PSOE, Podemos y los partidos nacionalistas han tumbado la propuesta de Ciudadanos. Con sus escaños han dicho «no» a la tarjeta sanitaria única, la extensión de la receta electrónica y la implantación de un historial clínico accesible desde cualquier punto del país. Aunque han arrojado distintos argumentos contra los naranjas , uno de ellos ha figurado en todas sus intervenciones: «Ustedes pretenden recentralizar el Estado». Han acusado a Rivera de utilizar la Sanidadcomo caballo de Troya para introducir en la Cámara otro debate: «Quieren quitar competencias a las Comunidades Autónomas».
De ahí que la negativa haya sido más de forma que de fondo. El PNV, por ejemplo, ha coincidido con Ciudadanos en que resulta inverosímil que las 17 CC.AA no compartan los currículums sanitarios de los españoles -esto sólo se hace de manera manual, con llamadas entre hospitales-, pero ha advertido: «Eso debe lograrse en colaboración con los gobiernos regionales. Datos en común, pero que cada uno mantenga los suyos».
El proyecto de Ciudadanos buscaba limar una de las grandes paradojas del Estado autonómico. Hacienda y Tráfico controlan el expediente de todos los residentes, pero si un vasco diabético de vacaciones en Madrid cae desmayado, el médico no podrá consultar de forma automática su historia clínica.
También apostaba por concluir la implantación de la tarjeta única iniciada por el PP. Un punto que debería quedar sellado en octubre, lo que a día de hoy resulta imposible. En otro orden, el partido de centro ha llamado a una cartera de servicios común para todas las Comunidades, que evite la desigualdad de tratamientos en función del lugar de residencia. Una exposición de motivos que ha realizado el médico digestivo y responsable del área de Sanidad de Cs, Francisco Igea.
PSOE: «Es una propuesta retrógrada»
«Qué poco entiende usted el Estado autonómico», ha empezado el diputado socialista Fernández Díaz. «Su iniciativa está llena de prejuicios y falsedades. Además, supone el desprestigio del sistema de salud español», ha reiterado.
El PSOE ha mencionado el buen funcionamiento de la «teleoperabilidad», el remedio informático que conecta farmacéuticamente a las Comunidades y permite a los españoles utilizar sus recetas lejos de su residencia. Y es cierto, pero Fernández Díaz ha olvidado un dato: Madrid, Andalucía, Ceuta y Melilla todavía no han alcanzado esa «teleoperabilidad», lo que obliga a más de diez millones de ciudadanos a hacer provisiones en la farmacia antes de irse de vacaciones. «Es una propuesta retrógada», ha recriminado Fernández Díaz antes de anunciar el «no» de su grupo.
Podemos ha sido menos agresivo que el PSOE. Amparo Botejara ha reconocido que la tarjeta única no llegará en octubre tal y como prometió el Gobierno de Rajoy: «Sabemos que no se hará realidad en el corto y medio plazo». La diputada morada, no obstante, se ha mostrado partidaria de compartir información entre Comunidades, pero ha aseverado que no se trata «de un tema de desigualdad» -como especificaba Ciudadanos-, sino de «innovación tecnológica».
El Partido Popular ha sido el único en colocarse del lado de los naranjas. Eso sí, antes, por medio de su parlamentaria María Teresa Ángulo, se ha referido al proyecto sin concluir del Ejecutivo de Rajoy -la tarjeta única- y ha alabado su propio trabajo. También ha cargado contra Cs por incluir «demasiadas cosas» en la proposición, lo que ha «evitado» centrar el debate.