Hace exactamente una semana Pedro Sánchez se convirtió en el nuevo presidente del Gobierno. Casi al mismo tiempo, en Italia, juraba ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, un Ejecutivo liderado por Giuseppe Conte, un abogado y profesor universitario prácticamente desconocido hasta entonces. Sin embargo, la vida privada del recién estrenado primer ministro italiano no ha despertado en la prensa local el mismo interés que la del líder socialista, bautizado como «Pedro el guapo» o«el Cary Grant latino».
La edición transalpina de la revista Yo Dona, por ejemplo, traza un perfil del nuevo inquilino de la Moncloa al que define como «elegante, atlético», amante de los deportes, en especial del balonesto y el fútbol, «y de su perrita Turca». E incluso asegura que ha robado el título del político «más sexy» al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Mérito, quizá, escribe la publicación italiana, de su mujer Begoña Gómez: «rubia, chic» y con una amplia carrera profesional. Para algunos, Gómez es «la espina dorsal» de Sánchez. Una pareja modelo, padres de dos niñas que de momento han conseguido mantener alejadas del foco mediático, que algunos medios internacionales ya definen como «los Obama españoles».
Pero más allá de su físico, los medios italianos destacan cómo el primer Gobierno socialista en España desde José Luis Rodríguez Zapatero estará formado por un gabinete con mayoría de mujeres. «España, en manos de las mujeres», titulaba esta semana en portada el diario La Reppublica. Il Corriere della Sera por su parte recuerda una imagen captada en septiembre de 2014 en la que Sánchez aparece junto a Matteo Renzi, el francés Manuel Valls, el alemán Achim Post y el holandés Diederik Samsom. Cinco jóvenes políticos progresistas -escribe el diario milanés– de los que el español es el único «superviviente».