Francisco Frutos Gras ||

Ex Secretario general del PCE ||

 
No sé porqué me huelo que el PSOE-PSC va a dar otra vez en la reciente historia de nuestro país, argumentos fraudulentos, aire nuevo y alas a los diversos independentismos y nacionalismos periféricos. Y Pedro Sánchez será el nuevo profeta de esta vieja y fracasada política que sólo ha traído enfrentamientos, problemas y divisiones entre sectores de la población trabajadora en Catalunya y Euzkadi en general,  sin obviar las repercusiones negativas en toda España y a escala internacional.

Centraré mi análisis en Catalunya ya que es, actualmente, la punta de lanza de las “actitudes golpistas” del secesionismo racista.

Para ello empezaré con una afirmación rotunda: en la España actual no hay ningún centralismo españolistaque tenga una mínima entidad numérica y política, que reprima, reduzca,  limite o ahogue los derechos políticos, culturales, lingüísticos y humanos de los catalanes, de los vascos, de los andaluces, gallegos o asturianos.

En España, como en el resto de Europa y, en general y  con hegemonía en el mundo, sí hay capitalismo en su fase neoliberal más aguda, a lo cual ha contribuido la derrota objetiva y la auto derrota entreguista  de la izquierda histórica, la socialdemócrata o moderada o la alternativa y radical. Y en España, la defensa del capitalismo, los recortes sociales y laborales, el belicismo y el entreguismo al poder económico y político de la globalización lo comparten PP, CDC, PDe CAT, o como se llame, y sus aliados, el PNV, con el beneplácito tolerante del PSOE-PSC, por aquello de que en la economía y en la política no “hay más cera que la que arde”

Por tanto, aclarado esto, las prioridades de un partido de la izquierda moderada que llega al gobierno para cambiar, dice, las políticas más conservadoras del PP, pactando con antiguos y eternos socios nacionalistas del PP, no es, no debería ser, hacer gestos progres y hacia la progresía, sino abordar los problemas de fondo realmente y con perspectiva de su solución, sin prisas y sin pausas.

El PSOE-PSC, después de haber contribuido a crear el caos independentista y corregir parcialmente su deriva al ir, está demasiado lejos, no puede volver a sentarse con un personaje como Torra, ejemplo de la degeneración a la que ha llegado la Generalitat, prometiéndole que lo va arreglar todo, empezando por un nuevo estatut, que recuperaría lo perdido en aquel estatut que nadie pedía en Catalunya, que se sacaron de la manga Maragall y el nefasto Tripartitoque le bailaba el agua y que fue un justificante para que los nacionalistas mayoritarios se volvieran nazional-secesionistas.

Los cambios que introdujo el Constitucional en aquel texto de 223 artículos, aunque no representaron ningún recorte de derechos, sí representaron una coartada para que el gobierno de La Generalitat, que había recortado derechos económicos, sociales y laborales a causa de la crisis económica-financiera, los utilizara como algo debido al inventado “España nos roba” y promoviera las algaradas de los 11 de septiembre para exigir la independencia, como forma de llevar a Catalunya al paraíso social. Y así la lucha de clases de los trabajadores de Catalunya, que es la misma que la de los trabajadores de toda España, se convirtió en la lucha del banderío racista contra los españoles ladrones.

No siento ningún respeto por los nacionalismos. Siempre han representado el enfrentamiento y la división, cuando no la guerra.  El sentimiento nacionalista es una creación de la educación, la cultura, la política, la manipulación y la mentira, un sentimiento irracional que genera odios y racismos que suelen acabar mal en todas partes.

Quien avisa a secesionistas y a palanganeros acompañantes, no es traidor.

Ni Groucho Marx, ni El Reporter Tribulete, ni Mortadelo y Filemón, ni El capitán Trueno, ni Supermán…, pueden superar este espectáculo. Anímense y alegren su agosto.

No sé si han sido invitados los auxiliares del sí pero no, del no pero sí, o los directamente palanganeros del nazionalismo identitario o racista, pero no deberían faltar a tan insuperable y egregio acontecimiento sobre historietas, apellidajes, y caudillaje cultural, aventurero y político mundial.

Algunas opiniones sobre República

Sin ganas de entrar a fondo en un debate sobre el concepto, significado y realidad del término república, vayan unas ideas perezosas que notan el final de julio y adolecen de nervio dialéctico. En ellas no me interesa entrar en el debate superficial que, a mi entender, se produce sobre la cuestión, como si el solo hecho de nombrar y reivindicar la república y atribuirle todas las virtudes políticas y la solución mecánica de todos los males y carencias sociales, fuera una especie de milagro institucional irreversible.

Después de afirmar que los republicanos, cuando hablemos de la Tercera República debemos centrar el asunto en derechos sociales y laborales, acabar con la corrupción, limpiar la política de vividores, defender la paz frente a la guerra y la solidaridad entre todos los pueblos, quiero entrar en algo más prosaico, expresión de oportunismo puro, de deformación grotesca del sentido republicano que, como mínimo, la izquierda “real y alternativa”, o que así se cree, debería desenmascarar, aclarar y denunciar públicamente para que no se prostituyera un poco más el concepto república y todo lo mejor que históricamente se ha hecho, o se ha intentado hacer, en su nombre.

En Catalunya, la derecha nacionalista y sus socios de “izquierda”, prostituyen el concepto, el sentido y el nombre de república y lo que ello ha significado históricamente y lo convierten en una entelequia autoritaria para disfrazarse de modernos republicanos frente a la caduca monarquía. Y la masa horneada se cree lo de una república catalana milagrosa en la que desaparecerán los males que su derecha, de acuerdo con toda la derecha española, ha producido, recortando sus derechos y robando a mansalva y en la que se atarán los perros con “fuet de Vic”.

Y los enterados de la “izquierda” les bailan el agua, con un permanente sí pero no, no pero sí, o ya te lo miraré o diré si puedo rascar algo para unos centenares de personas que tendrían difícil ganase la vida en el mercado de trabajo y puedan cobrar unos  buenos sueldos.

En Catalunya y en toda España, esta izquierda, en el mejor de los casos, se cree y defiende que la república catalana abre el camino y luego viene la española. Qué bella y equívoca es la ilusión.

Lo que debe hacer la izquierda, la moderada que gobierna y la alternativa, es algo más simple y de más entidad: ver en concreto qué se hace de inmediato con las propiedades robadas por Franco para devolverlas al pueblo, o al patrimonio público, y de dónde viene todo el dinero que poseen y con el cual han trapicheado toda la vida sus herederos, tal como se está conociendo a fondo estos días; quién es el responsable de dar un ducado a la nieta de Franco; desenterrar a Franco del Valle de los Caídos, pero, en primer lugar, dotar de recursos suficientes a la memoria histórica para poder hacer lo más elemental: recuperar los restos enterrados en cunetas de los familiares cuyos descendientes así lo soliciten. 

Sin más por hoy, certifico que me parece vivir el nivel político y moral más bajo de la historia democrática. Y, al ser ateo, no debería decir aquello de que Dios nos coja confesados.  

Una “izquierda” que vive del ripio de lo que fue. Entre la realidad y la retórica banal

Hemos entrado ya en el inicio de la Cuarta Revolución Industrial, con una ya avanzada digitalización y un proceso rápido de robotización, lo cual pone en jaque la legislación laboral actual y amenaza todos los derechos de los trabajadores, muchos de cuyos derechos ya han sido recortados con las diversas legislaciones de precarización y liquidación de condiciones de trabajo y de vida conquistados por la acción y lucha del movimiento obrero en un largo proceso.

Y, bien, parece que esta realidad y sus efectos sociales no son los asuntos centrales de una “izquierda” que continúe manteniendo y adecuando sus valores y principios morales, sociales y políticos a la situación actual para poder intervenir en la economía y en la lucha por el reparto de la riqueza, un principio fundamental de la lucha de clases, que lleva implícita la defensa de la hegemonía cultural y política, sin la cual no hay cambio social.

Resulta que cualquier cosa tiene más importancia y trascendencia que lo que acabo de resumir en el párrafo anterior. Voy a citar una que se convierte en el recurso “rrrevolucionario”más fácil y claro para que uno/a se convierta en paladín de la izquierda, del socialismo y hasta del comunismo en la imaginería izquierdista al uso: el antifranquismo.

Y llego a una primera conclusión, en España hay más antifranquistas censados y por libre que franquistas ejercitantes. En la composición de esta masa antifranquista hay de todo: la mayoría jóvenes que han descubierto hace un rato que hubo un dictador llamado Franco; otros no eran, no estaban, ni se les esperaba. Y, mira por donde, los que sí éramos, estábamos y hasta recibíamos alguna colleja de los sicarios de Franco, callamos,  no armamos espectáculos ruidosos fraudulentos, exigimos memoria histórica para aclarar los crímenes franquistas,  recuperar los restos de nuestros asesinados y continuar defendiendo lo mismo de siempre, con Franco o sin Franco, a través de la política y la lucha social, con compromiso militante y sin alharacas. 

Ahora, lo moderno de esa “izquierda” es decir, poco más o menos, que la Transición del franquismo a la democracia parlamentaria fue una traición en toda la regla de la izquierda real operativa de hace 40 y más años. Y, para ello, tienen que repetir que lo actual en España es puro franquismo y así poder disfrazarse de antifranquistas prestos a iluminar los cielos de España con la luz de la libertad. Y además, si conviene, vestirse con todos los ropajes, de ácrata-izquierdista tipo CUP, de auxiliar o palanganero de los nacionalistas con la arcaica y relamida consigna del “derecho de autodeterminación”, aceptando la invención por estos de nuevas identidades de pueblos de única y ancestral pureza de sangre, de lengua y hasta de elemental urbanidad.

Sin parar en la cuenta que lo más parecido al franquismo que hay en la España actual, Estado español lo llaman como lo llamaba Franco, son los métodos políticos antidemocráticos, autoritarios y represivos, la fragmentación y división de los trabajadores,  la utilización de la mentira la manipulación y el adoctrinamiento reaccionario en todos los medios de comunicación que se controlan. 

Para terminar, una afirmación sin vocación de polemizar: no soy ni me siento catalanista, no soy ni me siento españolista, no soy ni me siento europeísta. Soy, sencillamente, un catalán español, y europeo, que defiende la libertad, la paz, el socialismo y el comunismo contra viento y marea. Intento ser un internacionalista solidario consecuente, que lucha por la fraternidad entre los trabajadores y los pueblos, frente a los nacionalismos que dividen y enfrentan a trabajadores y pueblos.   

Congreso PP: más a la derecha con Pablo Casado

Teóricamente, lo aprobado, es un giro más a la derecha en todo: en políticas socio económicas, por aquello de defender más globalización neoliberal, menos impuestos en general, siempre para los que deberían pagar más como, por ejemplo, bajar el impuesto de sociedades del 25% al 10%; en el sistema educativo, defendiendo la educación concertada, con el cuento de la libertad de elección, destinando más recursos para los conciertos privados, recursos que se quitan de la educación pública, ya muy necesitada de inversiones en personal docente y en medios; retroceder la actual ley de plazos de derecho al aborto a la de supuestos de 1985; en política internacional, la defensa de un comercio sin trabas ni regulaciones, a la americana en su concepción más egoísta, sin dedicar una sola palabra a la paz, al desarme, a la defensa de la independencia y soberanía de los pueblos, o sea, manteniendo la política actual tanto por PP como por PSOE; sobre la regeneración política Casado propone algo relativamente secundario en este momento, como es la elección directa de alcalde, frente a la imperiosa necesidad de limpieza y regeneración general de la política, empezando por los partidos e instituciones, ajustando a rajatabla las leyes y actuaciones institucionales y políticas a ello y,  como prioridad, en primer lugar, proceder a la regeneración y limpieza real del PP, si es que este partido quiere tener algo de credibilidad más allá de sus círculos más conservadores. 

En resumen, el congreso del PP evidencia un giro radical hacia los sectores más de derechas, conservadores y reaccionarios del PP y de la sociedad. Quieren recuperar los contenidos y las formas de la derecha más dura representada por Aznar y compañía frente a los giros centristas liberales que representaban Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría.

Queda, pues, abierto el panorama, teniendo en cuenta que el congreso del PP y su política colaborarán, aún más de lo que han hecho hasta ahora, a que el PSOE recupere gradualmente anteriores porcentajes electorales, que irán en detrimento de unidos-PODEMOS y de Ciudadanos.  

Tiempo al tiempo.