Se acabó el entendimiento entre el PP y el PSOE motivado por el recrudecimiento de la crisis territorial y la puesta en marcha del artículo 155. El líder socialista, Pedro Sánchez, que el pasado miércoles endureció su posición y exigió a Mariano Rajoy que convoque elecciones si no es capaz de aprobar los Presupuestos, elevó este lunes la presión al exigir al presidente del Gobierno que se someta a una cuestión de confianza si no logra apoyos suficientes para aprobar las cuentas del 2018, que el Gobierno prevé presentar el 23 de marzo.
Como si el jefe de la oposición y el líder del PP vivieran en dos mundos paralelos, casi al mismo tiempo que Sánchez hacía pública su posición, Rajoy elogiaba la gran coalición alcanzada en Alemania y pedía a los socialistas que fueran “útiles” al país, pactando un nuevo modelo de financiación autonómica o rubricando el pacto del agua.
Si bien, el conservador arremetió sin reparos el sábado contra el PSOE, al asegurar en un acto de su partido que no acepta “lecciones” de los de Sánchez en materia de pensiones o empleo. También pidió a la oposición “construir en lugar de destruir”, pero su embestida, criticando expresamente “los cheques sin fondos” socialistas, en referencia a la petición de que las pensiones se vuelvan a revalorizar con el IPC, denota que no confía en alcanzar en las próximas semanas grandes pactos con Sánchez.
Con la acometida de Rajoy fresca, el líder del PSOE sorprendió este lunes con la “exigencia” dirigida a Rajoy de que se someta a una cuestión de confianza, si no logra el apoyo de Cs, el PNV y los partidos pequeños como los canarios a las cuentas, y tampoco quiere adelantar las elecciones.
La Constitución establece que es el presidente el que puede solicitar la confianza al Congreso de los Diputados, y que debe dimitir si la Cámara baja se la niega. En manos de la oposición está presentar una moción de censura, pero ya es conocido el fracaso cosechado por Pablo Iglesias en este sentido y aunque Sánchez señaló hoy que “no descarta nada”, su estrategia pasa, por el momento, por exigir a Rajoy que “cumpla su responsabilidad institucional y su obligación con la ciudanía” y pida la confianza si «no es capaz de gobernar».
Rechaza una moción de censura
El líder socialista alegó que “los números no dan” para presentar una nueva moción que pueda salir adelante y que su intención no es “presidente a cualquier precio”, en referencia al necesario apoyo a la misma de los partidos independentistas. En este escenario, Sánchez está atado de pies y manos, su única opción si quiere presionar al máximo es pedir a Rajoy que se someta a la confianza del Congreso, al igual que hicieron Adolfo Suárez en 1980 y Felipe González en 1990, saliendo del trance ambos airosos.
Sánchez negó haber cambiado de opinión, pese a que hace meses apoyó la dura intervención diseñada por el PP para poner en marcha el 155 o se negaba a solicitar un adelanto electoral. Según argumentó, el que ha virado «de estrategia” ha sido el Ejecutivo, al mostrarse dispuesto a prorrogar los presupuestos del 2017, si no logra apoyos para unas nuevas cuentas. En su opinión, prolongar las partidas presupuestarias del año pasado supone un “deterioro del sistema parlamentario”, “consolidar los recortes”, así como “no rendir cuentas ante los ciudadanos”. En este caso, Rajoy debería, “por responsabilidad”, convocar elecciones. Y, de lo contrario, solicitar el apoyo del Congreso de los Diputados.
El líder socialista reiteró que el país “está paralizado” por la “guerra fría” entre PP y Ciudadanos. Y para las “cuestiones de Estado”, como el conflicto territorial, Rajoy puede seguir contando con el PSOE, pero las “cuestiones de Gobierno –avisó-, tendrá que resolverlo con su socio”, en alusión a los naranjas.
Albert Rivera, por cierto, instó al PSOE a negociar los presupuestos y dejar de estar “tan preocupado” por “podemizarse” y mantenerse en el “no es no”. Podemos, por su parte, también rechazó la iniciativa de Sánchez, e insistió en que la única manera de desalojar a Rajoy de la Moncloa es a través de una moción de censura.
El pacto educativo
Por otro lado, el líder del PSOE anunció que su grupo se levantará de la mesa donde se negocia el pacto educativo si «mañana» el Gobierno no se compromete a destinar al sistema el 5% del PIB, para recuperar la inversión de 2009. Esto supone 1.500 millones anuales hasta el 2020.
FUENTE: ELPERIODICO