El tornadizo recorrido de asalto al poder protagonizado por los nuevos yogurines del PSOE local está siendo largo e intenso. Es obvio, a juzgar por todo lo visto, oído y comprobado, quien es el ganador y quien se queda muy lejos de cumplir las expectativas.

Ha sido en este largo recorrido cuando han resucitado “mentores y asesores”. No hay líder que no los tenga. Ellos, los mentores, hacen de guías adiestrando, motivando, predicando orden e inspirando a sus pupilos, en determinados casos hasta los eligen y promocionan. Los asesores se encargan más de la elaboración de programas y proyectos prioritarios, dibujan discursos, organizan fichas, recopilan hemeroteca y aconsejan como moverse e incluso sugieren el color de la corbata o vestido de su jefe o jefa. Son, en general, un apoyo necesario y útil pero sólo hasta cierto punto.

Ahora resulta que si al partido socialista le salió mal la pasada contienda electoral, la culpa fue del gabinete asesor que formó y dirigió la candidatura por no estar a la altura, estaba en otras cosas, y si el grupo independiente resultó triunfador es porque su incondicional equipo de campaña fue una roca que respondió sin fisuras. Sin embargo, los asesores pueden lo que pueden y llegan a donde llegan y más cuando se trata de una disputa directa. La gleba lo capta todo. Es un gran ojo que delata a quien se expone públicamente delante de una cámara o un micro y no hay asesor en el mundo que pueda evitarlo.

Los asesores socialistas, ahora en el punto de mira, son en parte responsables del fiasco electoral que sus candidatos asumen con resignación, pero no todos, algunos achacan gran parte de la deriva progre, tanto al proceder de su líder que le llevó a dar una imagen crispada y faltona toda la legislatura, como a la intromisión desmedida de los vetustos “gurús” en el Equipo de Gobierno. Ni los escasos asesores de UIDM tenían garantizado de antemano que su jefe fuera a mantenerse sereno los cuatro años y durante la campaña electoral. El temperamento, la forma de ser y de estar en política no se improvisa y, por mucho que se pueda ensayar, una vez que se está en el escenario se entra en territorio ignoto y peligroso.

Todavía hay quienes se lamentan profundamente de que no se contrastaran propuestas e ideologías entre bandos, pero es que los populares se empecinaron en mantenerse equivocadamente en modo nacional. Estos combates electoralistas con sabor a tongo, en el fondo, sirven y se utilizan fundamentalmente para conocer, para percibir las formas y el estar de los candidatos, lo cual no significa que no deba haber propuestas o doctrinas enfrentadas. En el último asalto electoral las hubo, a grandes rasgos y en un perfil barriobajero, pero las hubo.

Sin embargo, el éxito de uno y el fracaso de otros poco o nada tuvieron que ver con la influencia y opiniones de sus asesores. Lo que trascendió es la forma de “estar” en política y esto tiene mucho que ver con la percepción de los ciudadanos, con lo intangible de la política. Progres y Populares, por su situación, tenían todas las de ganar pero les perdieron los encontronazos con las jerarquías a una y otra acera de C/Progreso, les perdió la forma de actuar y de eso no tienen la culpa mentores ni asesores y no es mérito de los contados asesores del grupo independiente que su líder no perdiera los nervios.                                                           

El caciquismo, el nepotismo y la corrupción del “bipartidismo infiel” desdibujan día a día la credibilidad de los populares y el principal signo de identidad socialista (igualdad, servicio público, justicia social…) conformando un nuevo escenario cada vez más receptivo a mensajes populistas y neoliberales. El PSOE es un partido obsoleto, deslucido y estropeado por el mal uso, que entró hace tiempo en regresión viciado por los “vetustos gurús”, y que tras el rayo de luz de los pactos con UIDM, surge cargado de “mentores y asesores” de nada y para nada.

No han faltado quienes culpan de la derrota del PSOE a “mentores y asesores”. Muchísimos de los que lo hacen tienen sus razones, pero no tienen ni idea de lo que es acometer unas elecciones tras un pacto de gobierno de estas características. No es fácil y es seguro que hubieran hecho lo que hubieran hecho, de un lado u otro, les hubieran caído críticas, en mi opinión, justas y necesarias. A ese lento peregrinar se añaden diversos factores como la gran pérdida de voto cautivo del clientelismo, tan bien cultivado por el PSOE desde los ochenta del siglo pasado.

Las elecciones ni las ganaron ni las perdieron los asesores. Los únicos responsables del resultado fueron los “Gerifaltes Fácticos” que mueven los hilos en la sombra y sus protagonistas que se mostraron como son, y cada uno de ellos tendrá que cargar con la mochila de ser como son y ellos son los únicos responsables de cómo estar en política. En ese saber estar radica, en buena medida, lo intangible de la política que es tan importante como la política misma. Y en un entorno como este y con estas características “funciona la lógica populista”… ¡OJO AL DATO!                                                                                                                                             

POST SCRIPTUM: ”El delicado equilibrio de ser mentor de alguien no es crearlo a su propia imagen. Sino darle la oportunidad de crearse a sí mismo. Y algún asesor dijo…Si tienes miedo a fallar, probablemente falles”.

COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”