La ciudadanía mazarronera está harta de tanto despropósito, de tanta lucha partidista, de tantas mentiras, de tanta injusticia, de tanta dejación de funciones, de tanta incompetencia, etc. Y este hartazgo la está empujando, cada vez más, a gritar a los cuatro vientos: “Señores políticos, ¡estamos hasta los argamandijos de todos ustedes!”. Y esto sólo puede conducir al rechazo de estos políticos, de estos partidos, de esta democracia novelesca y no real.
Los partidos políticos son todo menos democráticos: en general, militantes y electos son personas sin oficio reconocido y sin vida laboral propia fuera del partido; y, por lo tanto, intérpretes sumisos a los dictados del jefe de turno para poder salir en la foto (listas) o conseguir un puesto de trabajo (?).
No debemos olvidar que, tras cualquier elección (local, autonómica o nacional), los coristas de la casta política —carente de músculo ético, de honestidad y de vergüenza, tienen que rodearse de asesores que les saquen las castañas del fuego aunque, vistos los resultados conseguidos y las situaciones a las que nos conducen, deben tener “pocas luces y demasiadas sombras”.
Los partidos políticos, como hemos apuntado por activa y por pasiva, son adulterados rebaños absolutistas, enfrentados a cara de perro sólo aparentemente. El diálogo franco, el debate sincero, el generar sinergias y el pensar de forma altruista en los problemas de la gente no forman parte ni de sus ocupaciones ni de sus preocupaciones. Sus ejecutivas piensan sólo en los intereses tanto del partido como en los particulares suyos. Por eso, los ciudadanos libres tenemos sobrados motivos para mandarlos con su música arrabalera a hacer puñetas.
Hay que insistir en que esta política testicular, enfurruñada, consistente en aplastar al adversario y no en tratar de mejorar sus propuestas, a nada nos lleva. Y lo vamos comprobando en cada sesión plenaria, en cada rueda de prensa -cada vez con menos preguntas y recitando soliloquios, por cierto–, en cada comparecencia pública y privada de nuestros representantes públicos, sean de la formación que sean. En fin, otra oportunidad tirada por la borda de haber ofrecido a la ciudadanía la imagen de todo un arco político cooperando para sacar al pueblo adelante en torno a un proyecto común que pueda resultar creíble e ilusionante para todos los mazarroneros.
Se atacan con creciente ferocidad unos a otros, se regañan achacando al otro todo lo malo y a sí mismos todo lo bueno, se acusan de fascistas y comunistas, de corruptos, mentirosos o de lo que sea, e imposibilitan cualquier acuerdo para combatir al enemigo común, que ahora es la pandemia y dentro de poco será una espantosa situación económica y, a este paso, también una falta de credibilidad en aumento. “La bronca todo lo oscurece y el cada día más notable enconamiento entre equipo de gobierno y oposición, cualquier avance fundamental impide”.
Simplemente quejas de tertulia, pero sin vocerío partidista, solo comentar el ruido de la calle sin espectáculos gratuitos que nos crispan, con algunos gramos de crítica sincera y sin cobrar cantidades desconocidas de los que nos siguen, leen o comentan. No nos vamos a forrar de publicidad o regalos misteriosos, institucionales menos aún. Son sencillos comentarios cazados al oído. Y si los lectores nos cuentan, identificados, noticias ocultas hasta las incorporaremos guardando el debido secreto profesional. Así empezamos y seguiremos, tres o cuatro veces por mes, aquí en este pueblo solitario y maltratado.
POST SCRIPTUM: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”.
BRONCA JUNTA ASAMBLEA REGIONAL: El viceportavoz socialista Alfonso Martínez Baños ha acuñado el termino “gobierno tránsfuga de López Miras” y aprovecha cualquier ocasión para repetirlo y ampliarlo. El otro día, en junta de portavoces, así lo hizo y la cosa acabó como el rosario de la aurora. Con Quino,Liarte, Alvarez y Rafa Esteban liados en el fangal.
CASTILLO: En medio del rifirrafe, cuentan , la algarabía llegó hasta la presidencia de la Asamblea. Castillo, que se vió salpicado en el enganche transfuga y transfugista, se vió obligado a precisar: “ señoría cuide usted sus palabras porque a esta hora y en este día, Alberto Castillo no ha sido ni expedientado, ni sancionado, ni ,por supuesto, expulsado de Ciudadanos. Así que no le admito el término “transfuga” dirigido a esta presidencia” aseguran que afirmó dirigiéndose al díscolo Baños.
DIETAS Y FILIAS. Cuando suceden estas cosas y los dimes y diretes alcanzan mayor nivel del que deberían, luego vienen los efectos secundarios que se comentan en la cafeteria de los diputados. Y el enano sigue dando pistas en forma de preguntas sin respuesta : ¿hay un portavoz de grupo en la Asamblea que cobra dietas de desplazamiento a la tesorería de la casa pese a disponer de coche oficial de su partido para desplazarse? . Y dos. ¿ Quien es el diputado actual de Podemos que ha podido manifestar en la referida cafetería sin percatarse que tenía al enano al lado, su intención de pasarse a Más País de Errejón o, en concreto, a Más Región de Oscar Urralburu?. Esta segunda tiene más fácil respuesta porque son solo dos: María Marín o Rafa Esteban. A ver si aciertas…
De la integridad y la prestancia de Edmundo Bal no tengo ninguna duda. Ni como candidato sin premio, ni como portavoz en el Congreso, cargo al que ahora va a volver tras haber conservado por si las moscas su escaño en el Congreso
Cualquiera que profundice en la política local de un municipio pequeño se dará cuenta de ello: cómo la clase política ha vivido durante años enchufando a sus familiares y allegados, cómo se han generado redes clientelares y de estómagos agradecidos que, al tiempo que conforman sus graneros de votos, también les blindan frente a la Fiscalía.
En cierto sentido y por mi experiencia en política local, el sistema aplicado por polític@s y empresariado en estos pueblos es muy similar al de los narcos en la Colombia más oscura: tod@s conocen las malas artes de quienes llevan las riendas del municipio, pero nadie tira de la manta, bien por miedo, bien por agradecimiento por los favores recibidos o prometidos. Dicho de otro modo apesta.
En todos los puntos de España, en cada sede socialista, dirigentes y militantes del PSOE intentan analizar el fiasco electoral madrileño, y rápidamente corregir dicho impacto de cara a próximas citas electorales, les preocupa ingratamente la recuperación del PP, ahora si…. la desaparición de Cs y la inesperada irrupción de Vox. Para muchos los resultados de Madrid no han hecho más que adelantar la que se les viene encima en todo el país. Un horizonte incierto y preocupante, por lo que se intuye de dificultad para la consecución de los incuestionables objetivos a cumplir y pactos por venir en las distintas instituciones. Y aquí sí que las responsabilidades serán de todos.
Una de las anomalías de nuestra democracia es que los presidentes disuelvan el parlamento, emulando el poder absolutista que ejercían los reyes del Antiguo Régimen para deshacerse de las cámaras que les resultaban hostiles. La prerrogativa rige también en las autonomías, cuyos jefes de escuadra disponen de la voluntad popular -reunida bajo techo consagrado- a su real capricho, como si el poder legislativo fuera su saloncito de estar o el cóctel donde se congrega a los pesebristas para que consumen el besamanos del anillo. Técnicamente, la disolución del legislativo es una forma de resolver los pulsos con el ejecutivo. Como un parlamento puede derrocar a un presidente, éste decide cuándo termina la legislatura.
«El sistema funciona como un pedo».
No perdió el PSOE, no perdió Gabilondo perdió Pedro Sánchez. Gabilondo fue una víctima que sacaron al circo conscientes de que perdería, lo sacrificaron, como desde hace tiempo sacrifican la inteligencia, la ideología, la verdad, la ética y la bondad del socialismo.
Tras la marcha de Iglesias, muchos han recordado en redes sociales a Albert Rivera exlíder de Ciudadanos por representar ambos, que han dejado de estar en primera fila, una alternativa al bipartidismo.
Las palabras segregan. Preparan el barrizal y activan la lógica de los bandos: el facha y el rojo, el revolucionario y el contrarrevolucionario. Las palabras convierten la convivencia en combate y nos entrenan para una batalla que irá librándose en el tiempo. No hay espacio de la vida al que no lleguen. Actúan como una fuerza de ocupación. No todo el mundo puede usar un revólver, pero sí las palabras. Por eso la primera muerte comienza en el lenguaje.