Y durante esos largos años de una rutina política de que siga rulando la bola, el Consistorio mazarronero se ha tragado más de treinta presupuestos municipales, que, sumando todos, dan una cifra de infarto, para que todo siga exactamente igual o peor después de gastar miles de millones de euros.

Y como buenos y transparentes gestores de lo público, desde el Ayuntamiento te aportan el “peso” digital de los presupuestos gastados, pero no la suma total de los dineros enterrados, o el importe aproximado en euros de lo que se van a gastar, más lo imprevisible, que formará parte de una espantosa deuda que, como los vecinos somos menores de edad políticamente para ellos, no la tienen clara todavía, pero que lleva visos de ser impagable.

Pero los ciudadanos, los que por el momento y condicionante de la caducidad del código de barras vital no estamos en ninguna lista de espera para entrar a trabajar en la “casa grande”, tenemos muy claro que para el resultado de lo logrado en el pueblo durante más de treinta años de gastos gastados de presupuesto, tendría que darles vergüenza a partidos políticos de todo tipo, los causantes, de intentar volver al Ayuntamiento a seguir generando un voto cautivo que ha llevado, entre otros servilismos, a que la expoliada Institución municipal  tenga más de cincuenta (50) categorías laborales, con distintos jornales y “primas” al claro servicio del palmoteo apesebrado.

Mazarrón está sucio a reventar de mugre y desidia municipal. Con lo que hemos tenido en política de más de treinta años para acá y lo que tenemos, si alguna vez se acaba la pandemia sanitaria y seguimos vivos, no podremos salir del atolladero económico por la sencilla razón que ni en los mejores años, en el citado arco de tiempo superior a los treinta años, para alegría de los inmovilistas, Mazarrón presenta el mismo mal aspecto y la misma suciedad, decadencia y carencias de siempre.                                                                                                                                              

Sería necesario, que por fuera de todos y cada uno de los partidos políticos conocidos que han tomado parte activa o pasiva en la ruinosa degeneración de esta bonita, acogedora y singular población, fueran apartados por votos de una y efectiva vez, y que alguien con capacidad política (que los hay) sin obediencia o sumisión a partido ni cacique, encabece un “movimiento ciudadano” que aglutine colectivos para acabar con la desidia y la monotonía política de jalar presupuestos anuales sin hacer absolutamente nada salvo pagar jornales y sueldazos.                                 

Con un programa serio y posible de crear un Huerto Marino para generar energía moderna y barata; unir Puerto y Mazarrón de una puñetera vez; hacer un desvío de la carretera nacional que no irrumpa en la Playa del Alamillo, y en pleno desvío del Puerto en su lado norte, urbanizar un Polígono Industrial para empresas modernas. Dotar al municipio de un transporte público moderno y una vía rápida con Cartagena. Hacer un hospital comarcal. Barrer hasta la última calle de la localidad y pedanías y retirar la basura a diario municipalizando servicios, se volvería a tener presente y futuro diferente a la nada actual que se tiene.                                                          

Gente capacitada para un proyecto así, la hay. Y personalmente soy amigo de un JUAN que nos podría guiar a los que realmente queremos trabajar por el presente y futuro de Mazarrón, que tal y como está no lo queremos. Salud y Felicidad.      

 

J.E. PALMIS – (La Voz de Mazarrón)