicos, especialmente si se tiene en cuenta a la importante masa de indecisos que detectan todas las encuestadoras. Aún así, la mayoría de trabajos publicados hasta la fecha coinciden en dibujar un panorama hiperfragmentado y tan equilibrado entre bloques que el Congreso se convertiría en prácticamente ingobernable. Nadie descarta a estas alturas el escenario de una repetición electoral.
Atendiendo al promedio de encuestas publicado por este periódico el pasado fin de semana, la gobernabilidad parece tarea casi imposible a día de hoy. El PSOE sumaría según el promedio 102 escaños, el PP 87, Ciudadanos 64, Podemos 46, Vox 25, ERC 12, PDeCat 6, PNV 5, Bildu 2 y Coalición Canaria 1. Con estos datos, el único bloque que tendría opciones de conseguir la investidura sería el de PP, Cs y Vox: 176 escaños exactos. Es decir, una auténtica moneda al aire.
Además, esa tendencia va a la baja. Según las últimas siete encuestas esa suma decrece y se quedaría en 174. La tendencia es clara: Vox crece mucho, el PP cae ligeramente y Ciudadanos sufre una fuga de votos importante camino tanto de Vox como del PSOE, lo que resta fuerza al bloque del centro-derecha.
En este sentido, el problema es que ningún otro bloque parece en condiciones de sumar las mayorías necesarias para formar gobierno. Cabe recordar que el sistema español exige una mayoría absoluta de 176 escaños para ser investido en primera votación, o una mayoría simple para ser investido en segunda votación. Sin embargo, en el panorama actual no es fácil imaginar a ningún partido absteniéndose para facilitar un gobierno en minoría del bloque contrario.
Respecto a la suma de partidos que propició la moción de censura contra Mariano Rajoy el pasado mes de junio, su situación es muy parecida a la del bloque andaluz. Suman 173 escaños según el promedio global de encuestas publicadas desde el 2-D, pero crecen hasta los 176 si se toman en consideración sólo los más recientes. De nuevo, es un margen estrechísimo que hace la situación absolutamente impredecible.
La opción latente de una suma entre PSOE y Ciudadanos
El bloque, en todo caso, rinde liderado por la fortaleza del PSOE, que tira hacia abajo de Podemos y de los votos que pueda conseguir robar a Ciudadanos. Pero en el resto del espectro la situación no varía apenas nada. Los partidos nacionalistas mantienen previsiones muy estables y compiten en circunscripciones muy delimitadas que hacen complicado que su resultado varíe de forma ostensible. De hacerlo, probablemente lo haría entre ellos sin alterar significativamente las sumas.
Lo más interesante en este ámbito quizá sea comprobar la evolución de la posible suma entre PSOE y Ciudadanos. Pese a que la ejecutiva del partido de Albert Rivera ya ha decidido que no pactará con Sánchez tras las generales del 28 de abril, sigue siendo un punto de referencia en todos los sondeos que se publican. Pesan tanto el precedente de Rajoy, al que Rivera también prometió que no haría presidente, como la posible tozudez de las matemáticas tras la cita electoral.
En el promedio de encuestas ambos partidos se encuentran actualmente en 166 diputados, lejos de una mayoría de gobierno salvo improbable abstención de Podemos, que ya rechazó esta fórmula tras las generales de 2015. Pero su tendencia es claramente al alza porque Ciudadanos no sólo pierde votos hacia el PSOE, ni el PSOE roba sólo de Ciudadanos. Algunos sondeos, como el último de GAD3 para La Vanguardia, daban opciones más que reales de que la suma de ambos partidos consiguiera una mayoría absoluta, lo cual supondría en una situación complicada para Albert Rivera y abriría un escenario postelectoral más laberíntico de lo que ya se pronostica.