El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, denunció los nuevos escándalos que se han conocido del Partido Popular en los últimos días para arremeter contra Mariano Rajoy, a quien acusó de estar al frente de “un Gobierno vacío de ideas y lleno de corrupción”.
El líder socialista, en una asamblea abierta celebrada en Valladolid, se refirió a las últimas revelaciones judiciales sobre los casos de corrupción que afectan al Partido Popular, para asegurar que ha quedado plenamente de manifiesto que “la Gürtel era el PP, y el PP era la Gürtel”, afirmó.
Indicó que esta corrupción que rodea al Gobierno de Rajoy es también causante de la inacción del Ejecutivo y afirmó que “España no se merece quedar varada ni por la irresponsabilidad de los secesionistas, ni por la incapacidad del Gobierno de resolver problemas en nuestro país”.
En este sentido, añadió que “un Gobierno que no hace nada, es un Gobierno que no es nada”, y denunció que su falta de actuación “está cronificando los problemas que sufren los españoles”.
Sánchez, que pasó de puntillas por el tema de Catalunya sin añadir nada nuevo, volvió a centrarse en denunciar la situación del sistema público de pensiones y los riesgos para su mantenimiento, así como a defender la propuesta de los socialistas.
En este sentido, reiteró que cada vez está mostrándose más nítidamente que “la derecha quiere socavar el sistema público de pensiones, y convertir un derecho en una mercancía”, dijo. Para señalar que la salida que quiere el Gobierno del PP es a través de los planes privados de pensiones.
Además de este asunto, el líder socialista volvió a enfrentarse con numerosas preguntas sobre los privilegios de los políticos y la función que algunas instituciones. Sánchez defendió la política y negó algunos beneficios que se les imputan a los políticos.
En cuanto a las instituciones, tras ser preguntado por la utilidad del Senado o de las diputaciones provinciales, Sánchez no se cuestionó su continuidad, aunque proclamó que hay que conseguir que “las instituciones sean eficaces”.
A este respecto, se refirió en concreto a las diputaciones -sobre las que el PSOE propuso su eliminación en el programa electoral de las pasadas elecciones generales- para cuestionar su utilidad tal y como están funcionado, “porque en muchos casos son máquinas propagandísticas del partido del Gobierno” y puso como ejemplo las de Castilla y León.
La Asamblea fue algo más corta de lo normal (aunque se prolongó casi dos horas) y se quedaron numerosas personas sin poder intervenir, lo que no gustó a los asistentes. La organización pidió que se formularan las preguntas por escrito y que Sánchez las contestaría. No obstante, el líder socialista se comprometió a volver a Valladolid en el mismo formato de asamblea abierta.