Un 0,25%. Esta es la escasa subida de las pensiones que ha llevado a miles de jubilados a lanzarse a la calle en señal de protesta, al ver cómo el coste de la vida aumenta más que su nómina. Aunque el incremento podría acabar siendo algo superior para las más bajas, si salen adelante los presupuestos, la situación evidencia la necesidad de no depender solo de la paga pública para nuestra jubilación.

Si además pensamos que todavía no hemos llegado ni de lejos al peor escenario demográfico, al auténtico invierno que se nos viene encima, parece claro que el ahorro privado será cada vez más importante, si es que queremos jubilarnos algún día sin perder calidad de vida.

Y ahorro privado no es equivalente solo a los planes de pensiones, como muchas veces se piensa. Hay muchas más opciones a elegir para complementar la pensión pública de jubilación. Lo importante no es tanto el producto concreto, el vehículo, sino el propio hecho de ahorrar en sí e invertirlo con visión de largo plazo, dejando trabajar al interés compuesto.

Se puede ver de un modo muy gráfico en esta herramienta interactiva que te traemos El Confidencial y Finect, en la que puedes hacer tus propios cálculos del dinero que tendrías al dejar la vida laboral, en función de cuánto hayas podido ahorrar a lo largo del tiempo y la rentabilidad que obtengas para tu dinero.

¿Cuánto tendrás al jubilarte ahorrando todos los meses?:

Veámoslo con dos ejemplos. Mario tiene 38 años y tiene 6.000 euros que podría destinar a inversiones a largo plazo, de cara a la jubilación. Además, calcula que podría destinar otros 150 euros al mes para este mismo fin, que lograría incrementar un 2% cada año. Invierte este dinero con un perfil de riesgo agresivo y consigue una rentabilidad anualizada del 6,1%. ¿Cuánto tendría al llegar a los 37 años? Estaría cerca de los 200.000 euros.

Bastante menos tendría Lola, que ahora tiene 55 años. Y eso, que inicialmente podría invertir más, 8.000 euros, y todos los meses podría poner el doble que Mario, unos 300 euros. Pero claro, la mayor cercanía a la edad de jubilación y la menor rentabilidad que obtendría por su mayor aversión al riesgo, que solo le permitiría alcanzar una rentabilidad del 4% anual, limitaría los efectos del interés compuesto, con lo que al llegar a los 67 se quedaría en los 100.000 euros.

La ventaja que aportan los planes de pensiones a estas cifras es que, además, permiten desgravar en la declaración de la renta cada año, con lo que la rentabilidad financiero fiscal puede ser mayor, aunque dependería en realidad de cómo se rescatara el dinero al alcanzar la edad de jubilación.

Pero, como se puede ver por las cifras, lo que queda claro es que, si queremos reducir nuestra dependencia del estado de las arcas públicas para poder jubilarnos cuándo y cómo nos gustaría, más vale empezar a ahorrar por nuestra cuenta y, sobre todo, a hacerlo lo antes posible. Sea con un vehículo de inversión u otro. Al final, eso es casi lo de menos. Lo importante es que elijamos los mejores y no los que nos ofrece el banco.