LA CULTURA POLITICA DE UN COMUNISTA LEAL Y COHERENTE
ANALISIS DE JOSE JUAN CANO VERA.
El partido comunista aparece a estas alturas de hoy como evaporado, aislado y mudo, tras la fuga de Garzón, el Puigdemont morado, pero en sus filas se mantienen figuras y personajes de mucho nivel político, realismo no hedonista y apuestas por el diálogo y el consenso de estado, hombres y mujeres útiles para salir de los diversos laberintos en instantes complicados que atosigan al pueblo y hacen trampas a nuestra Democracia. El ex secretario general del comunismo catalán, PACO FRUTOS, por ejemplo, cuando participó en la multitudinaria manifestación de Barcelona. Pero hoy traigo a colación a un antiguo compañero de estudios, en Madrid, NICOLÁS SARTORIUS, figura destacada del pensamiento y la acción política de una izquierda española que se echa de menos, aquella que dio guerra al régimen Franco, no esta que se pone medallas junto al separatismo y afirma que en España hay presos políticos, individuos encarcelados con los etarras asesinos, acusados de un presunto golpismo financiado desde el exterior.
Nicolás Sartorius ha sido militante activo e intelectual del PCE y Comisiones Obreras, fue encarcelado y posteriormente mantuvo fuertes divergencias con algunos de sus camaradas de la cúpula, empeñados en retroceder a épocas pasadas, cuando en el resto de Europa los partidos comunistas entraron en una fase de modernización, tras la caída del Muro de Berlín y de las líneas estalinistas y maoistas, que resisten en Corea del Norte y algo menos en Vietnam. Todo lo que se diga en positivo sobre lo que haya hecho y dicho Sartorius, con sus errores y aciertos, viene bien porque suelen ser lecciones políticas, discutibles, pero necesarias entre tanta confusión y promesas relativistas. Ayer los medios de la cadena de prensa escrita de VOCENTO publicaban unas largas declaraciones del líder comunista hoy en actitud de observación del panorama nacional tan prostituido por falsos profetas que nos ofrecen paraísos de cine. Elegantemente, con fondo de verdad, sin teatralidad, sin espectáculos verbales y sin ese ruido hosco que nos dejan atónitos. No tengo espacio para reproducirlas en su integridad, pero les hago un resumen que vale para darnos algunas ideas de lo que cree y piensa este veterano comunista que trabaja en la FUNDACIÓN ALTERNATIVAS.
Cree que se ha hecho daño a una idea que fue exitosa en nuestro país, como ha sido el periodo largo de la Transición, que algunos analfabetos llaman el RÉGIMEN DEL 78. Nada que ver con el chavismo o el castrismo cubano. «La cárcel es lo peor que te puede pasar, asegura, y en condiciones inhumanas aún más. En distintos periodos, sumando siete años. Falta cultura sobre el consenso que es necesario en momentos conflictivos. Se habla de que se echa de menos a los políticos de la Transición. La mitificación de este proceso de cambio radical responde a circunstancias históricas que aportan épica a quienes estaban allí. Pasar de una dictadura a una democracia de forma pacífica no es algo que suceda todos los días. Creo que los de aquella generación teníamos algo que ahora no se da. ESTABÁMOS OBSESIONADOS CON QUE NO SE REPITIERA OTRA GUERRA CIVIL. APOSTAMOS FUERTEMENTE POR LA DEMOCRACIA Y LA PAZ». Responde así mismo a la creencia generalizada de la falta de preparación de nuestros políticos actuales: «Los de ahora han tenido más oportunidades de estudiar, así que no estoy seguro de que nosotros estuviéramos mejor preparados. Eso sí, me parece que falta una cultura que nosotros teníamos sobre la necesidad y efectividad de un consenso, porque nadie TENIA FUERZAS POR SI MISMOS PARA HACER NADA MUY RELEVANTE Y URGENTE. Espero, si las circunstancias lo exigen, lleguen a acuerdos efectivos de gobierno «.
Finalmente desdeña a los partidos como IU y Podemos que hablan despectivamente del Régimen del 78, los años de la Transición. Cree que se equivocan, debido, probablemente a un desconocimiento de la Historia. «Es tirar piedras contra su tejado porque ese régimen lo trajeron las clases populares. La Constitución actual es una conquista del pueblo, no una Ley otorgada».