PRISA, el gigante mediático multinacional, a pesar de las turbulencias internas y de sus titulares de derechas, mantiene a Juan Luis Cebrián como presidente ejecutivo del grupo empresarial.
Según relata Voz Pópuli, Telefónica cuenta con un 13% del pastel y no parece querer entrar en la guerra entre el principal accionista del grupo, los fondos buitre de Amber Capital, y Cebrián, curiosa lucha de la cadena trófica.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en una entrevista a EL PAÍS dijo: “No tenemos ambición de crecer más en esa participación. Lo tratamos como una participación financiera y estamos ahí para dar estabilidad en la medida en que se nos necesite. Pero no hay una intención, ni de aumentar, ni de hacer evolucionar esa participación hacia más”.
César Alierta, anterior presidente de Telefónica, fue nombrado por Pedro Sánchez como parte del poder que presionaba para que lo derrocaran y gobernara Rajoy, más claro agua.
Álvarez-Pallete, sin embargo, ha dado al parecer un nuevo enfoque a la empresa y a su poder en PRISA: “Telefónica está para ayudar, para invertir, y no para otras cosas”. Ya veremos para qué cosas está o no está.
Tras esto, ocurrió algo curioso, desde Telefónica se apuntó al tiempo que sus acciones son un “activo estratégico disponible para la venta”. De hecho varios empresas estarían interesadas en adquirir dicho 13% del poder de la multinacional mediática. El fondo buitre Amber Capital o Henneo, editora de Heraldo de Aragón y propietaria de 20 minutos y Lainformacion.com podrían ser algunas de las candidatas.
Para añadir más suspense al destino del poder mediático, en diciembre de 2018 vence la deuda de PRISA de 850 millones de euros pero Telefónica, Santander o Caixabank, accionistas de la multinacional, no se verían muy afectadas si le ocurriera algo al editor de EL PAÍS ya que su negocio depende de otras fuentes. Entonces, ¿por qué invierten en el manejo de la información a los ciudadanos? Porque hay manejo, cada vez más.
Si el gigante mediático tuviera un tropiezo financiero, podría generar incertidumbre en las grandes empresas del país que mantienen vínculos con PRISA y esto preocupa al Gobierno, en especial a su vicepresidenta. Claro que le preocupa, es una herramienta muy poderosa del Ibex y Soraya no piensa perder su control. Ya tiene el duopolio de Atresmedia y Mediaset a sus pies que se están forrando sin que importe un mañana.
A nadie escapa el poder de las multinacionales PRISA o Atresmedia, su capacidad de influencia política, y sus titulares contra la posibilidad de un Gobierno de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, que pudo contar con mayoría absoluta y hubiera reformado el país.
La Sexta, dirigida en su línea informativa por Antonio García Ferreras, presentador de Al Rojo Vivo, fue ariete susanista durante el fallido ‘sorpasso’ de Podemos y el ‘golpe’ a Pedro Sánchez.
La Cadena SER o EL PAÍS mantuvieron una actitud beligerante contra el líder del principal partido de la oposición y muchos de sus seguidores abandonaron a estas palancas de la derecha con disfraz de izquierdas. Fue el propio secretario general del PSOE quién señaló al ‘poder’ y determinadas ‘líneas editoriales’ como responsables de la presión que condujo al ‘golpe’ susanista del viejo aparato del partido y desembocó en el gobierno de Rajoy.
Lobos con piel de cordero mediáticos que toman una pose ‘progre’ mientras son alimentados por los grupos financieros. Piezas del engranaje internacional de control de la verdad, como ocurre a nivel global con la anglosajona Reuters, la primera agencia de noticias de guerra e internacionales cuyo principal negocio, más del 80% , es asesoría a la banca internacional, a los lobos de Wall Street, a la ultraderecha financiera. Todo concuerda, cada pieza del puzzle, poder financiero y mediático dando carnaza al pueblo para que no vuelvan a parar otro Vietnam, para que sigan adormecidos. La verdad no puede filtrarse, hay que controlar a todos los periodistas, son peligrosos, muy pocos se juegan mucho.
FUENTE : Daniel Bellaco, Digital Sevilla