DONOSTIA– Para un trabajador en activo no resulta sencillo saber cuánto va a cobrar de pensión. La paga que queda tras la jubilación responde a un complejo sistema de cálculo en el que cada gobierno ha ido incluyendo sus propias variables. Es previsible que así siga ocurriendo en el futuro por lo que a día de hoy solo se pueden hacer estimaciones. Los últimos cambios de Pedro Sánchez, impulsados por las masivas movilizaciones en todo el Estado y que básicamente meten en el congelador los recortes anteriores de Mariano Rajoy, clarifican algo el panorama para quienes están más próximos a jubilarse.

Sobre todo porque el factor de sostenibilidad, la gran amenaza para la cuantía de las nuevas pensiones, queda aplazado de momento hasta 2023. La intención del Ejecutivo de Rajoy era que este mecanismo de ajuste empezara a aplicarse a partir de este año, pero ya el propio Rajoy pactó con el PNV mantenerlo en el cajón otros cuatro años más. El PP justificó la medida en el progresivo aumento de la esperanza de vida y por tanto del tiempo que se cobra la pensión. Una realidad sociológica para la que se proponen dos grandes soluciones: una coincide con el planteamiento del PP y busca sujetar el gasto y otra parte de la base de que es posible incrementar los ingresos de la Seguridad Social mejorando las condiciones laborales.

El Gobierno de Sánchez no ha aclarado qué tiene previsto en esta parte de la ecuación a partir de 2023 y, como ha hecho con el índice de revalorización, se reserva unos meses más para diseñar una fórmula estable que acople la cuantía de las futuras pensiones al aumento de la esperanza de vida.

A la espera de posibles cambios, el retraso en el factor de sostenibilidad beneficia de momento a los trabajadores que están más cerca de retirarse. Para quienes lo hagan a partir de 2023 habrá un recorte en la cuantía año tras año. El anterior gobierno no dio números oficiales, pero tal y como se configuró este mecanismo las nuevas prestaciones se reducirían casi medio punto cada año, según estimaciones del BBVA, mientras que sindicatos como CC.OO. elevan la pérdida hasta las siete décimas. Al cabo de diez años, es decir, en 2033 -año de salida para trabajadores que ahora tienen en torno a 50 años- el recorte sería de siete puntos.

Probablemente la fórmula será modulada, pero da una idea de cuál es la filosofía que predomina para hacer sostenible el sistema. Hay que recordar que en plena crisis económica José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha el retraso progresivo de la edad legal de jubilación hasta los 67 años, reforma que también condiciona los cálculos de quienes se vayan a retirar de aquí a 2027.

El Gobierno de Sánchez terminó el año 2018 con una batería de cambios legales para revitalizar los ingresos de la Seguridad Social, incluyendo una fuerte subida de las bases máximas, como primer paso de cara a poder soportar el aumento del gasto en el futuro. La subida de las bases máximas reportará al sistema 850 millones extras, a los que se suman otros 1.500 millones más por la subida del salario mínimo, que también reportará unos mayores ingresos. Sumando el resto de medidas, como la subida de la cotización de los autónomos, el Gobierno prevé recaudar algo más de 3.100 millones extras, una cantidad que se come casi por completo la revalorización de las pensiones prevista para este año.

Son muchas las presiones para retomar la senda del ajuste. Los grandes organismos macroeconómicos como el FMI o la OCDE no han tardado en advertir a Sánchez de que tiene que volver a desvincular la subida de las actuales pensiones del IPC, por un lado, y por otro de que debe recuperar ya el factor de sostenibilidad.

El futuro de las pensiones es incierto, para empezar porque según las encuestas hay muchas probabilidades de que haya un cambio de color en La Moncloa antes de 2023. El propio Ejecutivo de Sánchez ha dejado abierta la puerta a adelantar la entrada en vigor del factor de sostenibilidad si hay acuerdo en la comisión del Pacto de Toledo.

Por ahora los únicos que pueden respirar son aquellos que empiezan a cobrar la pensión este año, que se han librado de ese primer tijeretazo programado por Rajoy. A partir de ahí parece lógico pensar que quien está más cerca de la edad legal de jubilación tiene asegurada una prestación más alta. Según la calculadora de pensiones del BBVA, para un trabajador de 60 años y un sueldo anual de 25.000 euros la cuantía sería de casi 1.740 euros en 14 pagas, lo que supondría únicamente un 2,7% menos que su nómina actual. En cambio, para un trabajador de 40 años con el mismo salario la estimación que se proyecta considerando las mismas condiciones laborales hasta la jubilación es de 1.560 euros, un 12% por debajo de lo que está ganando ahora mismo.

¿CUÁNTO COBRARÉ DE PENSIÓN?

Edad actual Sueldo bruto anual (trabajando desde los 25) 20.000 € 25.000 € 30.000 €

40 años 1.249 €* 1.562 € 1.874 €

45 años 1.283 € 1.603 € 1.924 €

50 años 1.319 € 1.649 € 1.978 €

55 años 1.358 € 1.697 € 2.036 €

60 años 1.390 € 1.737 € 2.080 €

*en 14 pagas

 

 

FUENTE: NOTICIASDEGIPUZKOA