Alfonso Guerra, José Bono, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o Juan José Laborda, referentes socialistas que ocuparon destacadas responsabilidades durante décadas en distintos niveles de la administración, no son bienvenidos en la comisión sobre el modelo autonómico que impulsa el PSOE.

El grupo socialista ha vetado, hasta en cuatro ocasiones y con el apoyo del PP, su presencia en esa comisión, un foro que nació en el Congreso de los Diputados como una apuesta personal de Pedro Sánchez para impulsar el debate sobre la reforma de la Constitución.

Sin esos cuatro nombres es difícil comprender la historia autonómica y española, pero es imposible entender la historia del PSOE. Alfonso Guerra fue vicepresidente del Gobierno nueve años y número dos del PSOE otros 27, además de ser el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso durante dos legislaturas. Bono e Ibarra fueron más de dos décadas presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, respectivamente. El castellanomanchego fue además presidente del Congreso entre 2008 y 2011. Laborda lo fue del Senado durante dos legislaturas (1989-1996).

Los cuatro fueron propuestos por Ciudadanos. Tres de ellos, Guerra, Bono e Ibarra, se han expresado en público sus dudas, cuando no sus ásperas críticas, sobre la España plurinacional que defendió Pedro Sánchez en el último congreso del PSOE y sobre el riesgo de un federalismo que ponga en riesgo la unidad de España o haga concesiones al nacionalismo. Tres de ellos, Guerra, Bono y Laborda, apoyaron a Susana Díaz en las últimas primarias socialistas y participaron en el acto de lanzamiento de su campaña, mientras que Ibarra, que mantuvo contactos con Sánchez, no apostó públicamente por ningún candidato.

«No podemos llamar a todos los ex»

«Ya han comparecido los padres de la Constitución, expresidentes autonómicos y exministros. Ahora toca la siguiente fase», explicaron fuentes del grupo socialista. «No podemos llamar a todos los ex» y ahora «toca llamar a los presidentes actuales», insistieron.

En declaraciones posteriores, la portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, aseguró que la comisión «está funcionando muy bien», con presencia de los padres de la Constitución o numerosos expertos, pero que no puede comparecer todo el mundo. «Tenemos un tiempo que nos hemos impuestos a nosotros mismos de seis meses» para finalizar los trabajos, ha recordado, y el PSOE quiere que comparezca Mariano Rajoy y los expresidentes del Gobierno. «Por razones que no alcanzo a comprender, Ciudadanos tiene especial interés en que vengan aquí» los cuatro referentes, lamentó Robles.

Preguntado al respecto, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ofreció una versión distinta. «Esas personas claro que van a venir«, dijo este martes en rueda de prensa, asegurando que el primer interesado es el PP y que si no lo han hecho antes es por la manera en la que «se están organizando los trabajos de la comisión». «No estamos bloqueando la comparecencia de nadie«, según él, aunque la petición de comparecencia de esos cuatro políticos ha sido rechazada ya hasta en cuatro ocasiones.

Los órdenes del día de la comisión revelan que sólo han sido dos los antiguos mandatarios socialistas, con rango de exministro o expresidente autonómico, los participantes en alguna de las nueve sesiones del foro, por las que han pasado en total 29 expertos y académicos desde el 15 de noviembre. Se trata de Jerónimo Saavedra, expresidente de Canarias, Jordi Sevilla, ex ministro de Administraciones Públicas.

Cs deja la comisión

Ciudadanos considera inaceptable que el PSOE vete a referentes de su partido que además tienen un amplio conocimiento de la España autonómica y apunta a motivos internos.

Por ese motivo, su líder, Albert Rivera, anunció tras la publicación de este artículo que su partido dejará la comisión parlamentaria. «Para legitimar la nación de naciones de Sánchez no estaremos», advirtió en un discurso ante sus diputados. «Todos estos señores socialistas han sido vetados por el señor Sánchez. Ya está bien. Es que no escuchan ni a los suyos. El sectarismo no puede apoderarse del Parlamento

Ante los vetos del PSOE y del PP, Ciudadanos había presentado la semana pasada un escrito formal a la Mesa de la comisión parlamentaria, el órgano de gobierno del foro que decide quién comparece y el orden del día, para manifestar su descontento. Según el escrito, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los cuatro referentes socialistas tienen «opiniones cualificadas de quienes han tenido un papel protagonista en la construcción de nuestro modelo territorial».

Con la marcha de Ciudadanos de la comisión, ésta queda tocada de muerte, ya que de los siete grupos de la cámara, sólo quedan tres: PP, PSOE, y parte del Grupo Mixto, cuyo portavoz es Joan Baldoví (Compromís). Unidos Podemos, ERC y el PNV han decidido no estar en el foro.

 

 

 

FUENTE: ELESPAÑOL

 

 

Las heridas internas dificultan la actividad del PSOE en el Congreso

 

Los 84 diputados del PSOE en el Congreso son el grupo socialista más pequeño desde 1977. La batalla que vivió el partido desde las elecciones de junio de 2016 hasta las primarias de mayo de 2017 ha dejado heridas que afectan a la vida interna del partido en la Cámara. El grupo acusa el malestar de un sector que se siente infrautilizado por no haber apoyado a Pedro Sánchez en las primarias, y que cuestiona la impericia de una dirección que es la que suma menos años de experiencia parlamentaria desde 2011. La cúpula defiende que trata de integrar a todos y atribuye las críticas a un problema de egos.

De las 24 entrevistas mantenidas por este diario con diputados socialistas emerge un retrato donde la dirección da más juego a, aproximadamente un tercio de los parlamentarios y olvida a los caídos en desgracia. En torno a una decena aseguran sentirse relegados en el trabajo, aunque la dirección afirma que solo ha recibido dos quejas. El resultado es una fórmula de escasa eficacia parlamentaria, según los apartados, toda vez que hay más tareas (porque el Congreso tiene más actividad) y el PSOE tiene menos diputados que antes.

Las metáforas deportivas que dan algunos diputados en conversaciones off the record sirven para entender qué ocurre dentro del grupo. “Es un equipo de fútbol ya muy reducido en el que la mitad de la plantilla está sentada en el banquillo”, dice una diputada. “Somos gente disciplinada. No es la primera batalla que se pierde, pero el día después o cuentas con todos los efectivos o estás cojo”, apunta otro parlamentario.

El grupo podría dividirse en cinco categorías: líderes, aceptados, conversos, resignados y olvidados. Es difícil delimitar las fronteras en algún caso, pero los grupos más numerosos son los tres primeros, que llevan el peso de la vida interna. El riesgo para el grupo parlamentario es perder efectivos por el desánimo y la falta de implicación en gente cuyo proyecto político es, en líneas generales, el mismo: “En todos los grupos que no son pequeños hay diputados que desean intervenir más. Yo se lo he oído a más de 10 compañeros, que hay compañeros con sobresaturación frente a otros infrautilizados”, afirma un diputado.

Intervenciones

Las intervenciones en Pleno son indicativas de esa percepción en un sector del grupo parlamentario. Desde el pasado 19 de junio, cuando cambia la dirección del grupo, 24 diputados (el 28% del total) ha hecho el 65% de las intervenciones en el hemiciclo, según la web del Congreso. Otros 16 parlamentarios han tenido una intervención y nueve no han tenido ninguna. Entre esos silentes en Pleno hay diputados que desde el principio fueron críticos con Sánchez, como José María Barreda y Soraya Rodríguez, otros que apoyaron al inicio al hoy secretario general y luego cayeron en desgracia, como César Luena y Antonio Hernando, y otros que no están tan alineados. Algunos de ellos no hacen intervenciones pero tienen un cargo en la Mesa, que lo dificulta, como Juan Luis Gordo y Micaela Navarro.

La dirección defiende que todos los grupos socialistas han tenido disidentes, y que ellos mismos fueron vetados cuando el PSOE estaba gobernado por una gestora. “Si hubieran ganado los partidarios de la gestora, nos hubieran masacrado”, dicen fuentes de la dirección, que también atribuyen a un problema de egos las quejas. La gestora penalizó a los ocho diputados del PSOE que rompieron la disciplina y votaron no a la investidura de Mariano Rajoy. Los hoy olvidados se defienden argumentando que aquello fue un castigo disciplinario.

La dirección subraya también que apenas ha movido a los anteriores portavoces de área. Pero algunos de estos han quedado al margen de las iniciativas. Por ejemplo, el PSOE ha impulsado en el último mes dos proposiciones de ley sobre igualdad. La portavoz de Igualdad, Ángeles Álvarez, no fue avisada y no participó en el registro de la propuesta de igualdad laboral, que corrió a cargo de la vicesecretaria general, Adriana Lastra, y de la secretaria de Igualdad del partido, Carmen Calvo. La reunión de portavoces de los lunes se ha suprimido, según la dirección porque acudían casi los mismos diputados que a la de grupo de los martes, aunque algunos parlamentarios la echan en falta para un debate profundo.

Las quejas se refieren también a la falta de cintura en las negociaciones a puerta cerrada, que se traducen en cuestiones como que no se evitó el debate de la prisión permanente en la semana en la que había aparecido el cadáver del pequeño Gabriel Cruz.

La dirección actual es la que tiene menos experiencia parlamentaria desde que el PSOE pasó a la oposición en 2011. La suma de años como diputados de los miembros en el momento de su nombramiento es la mitad que en las dos anteriores.

La desazón en el grupo afecta al cargo de la portavoz, Margarita Robles. Uno de los problemas más obvios del PSOE en el Congreso es que el líder de la oposición, Pedro Sánchez, no es diputado. Esto implica que Robles se ve juzgada con la severidad de ser la líder sin disponer de todo el control de las decisiones. Es una situación enormemente compleja. Un diputado recuerda que los portavoces siempre han sufrido: “Cuando Zapatero estaba en capilla para ser candidato a presidente, si en una sesión estaba bien, todo el mundo contento, pero cuando estaba mal, todos empezaban con ‘no puede ser’, ‘así no vamos a llegar’, ‘este tío es un Bambi”, dice. El rol entre dos aguas de Robles la coloca en una posición perfecta para recibir golpes de ambas orillas.

 

 

FUENTE: ELPAIS