Cuando Sánchez empezó a despuntar como aspirante a la Secretaría General del PSOE, un reputado -y hoy añorado- dirigente del Partido Socialista Obrero Español me lo definió con estas palabras: «Es un impostor».
Definición: Impostor, ra.
1.Que atribuye falsamente a alguien algo. 2.Que finge o engaña con apariencia de verdad. 3.Suplantador, persona que se hace pasar por quien no es.
En aquel momento solo quienes le habían visto en acción dentro de su partido conocían su personalidad. Pero hoy es fácil comprobar la precisión de la definición: a Sánchez le cuadran, no una, sino las tres acepciones que da a esa palabra el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que llegó a la Presidencia del Gobierno de España tras una moción de censura con la que fingió adaptarse al procedimiento que establece nuestro ordenamiento jurídico, que ha de ser positiva y ha de exponerse el programa del Gobierno que pretende formar. Su moción fue una coalición negativa y su único programa consistió en comprometerse a convocar elecciones de manera inmediata, promesa que se convirtió en su primer engaño ya investido Presidente.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que descalifica continuamente a todo aquel -partido o persona- que no se pliega a sus exigencias, atribuyéndole falsamente comportamientos que en nada se corresponden con la realidad: es el tipo que calificó de trifachitos a PP, Cs y Vox por haber tenido la osadía de salir a la calle exigiéndole que cumpliera su compromiso de convocar elecciones, el que atribuye falsamente a su partido en solitario los logros de cualquier movimiento que haya defendido la igualdad a personas o colectivos.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que finge defender la estabilidad defendiendo en televisión una reforma de la Constitución para que gobierne la lista más votada el mismo día que su partido en Navarra teje un acuerdo para evitar que gobierne la lista más votada.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que se hace pasar por quien no es, al proclamar en sede parlamentaria, que su cuarta investidura fracasada no sale adelante porque él tiene principios y no puede pactar con gente como Podemos… tras haber pactado con ellos en toda España y la víspera de sellar en Pamplona un acuerdo con Podemos para impedir que gobierne una coalición constitucionalista que es, además, quien ha ganado las elecciones en Navarra.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que finge ser un hombre progresista mientras perpetra alianzas con las CUP, con Esquerra Republicana, con Colau, con la marca catalana de Podemos, con el partido de Puigdemont y Torra. ¿Cómo puede ser progresista un acuerdo con ese conglomerado de partidos que incumplen las sentencias de los tribunales, espían a los niños que hablan español en los recreos, proclaman que en España no hay democracia y que volverán a dar un golpe de Estado por el que sus dirigentes han sido juzgados…?
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que pretende suplantar las competencias del Jefe del estado y en vez de negociar el apoyo de los partidos políticos hace rondas de consultas o proclama en televisión, tras el fracaso de su investidura, que volverá a intentarlo, como si dependiera de él proponerse nuevamente como candidato.
Sí, Sánchez es un impostor, un hombre que pretende engañar a la opinión pública atribuyéndose formar parte del bloque constitucionalista mientras comparte mesa y mantel con el líder de un partido que nunca ha condenado ETA y/o pacta con los bilduetarras, enemigos jurados de la Constitución Española, el Gobierno de Navarra.
Sí, Sánchez es un impostor. Un tipo que finge querer el apoyo de Cs y al PP a la vez que está ofreciendo a los bolivarianos de Maduro en España una vicepresidencia y tres ministerios.
Este impostor llegó a Moncloa fingiendo que esa coalición frankenstein que lo hizo Presidente era sólo para echar a Mariano Rajoy, engañando sobre sus verdaderas intenciones, pues no consiguió quedarse más tiempo porque Pablo Iglesias, el emisario que mandó a la cárcel a negociar los Presupuestos, no pudo cerrar el acuerdo con los golpistas.
Sí, Sánchez es un impostor de libro, de diccionario. Ahora la cuestión está en comprobar si, una vez que todo el mundo ha visto que el suplantador del rey está desnudo, el Rey de verdad -que es quien tiene la competencia y el deber de proponer un candidato viable y creíble para la presidencia del Gobierno de España- va a seguir haciéndole el encargo al impostor.
FUENTE: EXPANSION