La dirección del PSOE y el Gobierno se volcaron este domingo en la presentación de Pepu Hernández, el candidato escogido por Pedro Sánchez a la alcaldía de Madrid. “El PSOE de la militancia no implica que la dirección se desentienda, no se ocupe de buscar proyectos ganadores”, justificó el presidente del Gobierno y líder del PSOE ante las críticas por su apoyo, sin esperar a las primarias, al exseleccionador de baloncesto. Sánchez reiteró que así el partido se abre “a lo mejor de la sociedad”.
Todo estaba medido al detalle, hasta la presencia de Juan Barranco, que en 1989 fue el último alcalde socialista de la capital. Una marca de la que se cumplen 30 años. Resuelto a acabar con la decadencia del PSOE en la capital, donde los socialistas han empeorado progresivamente sus resultados desde 2003, Sánchez optó por decidir quién reúne las mejores condiciones para el vuelco en Madrid. Pese a las dudas que sus preferencias puedan suscitar en una parte de la militancia. “El PSOE tiene una enorme responsabilidad con los votantes desilusionados con una izquierda que no supo dar el cambio. Y con los militantes que desmotivados no van a votar. Por eso agradezco que Pepu se someta a las primarias. La política no es algo en exclusiva de políticos, sino de todos”, argumentó Sánchez.
“Tengo mi derecho como militante a posicionarme”, explicó su apoyo sincero a Hernández. El secretario general del PSOE, que tras su dimisión en el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016 fue reelegido como el representante de las bases frente al poder orgánico, realizó un discurso muy medido y garantista en el que defendió la integridad del proceso de primarias. “El 39º congreso reivindicó un nuevo PSOE, el PSOE de la militancia. Surgió como consecuencia de un momento traumático, teníamos que validar a un presidente [la investidura de Mariano Rajoy] y esa decisión se tomó en un comité federal. A puerta cerrada. Sin aportación de la militancia. Y dijimos que esta era la última vez que iba a ocurrir esto. Que la elección iba a ser sometida al sufragio de todos y cada uno de los militantes”, argumentó el presidente y secretario general de los socialistas.
Ferraz y La Moncloa escenificaron ante un millar de cuadros, militantes y simpatizantes en el teatro de La Latina de la capital, su apoyo indisimulado al aspirante oficialista. “La política nunca me ha sido ajena. No tengo carné, pero soy socialista de corazón y de pensamiento”, subrayó Pepu Hernández sobre su condición de independiente, como Ángel Gabilondo. Es la primera vez que los cabezas de lista al Ayuntamiento y la Comunidad no pertenecen formalmente al partido. “¿Cuándo el PSOE ha presentado un tándem tan competitivo, tan motivador, tan representativo de la sociedad madrileña? ¡Nunca! Por eso es tan importante que el PSOE se ponga en pie”, resaltó Sánchez.
Primarias íntegras
“Que a nadie le quede la menor duda de que van a ser limpias y transparentes. Las primarias son para elegir al mejor candidato. Quien lo ponga en duda está cometiendo un gran error”, redundó José Manuel Franco. El secretario general del partido en Madrid, que recalcó que acudirá a la presentación de los demás precandidatos que se lo pidan, recordó que la ejecutiva federal y regional tienen potestad para suprimir las primarias. Los estatutos del PSOE contemplan la posibilidad “cuando las circunstancias políticas lo aconsejen o el interés general del partido lo exija”. “¡Cómo íbamos a hacerlo si Pedro fue elegido en un ejercicio modélico!”, dijo.
Además del soporte de Sánchez, Hernández recibió el de los principales dirigentes del partido, como la vice secretaria general, Adriana Lastra, y el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos. El jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, que no se prodiga en los actos del PSOE, llegó antes que el presidente. Como Félix Bolaños, secretario general de Presidencia.
“Si Pepu está aquí es por la petición que le he hecho”, expresó el líder del PSOE, que ha dedicado un año a buscar al candidato idóneo al Ayuntamiento. Un reto que declinaron referentes socialistas como Alfredo Pérez Rubalcaba. “[El proceso de primarias] No implica que la dirección no diga nada. Durante un año largo me he preocupado y mucho de que pudiéramos presentar una candidatura potente. Os puedo garantizar que en Madrid hay mucha gente extraordinaria y capaz, pero el problema es que hay poca dispuesta a dar el paso”, sentenció.