La capacidad inventiva de los “Juanes Sociolistos” que tutelan la política en Mazarrón, no conoce límites, pero debería conocerlos. Así, por ejemplo, se sacaron de la manga un falso proyecto de cambio a su antojo, coloide y perspicaz, para preparar después un conjunto de personas sumisas capaces de fraguar sus talentosas martingalas, y despreciaron la sencilla verdad de que los partidos políticos no ganan elecciones con argumentos inventados, sino con remedios de verdad y políticos comprometidos, de esos que traspasan la línea de la fantasía, no besan las posaderas de sus amos y arriesgan sin red.

Pero el pícaro dueto, puestos a inventar, despreciaron el sentido real del cargo de Alcalde, es decir, el de líder que ha de seleccionar a los mejores para la difícil tarea de gobernar, a los que más carisma tengan o más estén brillando en el día a día de la sociedad local, y se inventaron un inusitado equipo comparsa, prescindiendo de esos elementales requisitos. No quiere decir esto que, seleccionando izquierdistas comprometidos o sobresalientes militantes socialistas, que los hay, la candidatura progresista hubiera llegado necesariamente más lejos, pero sí que habría sido un verdadero grupo valedor del socialismo democrático, y no un equipo de adláteres rendidos a la “red clientelar”(salvo alguna honrosa excepción), que vocean el imaginario discurso ideológico que sus mentores proyectan, porque no lo tienen. Los valedores del cambio y de otra forma de gobernar, son más de lo mismo, ya se ha visto, un espejismo, una ensoñación…!Mucho ruido y pocas nueces!

Son palabras mayores las que manejan los veteranos cancerberos del Sanedrín adheridos a la causa republicana, en sus planes continuistas por consolidar la alianza de gobernanza tolerada por la “logia caciquil”. Nada menos que pacificar la revuelta entre banderías del “bipartidismo infiel” que no se resignan a perder privilegios, convenir las contrataciones de personal marcadas por la arbitrariedad y rebajar las sospechas de corrupción lanzadas ahora desde la oposición conservadora por los contratos con empresas paralelas, pues se están tuneando los marcos legales para favorecer a determinadas empresas y personas. Los equipos de autor es lo que tienen, que se los inventa el autor, y no llegamos a imaginar la obsesión que en un inventor produce su invento.

Controlar las distintas banderías es harto complicado, aún cuando se lleve toda una vida estableciendo y conviniendo directrices, listas electorales e incluso partidos políticos con líderes para la ocasión al servicio del “Sanedrín Fáctico”, de cuya cúpula forman parte y gestionan desde los ochenta. Pero, “si son son”, como González y Guerra salvando las distancias. Porque, “si eres eres”, y las ambigüedades están de más, laicos o creyentes, porque anticlericales casados por la iglesia y de blanco no cuela, republicanos y monárquicos tampoco, ni socialistas que abrazan el capitalismo salvaje. ¿Felipismo o Sanchismo? He ahí la cuestión, salen del armario conservador y se suben al tren progresista o, siguen mareando la perdiz y engañando lelos con el “sí, pero no”.

Aquellos que incurren o permiten la peor de las corrupciones de un gobernante: meter la mano en la caja común para costear elecciones dopados o robar dinero público para el enriquecimiento personal cometen un delito perfectamente localizable, no se pueden ir de rositas amparándose en una justicia a la carta o en decisiones arriesgadas que nadie destapa por mucho ruido plenario y mediático que hagan. Siguen con la vieja política del régimen clientelar de los ochenta-noventa y sin esperar que les saquen en procesión por su ejemplaridad, sino por la rentabilidad de sus decisiones. Siempre será más fácil retirar una manzana podrida que sanear el cesto político o mantenerlo al margen de la ley. “No, pero sí, que puede ser mejor el remedio que la enfermedad”.                                                                        

 

POST SCRIPUM: “Jamás estimamos en su precio el bien que gozamos; pero si lo perdemos, entonces es cuando exageramos su valía, cuando apreciamos su mérito, que no estimamos mientras nos perteneció” (W. Shakespeare)

 

COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”