Alicia Jiménez alienta ya a sus concejales a impulsar actuaciones que hagan entender a sus votantes la actual legislatura como algo inevitable y necesario para recuperar el poder arrebatado injustamente al PP con el inesperado «Pacto de Bahia». La Regidora municipal, ha animado a sus concejales a iniciar proyectos que hagan «trascender» la presente legislatura preparando una agitada agenda electoral sin cuartel y previsible que les lleve a alcanzar de nuevo la mayoría absoluta en las hurnas.

Jiménez con anterioridad se ha reunido con sus «compis de confianza» en el partido, Blaya y Román, durante estos últimos días vacacionales de Agosto con el fin de trazar la estrategia política de cara al nuevo curso político y reflexionar sobre el nuevo proyecto electoral de cara al mes de Mayo del próximo año, según nos cuentan informadores muy cercanos.

El Equipo de Gobierno ha intentado transmitir sin lograrlo que defiende un impulso transformador para conseguir un pueblo «más justo e igualitario, seguro y limpio». Puro espejismo.

 En línea con el sorprendente pero dudoso retiro espiritual que Román organizó antes del verano con los miembros de la Ejecutiva pepera, el presidente popular ha reunido a sus contados militantes para analizar de forma más distendida los desafíos que tienen por delante y hacerlo «con una mirada larga», alejada interesadamente del corto plazo del día a día en el que se mueven, improvisando y afinando repartos a golpe de chanchullos y latrocinios con sus socios de gobernanza. Hay que tener en cuenta que él es solo el tercero de la terna adaptada por los latifundistas para seguir manteniendo sus privilegiados negocietes. Una pena. Lo cierto es que Román no es peor que Blaya aunque lo parezca, ni mejor que Jiménez por más que insistan desde el «conciliábulo gavioto». Sencillamente están cortados con el mismo patrón.

 Esta reunión informal se produjo justo antes de que la Alcaldesa, anunciara la aprobación por CHS del baqueteado proyecto de canalización de la «Rambla de los Aznares», como anticipo de las recientes visitas del Delegado del Gobierno socialista, Diego Conesa, al Consistorio mazarronero la primera y a la Urbanización de Camposol la segunda, reafirmando así la buena y duradera armonía existente entre las cúpulas regionales PPSOE, bienvenida y celebrada siempre por los «lobbys» económicos locales.

El Gabinete de Jiménez ha debatido y acordado con cierto sigilo, sobre las próximas iniciativas que quieren poner en marcha en interés de sus partidarios más leales y acerca de la manera de «blindar» los puestos de trabajo convenidos, haciendo auténticos encajes de bolillos en los servicios públicos con el fin de restaurar el dominio sobre las demás «banderías» y el merecido sustento de aquellos a quienes ha sido «arrebatado».

Al parecer, simple coincidencia, así también lo resumió en «petit comité» el concejal portavoz del Gobierno y titular de Hacienda, Pedro Martínez Pagán, tras la reciente exhibición mediática de la visita del Presidente Regional, López Miras a Mazarrón, alardeando en una rutilante jornada para reflexionar, con un ambiente distendido y relajado, sobre los objetivos conservadores «a corto, medio y largo plazo». Lo del susto por la entrevista de la CUATRO, fueron palabras mayores que le pillaron por sorpresa, el «zagal politécnico»está más acostumbrado a leer o contestar sin replica guardándose las «diez de últimas» como hace con descaro en los plenos y medios afines, respaldado por Domingo Valera y Alicia al quite.

 

 

Estas primeras reflexiones populares en torno a la nueva agenda política han permitido «abrir un escenario general» y derivar el debate hacia algunos aspectos concretos que a este amalgamado Equipo de Gobierno le interesan en particular. Se jactan con más cara que espalda de haber descubierto además algo en lo que ya venían trabajando toda la legislatura:»No nos gusta trabajar en concejalías ni departamento estancos, formamos un equipo coexionado. Abordamos siempre estrategias transversales», ha explicado una y otra vez el jefe de gabinete saliente, José Antonio Román, no se cansa de repetir que este grupo tiene ante sí una gran oportunidad de desarrollar una serie de «acciones conjuntas que van a interesar a la ciudadanía». VER PARA CREER. Lo que no dice es si le abonan el terreno para su regreso triunfal a la política como CANDIDATO tras un somero reciclaje, o solo son vagos intentos de llegar al final de legislatura sin que se produzcan rupturas que hagan peligrar el  trono consistorial con otra revuelta igual a la de la corporación saliente. Sabido es a lo que juegan sus socios y que es donde mejor se manejan. En río revuelto y con aguas muy turbulentas.

En fin, seguiremos asistiendo si nadie lo remedia,  porque no se atisban grandes remedios, al mismo asalto de siempre a las instituciones y empresas de todos poniéndolas al servicio del partido político de turno. Los ciudadanos resignados con indignación y estupor seguirán viendo con que poca verguenza se adjudican la gestión de las empresas públicas y las colocaciones en estas de adláteres sin experiencia ni formación alguna.

Llevar a cabo estas martingalas y tropelías es una irresponsabilidad reprochable. Hacerlo a falta de unos meses para las elecciones aún más, es un despropósito y una barrabasada monumental. La reacción del resto de partidos de la oposición a estos desmanes y corruptelas ha sido hasta ahora un silencio consentidor. La razón a tal mutismo parece evidente: intentar evitar que alguien les diga que ellos son peores. Si la mayor parte de los políticos locales están acomodados en el tribalismo caciquil y ven el Ayuntamiento y el pueblo como un botín a repartir, esto es el «acabose». Es imposible acabar con la corrupción existente sin terminar con la red clientelar que mantiene el caliginoso nexo entre el mundillo de los negocios y de la política. Los políticos no empiezan a ser corruptos de repente. Se pasa rápidamente de una recomendación a un enchufe, a un favor, a uno más grande, al cohecho y la prevaricación, que por desgracia aquí son «el pan nuestro de cada día».

 

 

RUBEN GONZALEZ