El cambio de Gobierno ha modificado el espectro político. Lo ha hecho en general, pero con más virulencia dentro del centro derecha. Por una parte, el PP ha dejado atrás el marianismo y optó por renovarse con Pablo Casado en la presidencia, por delante de otros perfiles de más experiencia como Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, mujeres de confianza de Rajoy.

Pero la llegada de Sánchez al poder tras una moción de censura también ha obligado a Ciudadanos a redefinirse. El partido de Rivera votó contra el relevo en el Ejecutivo, pero su apuesta resultó fallida y ahora ha entrado en una nueva batalla.

Casado y Rivera combaten por imponerse en el mismo espacio ideológico, pero, ¿cuáles son las diferencias y parecidos entre ambos?

Similitudes

Cataluña y el 155. Es quizás el tema en el que más puntos de encuentro hay entre PP y Ciudadanos. Las dos formaciones –y por tanto sus líderes– han mantenido inamovible su posición: consideran que es necesario volver a aplicar el 155 en Cataluña. Para ello, han rechazado los acercamientos del Gobierno socialista con el Ejecutivo de Torra, pues consideran que solo se trata de «una muestra de debilidad». En este sentido, también han compartido camino en lo referente a los lazos amarillos, pero sin actuar de manera igual. Mientras Albert Rivera acudió in situ junto a Inés Arrimadas a retirar algunos en un pueblo de Barcelona, desde los populares se ha mantenido el rechazo a esa simbología, pero sin que ningún dirigente actuase en las calles.

La gestión migratoria. «África no necesita caridad, necesita cooperación». Son palabras pronunciadas por Pablo Casado este fin de semana en su visita a Canarias. Y es que la gestión migratoria también ha unido al presidente del PP con el de Ciudadanos en los últimos meses. La primera medida del Gobierno de Sánchez fue acoger a los migrantes del Aquarius, y desde el primer momento el centro derecha se posicionó contra esa decisión. Tanto Rivera como Casado –que busca una inmigración «ordenada y vinculada al mercado de trabajo»– han criticado en todo momento el «buenismo» de los socialistas, y piden una «solución europea» a lo que ya han calificado como «efecto llamada».

Regeneración. Es aquí donde la opinión pública ha visto el mayor parecido, más allá de elementos ideológicos. En el centro derecha ahora conviven dos perfiles muy parecidos: jóvenes, con ansias de renovación y con intención de conectar con las nuevas generaciones de votantes. Casado, por ejemplo, creció políticamente en las Nuevas Generaciones del PP, y ese fue uno e los principales valores para consagrarse como líder del partido. El recorrido de Rivera en los diez años de Ciudadanos se fundamenta también en aportar ‘aire fresco’.

Exhumación de franco. Es la coincidencia más reciente entre ambos. La abstención ha sido el camino elegido por populares y naranjas sobre la idea del Gobierno de sacar al dictador del Valle de los Caídos. Además, los argumentos son muy similares: consideran que España tiene problemas más importantes que resolver antes y sobre todo critican la fórmula. Consideran que el decreto ley es una «imposición» del Ejecutivo socialista. Las formaciones, además, coinciden que Sánchez con esta medida «no busca la reconciliación».

Aforamientos. Los dos partidos han votado a favor de la propuesta hecha por la formación naranja para suprimir los aforamientos. Ahí han encontrado el apoyo socialista, y aunque con matices, comparten la necesidad de un cambio en esta materia. Ciudadanos es partidario de suprimir los aforamientos de los 2.000 políticos que hay en España en todos los casos, también en el ejercicio de la vida política -el PSOE se centra solo en todo aquello ajeno al cargo-, mientras que el PP quiere que se elaboren los informes pertinentes en cada caso.

Diferencias

Liderazgo y partido. Antes de las diferencias de planteamiento, hay que comprobar que los partidos, bajo el mando de uno y de otro, son diferentes. Resulta extraño plantearse a Ciudadanos sin Albert Rivera, y en cambio Casado es solo un presidente más dentro del PP. Además, el ascenso de este ha llegado desde ‘el barro’. Se puede decir que ha crecido dentro del partido. En cambio, Rivera nació políticamente al mando de una formación todavía joven y sin experiencia de Gobierno. De hecho, el mayor espaldarazo lo encontró en 2017, con la victoria en las elecciones catalanas, a pesar de no poder gobernar.

Concepto de familia. Ciudadanos y PP son discordantes también en el concepto de familia. Mientras Casado se ha posicionado claramente en contra del aborto, uno de los ejes políticos de Rivera es el apoyo a la gestación subrogada. En este sentido, hay que tener en cuenta la parte del electorado en el que se sitúa cada partido: el Partido Popular sigue siendo elegido por las personas de más edad (un 15,8% de los pensionistas les votan, frente al 8% de Cs), mientras que la formación naranja ha calado con más fuerza entre los jóvenes.

Mochila de la corrupción. Es el mayor lastre del PP en los últimos tiempos. Rajoy cayó por culpa de la trama Gürtel y Casado necesita tiempo para deshacerse de ese peso. Él tampoco ha sido ajeno a la sombra de la sospecha por culpa de su máster en la URJC, por lo que mantiene frentes abiertos. En cambio, Ciudadanos solo se ha visto salpicado por el caso Enredadera, y los líderes más visibles (Rivera y Arrimadas) se mantienen enteros. Esa posición ha sido aprovechada por la formación para presentarse como alternativa.

Reparto del voto. El voto por territorios está claramente dividido. Los populares siguen teniendo el respaldo de las zonas rurales, quizás por la influencia de la población más adulta antes mencionada, y Ciudadanos tiene mayor presencia en las ciudades –fue el partido más votado en Barcelona en las elecciones catalanas de 2017– y ha conseguido más respaldo de los jóvenes: un 13,6% de los votantes de entre 25 y 30 años prefiere a Cs frente al 10% que elige al PP.

 

 

FUENTE: 20MINUTOS