El ministro ha descabalgado en menos de cinco meses de gestión a la mayor parte de los mandos promocionados durante la etapa anterior, como a tres de los cuatro comisarios que integraban la cúpula policial y al jefe de la lucha antiterrorista
Fernando Grande-Marlaska no lleva aún cinco meses al frente del Ministerio del Interior, pero en este tiempo ha tenido tiempo de purgar la cúpula policial para tratar de borrar el rastro de Juan Ignacio Zoido. No sólo ha eliminado la estructura operativa que implantó su antecesor en el cargo, también ha descabalgado a la mayor parte de los mandos promocionados durante la etapa anterior.
La última decisión ha sido la destitución de Germán Rodríguez Castiñeiracomo comisario general de Información, responsabilidad para la que fue designado el pasado 11 de enero en sustitución de Enrique Barón tras un breve paso como jefe superior de Policía en Madrid. El veterano comisario principal mantenía una estrecha relación con Cristina Cifuentes desde que ésta, hoy ya fuera de la vida pública tras el escándalo del máster, ocupó la Delegación del Gobierno en la Comunidad.
“Se le identificaba mucho con el PP de Madrid y con Cifuentes. Se le consideraba del equipo anterior y eso que Germán y ‘Lenin’ [apodo con el que es conocido en el Cuerpo José Antonio Rodríguez González, jefe del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad] son muy amigos”, señala a El Independiente un comisario policial conocedor de los entresijos del Cuerpo.