La Casa Blanca anunció esta semana que la reunión prevista para el otoño entre Donald Trump y Vladímir Putin en Washington se ha demorado indefinidamente. Gracias a Puti­leaks, una oenegé con base en la embajada de Ecuador en Londres, La Vanguardia ha conseguido la grabación de la llamada telefónica en la que el presidente ruso le explica a su homólogo estadounidense por qué es mejor que pase un tiempo antes de que se vuelvan a ver.

Vladímir Putin: Donald, ¡hola¡ ¿Cómo estás?

Donald Trump: Señor presidente, ¡qué honor!

VP: ¡Donald! ¡Te he dicho mil veces que me llames “Vlad”!

DT: Ay, sí, perdone señor… digo, Vlad.

VP: Donald, tengo malas noticias.

DT: ¡No! ¿No me digas que el vídeo se ha hecho público?

VP: Tranquilo. Los únicos que lo vemos somos yo y mi novia. (Nos reímos un montón, ¡por cierto!) Pero no. Te llamo por otra cosa. Te vas a cabrear, lo siento, pero… no podré ir a verte en un par de meses, como quedamos.

DT: ¡Nooooo! No me digas eso. Con las ganas que tenía…

VP: Lo siento. Pero creo que lo mejor para ti y para mí, pensando en nuestra relación a largo plazo, es poner un poco de espacio entre los dos.

DT: Pero, señor presidente…

VP: “¡Vlad!”

DT: Vlad… lo pasamos tan bien durante esas dos horas juntos en Helsinki, te entusiasmaste tanto cuando te propuse que vinieras a verme en Wa­shington. No entiendo nada…

VP: Donald, tranquilízate. Escucha y verás que es por nuestro propio bien. Mira, ¿estamos de acuerdo que nuestra prioridad absoluta es que permanezcas en la Casa Blanca el máximo tiempo posible?

DT: Claro.

VP: Lo ideal, como hablamos en Helsinki, sería que cambiásemos la Constitución para que sigas como presidente toda la vida, como yo.

DT: Estoy en ello. A los republicanos en el Congreso ya les corté las pelotas.

VP: Lo sé, pero antes tienes que ganar las elecciones del 2020. No podemos poner eso en riesgo. Demasiado depende de ello.

DT: Sí, sí… crear la empresa Trumputin, construir una red de hoteles en Rusia, otra en las playas de Corea del Norte con el gordito de los pijamas negros…

VP: También, pero me refiero
en primer lugar a destruir la OTAN. No te olvides que para mí el dinero
no lo es todo. Pienso primero en
la gloria de la madre patria…

DT: Y yo también, señor presidente…

VP: Ya, ya lo sé, Donald, pero es­cucha. Te lo he dicho mil veces: la misión más sagrada de mi vida es re­cuperar el territorio que perdió el blandengue de Gorbachov. Primero invadiremos Estonia y Latvia, luego Ucrania, Georgia…

DT: Por eso tenemos antes que desmantelar la OTAN, ¿no?

VP: Bravo. Tardaste en entenderlo pero llegaste.

DT: Perdón, señor presidente. Gracias, señor presidente…

VP: “Vlad”, Donald. “Vlad”, ¡por Dios! Ten un poco de dignidad. Te he prometido que el vídeo no lo suelto nunca.

DT: Sí, Vlad. Gracias, Vlad.

VP: Mejor… bueno, sigamos. El otro gran objetivo que compartimos es que la Unión Europea acabe como la Unión Soviética, hecha pedazos. Será mi gran venganza. ¿Lo recuerdas?

DT: ¡Claro que lo recuerdo, Vlad! Me dijiste que declarara en televisión que la UE era mi enemiga. Cumplí, ¿no?

VP: Cumpliste. Pero hay que ir más lejos. Hay que seguir con el trabajo que hemos empezado. Logramos nuestro objetivo tanto en el referéndum británico sobre el Brexit como contigo en las elecciones presidenciales. En Francia hubo un retroceso. Perdió Le Pen. Pero Polonia, Hungría y Austria pintan bien.

DT: Le di órdenes a nuestros embajadores allá que sigan apoyando a los partidos que se oponen a los sucios criminales violadores que llegan de México…

VP: No, de México no, Donald. De Siria, de Irak, de África.

DT: Es igual.

VP: Tienes razón. Con tal de que se rompa Europa, ¿qué importa? Alemania: también hay motivos para celebrar. La Merkel la jodió con su política de puertas abiertas a todo el mundo. Italia también promete. Son incluso más hijos de puta con los inmigrantes que tú, Donald. España: le veo futuro.

DT: Pero ahí la izquierda está en el poder, ¿no? Ese Hugo Chávez.

VP: Chávez murió y eso fue en Venezuela, Donald.

DT: ¿Pero no hablabas de los hispanos? Me confundes, Vlad…

VP: España, Donald. España, carajo. Un país del sur de Europa.

DT: ¿El de los toros?

VP: Ese. Mira, tengo la esperanza de que en un par de años España se rompa, que Catalunya se independice.

DT: ¿Cata… qué?

VP: Catalunya. Es un pequeño lugar en el Mediterráneo donde nos gusta ir de vacaciones. En los restaurantes todos los menús están en ruso.

DT: Podríamos construirles unos campos de golf. ¿Cómo decías que se llamaba?

VP: Olvídalo. Lo importante es que se separen de España, donde la gran noticia el otro día fue que el partido de derechas eligió el líder que queríamos. Si llega al poder (y haremos todo lo posible para ayudarle en las próximas elecciones) los catalanes se van seguro.

DT: No entiendo nada, pero sabes que siempre confío en ti, Vlad.

VP: Bien, Donald. Y por eso tienes que confiar en mí y aceptar que mejor que no nos vuelvan a ver juntos en público durante un buen rato. Por si se repite el numerito de Helsinki, por si los bobos que te votaron empiezan a pensar que quizá la CNN y el The New York Times y los demás fabricantes de fake news aciertan; por si empiezan a sospechar que te tengo por los huevos y corremos el riesgo de que pierdas las elecciones del 2020, de que pierdas la inmunidad legal y…

DT: ¡Nooo! ¡Eso no!

VP: Bien, Donald. Entonces, ¿seguirás haciendo lo que yo te digo, como un buen chico?

DT: Sí, señor presidente.

 

 

 

FUENTE: LAVANGUARDIA