Desde el anuncio de Grande-Marlaska sobre la eliminación de las concertinas en el vallado de la ciudad autónoma, un equipo del ministerio ha estado buscando alternativas. Ha pasado un mes, y todavía no hay resolución oficial. Expertos en la materia explican posibles soluciones.
Desde ECD se ha contactado con varios expertos en el sector de la seguridad y vigilancia fronteriza conocedores de la situación melillense. Y como mejor opción técnica han recomendado el muro. Concretamente el desarrollado por empresas israelíes para separar la zona hebrea de la de Judea-Samaria, controlada por los palestinos.
Y es que el estado de Israel es pionero en medidas de seguridad, defensa, inteligencia y control de fronteras en todo el mundo. Sus tecnologías son exportadas a decenas de países. Los expertos han destacado que el tipo de muro utilizado por los israelíes ha impedido multitud de atentados y tentativas terroristas desde que fue instalado.
8 metros inescalables
El muro empleado por el estado de Israel es un muro de unos 8 metros, liso y con una inclinación del 10% para evitar el escalado. Además, está hecho con un material que haría imposible el taladrado o la perforación, y se colocaría por bloques que se entrelazarían unos con los otros para darle más resistencia.
La principal desventaja del muro sería la “mala prensa” que tiene este tipo de instalaciones entre el público general por las connotaciones negativas que suscita, por ejemplo, al recordar al que Trump pretende instalar en México. También afectaría por el gran coste político que conllevaría a la Unión Europea por sus críticas al muro de Israel.
Otra de las desventajas de poner un muro sería el gran coste económico. Y es que, la frontera de Melilla con Marruecos cubre actualmente 8 kilómetros de doble vallado.
Sistemas que transforman el vallado
Además de la posibilidad del muro israelí, existen otras opciones factibles que podrían sustituir las concertinas. Por ejemplo, la modificación del tupido del vallado sería una opción para impedir el escalado.
En el caso que se presenta, las actuales vallas se sustituirían por otras planchas con aberturas más pequeñas que impidieran que una persona metiera sus dedos o sus pies para escalar.
También ECD ha podido consultar otra opción que a priori es más agresiva. Consistiría en introducir en el vallado un sistema de identificación segmental capaz de medir el peso en ciertos puntos del perímetro. Al superar el peso establecido, la valla emitiría una descarga de bajo voltaje “similar a la de un enchufe” que haría desistir de su escalado a las personas que estuvieran en contacto con la misma.
‘Proyecto chumbo’
Uno de los proyectos más baratos sería el denominado como ‘proyecto chumbo’, una plantación de chumberas a lo largo del perímetro de la valla, en la zona marroquí. Uno de los expertos sugiere que ya existen algunos árboles de chumbera en ciertos puntos de la valla, y que por esa zona nunca ha intentado entrar nadie por la peligrosidad de las espinas de este árbol.
Otras opciones: incrementar los sistemas de Vigilancia
Finalmente existe la posibilidad de utilizar un vallado inteligente y sistemas de detección y alerta temprana. Esas son las soluciones que los expertos consultados por este medio ven con más probabilidad para sustituir a las concertinas de Melilla.
La razón es que el sistema de detección podría prevenir situaciones de oleadas de personas contra la valla horas antes de que se produjeran, aunque tendría que ir acompañado de la presencia sobre el terreno de dispositivos de la Guardia Civil.
Para la detección temprana y la vigilancia se necesitaría sustituir las cámaras de la frontera con Melilla por otras de nueva generación. Uno de los expertos asegura que las cámaras actuales se asemejan más a “unos prismáticos” que a otra cosa.
Una alternativa fiable sería las cámaras térmicas que utiliza el ejército israelí en la frontera con Cisjordania. Estas cámaras detectan el movimiento y el calor en una distancia aproximada a los 9 km.
Otras opciones pasan por sistemas de control del perímetro a través de drones con cámaras, o incluso la utilización de globos aerostáticos que transmitieran imágenes de posición en tiempo real al centro de control. La problemática de estas opciones es que se precisaría del permiso de Marruecos para llevarse a cabo.