Casi a la mitad de legislatura y tras ser reelegido Regidor de la Villa, se podría afirmar que Ginés Campillo va consolidando un equipo a su medida, de fieles convencidos que están dispuestos a defenderle en cualquier situación y que trabajan denodadamente por su continuidad al frente del Consistorio. Mientras tanto en C/Progreso (agrupación socialista), sólo unos meses bastaron para dibujar un mapa de contrapesos donde cada bando tiene un papel muy claro, pero no todos están dando el mismo juego político al reeditado pacto de gobierno. ”Una cosa es lo que se dibuja sobre el papel y las expectativas que se tienen, y luego el día a día pone las cosas en su sitio”. Con esta frase, una persona muy cercana al nuevo secretario general socialista, polemiza sobre el recorrido que ha tenido el grupo progresista con los independientes desde que este fue elegido para el cargo y nombró la ejecutiva en curso.
Probablemente en el PSOE, no hayan dado con la tecla, ni con las personas idóneas para pilotar el centro de decisiones del partido, capaces de ponerse a la altura de la serie de asesores-que jugó un papel clave en los resultados del PSOE en 2.011-pero que no mantuvieron el protagonismo político que deseaban en Princesa ni en el vetusto cónclave local. Quiénes si han mantenido su status y las perspectivas hasta ahora, en vísperas de otras primarias regionales, han sido ellos, los incombustibles “gurús” del aparato. Más allá de la Ejecutiva Regional-donde también juegan su papel entre otros – el nuevo líder local ha mejorado su relación con los futuribles referentes del partido. Tampoco es que se de el mejor ambiente, pero de momento se mantienen las formas y apariencias externas, y a nadie le conviene el enfrentamiento interno.
Mas fáciles y cómodas son ahora las relaciones del nuevo líder socialista con los ediles del grupo independiente. No obstante, mantiene su mayor confianza y muy buena sintonía con la actual Jefa de Gabinete. La ex edil liberal ha ejercido con decisión de portavoz de todos en comisiones y cada viernes en Junta de Gobierno, más allá de las ejecutivas de los partidos – dónde también juega su papel – ha mejorado la relación con los referentes del partido socialista, de los que se alejó durante el proceso de destitución a García, en el que todos ellos le abandonaron e impulsaron a Miras. Así, se han normalizado las relaciones UIDM/PSOE – sin llegar a ser las mejores posibles -, aunque no ha ocurrido lo mismo con el ex alcalde, dolida entre otras cosas por el veto de este a que Cs se integrara en el Gobierno durante la anterior legislatura. Aunque se ha refugiado en su labor y mantiene las formas, sigue sin haber demasiada empatía entre ambos y no parece que vaya haberla.
Lo cierto, es que casi dos años después de ser elegido Alcalde, se puede decir que Campillo está cómodo en el “sillón de tersssiopelo” y, en esta ocasión, nada tiene que le perturbe su acción política. Si fracasa, nadie podrá echar la culpa en esta ocasión a que no haya llevado el barco por el rumbo que él ha querido. Y la pinza política que barruntan determinados despachos que gestionan tejemanejes económicos e influyen en política conviniendo con la “logia caciquil” (los que mandan en la economía mandan en la política), les va a suponer a todos un «patinazo sin parangón», un fallo de cálculo impropio y un tremendo error en las maniobras orquestadas que contra él confluyen, actuando bajo intereses bastardos de corporaciones que temen otro gobierno de coalición con el PSOE. Pero ni Campillo es el malo de esta historia, ni los ansiosos líderes de los demás partidos son los salvadores del pueblo. Lo que espera la gente de UIDM con Campillo es que vuelva a crecer y ser un partido honesto y digno de confianza. Y la gestión de Ginés Campillo va más allá de la política actual, utilizará sus cartas justo a tiempo, que nadie lo dude. Campillo es un fajador incansable y los ciudadanos lo saben, es un municipalista convencido, un hombre del pueblo que está con la gente, y la gente camina con él.