El pueblo letón siempre ha luchado por la libertad. Recuperada la independencia, los letones no olvidaron que otros pueblos, como el checheno o el ucraniano, estaban sometidos o amenazados por el imperialismo.

 

Pero no siempre hay que prestar oídos a “los gritos intensos” ni apoyar a todo el que declare representar a un pueblo oprimido sin realizar una crítica previa, ignorando la verdadera situación y la historia de la región que se reivindica como tal.

 

La publicación de artículos en Internet y las declaraciones vertidas en algunas entrevistas tanto en la prensa y televión catalana como en la letona -por ejemplo, las declaraciones sin fundamento sobre el problema catalán realizadas por Mara Liepina en la televisión de dicho país báltico- muestran a una ciudadanía poco advertida de sobre la situación real en Cataluña y unos medios de comunicación que transmiten una visión sesgada de la misma mostrando las demostraciones separatistas, pero ocultando las unionistas. De ahí que el autor de estas líneas quisiera intentar, al menos, mostrar una versión muy diferente de esa realidad y de la Historia que sirva para cuestionar los mitos de los que la han falsificado.
Por otro lado, la diplomacia báltica debería evitar cometer errorescomo los cometidos en 1992 por ignorancia o falta de experiencia, cuando estos países designaron cónsules honorarios para Barcelona antes de que que se abrieran en Madrid, capital de España, las embajadas de estas naciones. España es un país rico e influyente y apoyar las reivindicaciones separatistas, además de un despropósito por lo que tienen de falsas y absurdas, resultaría fatal para nuestro país, más ahora que Rusia vuelve a amenazar al Bático. España no es Rusia y el problema de Cataluña es completamente diferente a la situación de Letonia, tanto en el pasado como en la actualidad.

 

El autor de estas lineas lleva viviendo veinticinco años en España, 12 de ellos en Barcelona, en estrecho contacto con los catalanes -es también marido de una catalana-.

 

Al principio, mis conocimientos sobre la historia de Cataluña eran más bien escasos, por lo cual solía perder cuando discutía con los separatistas más fanáticos, pero esa situación era la que me llevó a estudiar más a fondo dicha historia, procurando ampliar y contrastar mis fuentes.

 

Hace más de 20 años, cuando todavía los países bálticos luchaban por la libertad, encontré un artículo espléndido titulado “Lituania no es Cataluña” en el periódico “La Voz de España”. La idea principal que exponía era quela nación se apoya sobre tres pilares: la religión, el idioma y la historia. Lituania, como Letonia y Estonia, no tienen nada en común con Rusia, al contrario que Cataluña que tiene mucho en común con otras provincias de España.

 

¿Qué pasa realmente en Cataluña? ¿Por qué el “lema”: ”Catalonia is not Spain”? ¿Se puede hablar de ocupación de Cataluña y sometimiento violento por parte de otro pueblo? Para encontrar la respuesta a estas preguntas es suficiente solamente comparar los principales “argumentos” de los separatistas con hechos históricos objetivos.

 

[…]

 

España no teme el referéndum anunciado en Cataluña; sin embargo, hay un gran pero: España es un país democrático y de derecho. Después de la muerte del Generalísimo Francisco Franco Bahamonde -figura denigrada en España a pesar de que salvó a España del totalitarismo rojo y evitó la implicación de España en la Segunda Guerra Mundial- en el año 1978 se celebró el referéndum nacional en el que la inmensa mayoría de los votantes dieron su apoyo a la nueva Constitución española.

 

El artículo 155 de la Constitución dice que el fraccionamiento del territorio del Estado es ilegal y que el gobierno de España tiene obligación de utilizar todos los recursos para frenar tales intentos, incluyendo la suspensión de la autonomía de la comunidad implicada. Dicho artículo es muy parecido al artículo 37 de la Constitución de Alemania – la conocida Ley Fundamental de Bonn -; también guarda similitud con el artículo 100 de la Constitución de Austria, el artículo 126 de la Constitución de Italia, el artículo 75 de la Constitución de Argentina… ¿Son todos estos países, incluyendo España, opresores de sus propios pueblos?

 

A favor de la Constitución votaron la inmensa mayoria de catalanestambién. Según la Constitución española, solo una persona en España no está subordinada a la jurisdicción, no puede ser incriminada ni juzgada: el Rey. Todos los demás ciudadanos, incluyendo el Presidente del Gobierno o los diputados de la Generalidad catalana o el presidente de Cataluña, deben cumplir con las leyes según la Constitución. Y no es una pregunta retórica: ¿cómo debe actuar el Gobierno de España en esta situación? ¿Seguir con las leyes de la Constitución aceptada por toda la nación o permitir la actuación de un puñado de atontados que tienen un calentón? ¿Cómo actuaría Letonia si, digamos, la comarca de la ciudad de Ventspils, de repente, anunciaria su deseo de ser un país independiente? Para España, Cataluña no es diferente de cualquier comarca o región en Letonia. Cataluña no es un territorio conquistado, sino que, desde hace centenares de años, es parte de un territorio común.

 

Se puede repetir una y otra vez: España NO se parece a Rusia, el problema de Cataluña NO se parece a la situación de Letonia. El estatus de Cataluña en España es completamente distinto del estatus de Escocia en Reino Unido y solo los ignorantes pueden buscar similitudes. Las exigencias de los nacionalistas catalanes NO tienen el más minimo fundamento. Como diría el historiador y publicista Dr. Uldis Gérmanis: “En ningún sitio está escrito que los letones deban ser ingenuos…”. Estimados compatriotas, ¡no seáis ingenuos, no permitáis que os atrapen unos mentirosos y embaucadores!

 

La tarea del autor de este artículo no es agitar contra Cataluña ni contra los catalanes, pues la mayoría son personas muy inteligentes y amables. El objetivo es advertir a mis compatriotas de que no pueden confiar ciegamente en los nacionalistas catalanes – no podemos confundir el patriotismo con el nacionalismo, el cual es el gemelo al chovinismo-. Solo he conocido nacionalismo aquí en España y es tan repugnante el sostenido por la banda terrorista y asesina ETA o sus acólitos, como el defendido por los prepotentes y mentirosos nacionalistas catalanes.

 

Cataluña es una región bella y rica, una de las diecisiete perlas de España. Junto con millones de honestos catalanes y españoles, el autor de este artículo cree en la posibilidad de que Cataluña recapacite y, así mismo, cree que Cataluña será para siempre una de las perlas de las diecisiete que conforman la corona de España.

FUENTE: Viesturs Vecbastiks, LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO.