El repentino cambio en La Moncloa ha dejado en el aire la vuelta a las reuniones en el Pacto de Toledo, que tenía previsto retomar los encuentros el jueves pasado, y con un PP que se mostrará ahora contrario a la subida con el IPC que defiende el PSOE. El Gobierno de Rajoy confíaba en que se alcanzara un acuerdo sobre las pensiones “antes del verano”.
Así lo expresó hace una semana la ministra de Empleo, Fátima Báñez, al destacar que “ya se han logrado acuerdos parciales en más de la mitad de las recomendaciones”. Realizó estas declaraciones durante una jornada organizada por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) sobre la sostenibilidad del sistema.
Por tanto, el plazo que manejaba el Ejecutivo del PP era que los partidos políticos pudieran consensuar sus propuestas para la sostenibilidad del sistema de pensiones en junio. “Ese es el deseo del Gobierno”, insistía una y otra vez Báñez.
Sin embargo, los portavoces de la comisión del Pacto del Toledo ya comenzaron a mostrarse mucho más cautos, sobre todo cuando comenzaron a ser conscientes de que la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy tenía posibilidades reales de salir adelante.
Así, aunque los representantes de todos los partidos admitían la cercanía del acuerdo, aplazaban la resolución a más adelante, sin poner en ningún momento una fecha concreta.
Las posturas se han alejado completamente
Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones en el Pacto de Toledo, las posturas de los distintos grupos políticos en la Comisión del Pacto de Toledo han acabado por alejarse totalmente en los últimos días.
Mucho más, de hecho, que después de la aprobación de los Presupuestos. La moción de censura del PSOE a Rajoy complicó enormemente las negociaciones. La convocatoria del pleno impidió retomar las negociaciones el pasado jueves, cuando había fijado un nuevo encuentro de la Comisión, después de casi un mes y media sin reuniones.
Si no prosperaba la iniciativa socialista, los grupos se habían comprometido a seguir negociando. Incluso, si salía adelante la moción y había un cambio en Moncloa pero seguía la legislatura, también se habían mostrado dispuestos a continuar trabajando.
En cambio, según ha podido recabar ECD en los últimos días por distintos portavoces, la mayoría coincide en que, en estas circunstancias, se antoja “muy complicado” el acuerdo en lo que resta de este año. El equilibrio de las fuerzas en la Comisión ha cambiado, por lo que dan hecho que las negociaciones no avanzarán por los mismos derroteros.
En las conversaciones del Pacto de Toledo, el PSOE ha puesto todo su empeño en echar abajo la reforma de 2013, aprobada por el PP. Para ello, ha defendido volver a revalorizar las pensiones con el IPC, es decir, que se mantenga el poder adquisitivo de los pensionistas.
La otra pata de aquella reforma es el factor de sostenibilidad, que vincula la prestación inicial con la esperanza de vida. Los Presupuestos de este año, que Pedro Sánchez ya ha confirmado que ejecutará, ya han tumbado temporalmente esa reforma.
El PP se opondrá ahora a la revalorización con el IPC
Esto pone al nuevo Gobierno ante el reto de cómo financiar las pensiones, con un gasto creciente y difícil de atajar. La abrupta salida del PP del Gobierno anticipa unbloqueo del Pacto de Toledo y aleja una solución para las pensiones.
El PP, sin la presión de gobernar y tener que gestionar el pago de las prestaciones a los jubilados, se opondrá ahora a esa revalorización en función del IPC. Una vinculación que nunca le ha convencido, pero a la que se vio obligado temporalmente en 2018 y 2019 para que el PNV apoyase los Presupuestos de Rajoy.
Pero el desafío pendiente es doble: a corto plazo hay que enjugar el déficit que ha ido creciendo desde 2012. En las negociaciones de estos meses, las propuestas del PSOE van desde la reordenación de gastos (asunción de la reducción de cotizaciones o gastos de gestión) hasta la creación de dos impuestos (banca y transacciones financieras).
Además, destacan que el hecho de que Pedro Sánchez pueda realizar una convocatoria de elecciones anticipadas en los próximos meses, que conllevará una disolución inmediata de las Cortes, supondrá también un duro parón para el Pacto de Toledo y el resto de Comisiones.
FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL